5 terrazas con PISCINA que nos dan mucha ENVIDIA y que son un pequeño oasis lleno de ideas muy inspiradoras

La terraza de este ático en Barcelona ha sufrido una auténtica transformación de la mano de Ignasi Bisbe, de Teodora Exteriorisme, y The Room Studio.  De sus 98 m² nos quedamos con su zona de piscina, con césped artificial y solárium. "En la zona de la piscina optamos por un césped sintético para ajardinar la terraza y que no se viese tanto look de madera", explica Ignasi. Esta zona queda protegida por muchas plantas.  "Como suele hacer viento, elegimos especies mediterráneas, muy resistentes, como lavanda, romero, salvia... y plantas trepadoras en los muros que dan privacidad" concluye. 

A esta terraza no le falta detalle para disfrutar del exterior todo el día. La zona de estar se compone de un banco a medida que es un agradable chill out. También tiene un completo comedor, una cocina, baño y una ducha en la piscina. La estrella de la terraza, además de la piscina, es la pérgola con toldos móviles que ayuda a delimitar el espacio y a regular la incidencia del sol. No te pierdas detalle de esta terraza súper completa. 

Como un mirador asomado a la ciudad de Barcelona, así es esta piscina que, gracias a su barandilla de vidrio laminado, se funde con el paisaje y queda protegida. Se trata de una piscina prefabricada de acero inoxidable que queda unos 80 cm por encima del suelo de la terraza. Para salvar la diferencia los arquitectos, Jorde Moser y Eva Mur, hicieron una escalera envuelta de madera de ipé que sirve de acceso, de solárium y de banco. 

El techo de cañizo de la pérgola garantiza la sombra y la intimidad en el salón exterior de la terraza que, en total, tiene 65 m². El estar se ha decorado con muebles coloridos y prácticos. Todos con pintura y tejidos resistentes al sol y cojines desenfundables, para que sean más prácticos. El broche final lo ponen las vaporosas cortinas, que visten con elegancia el exterior a la vez que dan intimidad.  Disfruta de toda esta terraza urbana. 

La parte trasera de esta casita urbana esconde un patio que recuerda a las casas de pueblo. La piscina aprovecha el espacio entre el acogedor porche y el antiguo lavadero que, la reforma de la interiorista Marta Prats, ha convertido en un estudio lleno de luz. La piscina es la joya de la corona en verano y en invierno se tapa para protegerla. 

El porche contiguo a la piscina se disfruta todo el año gracias a su cubierta de cristal laminado. Tiene una completa zona de estar y un comedor exterior decorado con cálidos muebles de madera y fibras. Y los textiles, en gris y mostaza, están engamados con la decoración interior. No te pierdas el resto de esta casita urbana. 

La piscina rebosante se confunde con el mar en esta casa de piedra decorada por la interiorista Verónica Mimoun. Los colores del paisaje ha condicionado su decoración con contraventanas en azul y textiles en blanco y azul. Los muebles de madera y fibras dan el contrapunto de calidez y un toque mediterráneo. 

La interiosta Marta Tobella es la responsable de esta reforma y, además, la afortunada inquilina de este oasis urbano que ha preservado todo el encanto de esta casa bicentenaria. El patio conserva sus lavaderos y pozo original y el interior de la piscina tiene truco: combina teselas de cristal mate hasta la línea donde llega el agua y cemento en la parte superior. La piscina está rodeada de suelo de barro y se convierte en un verdadero oasis en la ciudad. 

El comedor de exterior queda protegido por el porche de madera y hierro y abierto a la casa, de par en par, gracias a las puertas acristaladas de madera de castaño. El comedor combina una mesa de madera más rústica y sillas metálicas en blanco. Sus colores y materiales se funden con las paredes de ladrillo y el color de a toba. Disfruta de la preciosa casa de Marta Tobella, de Sacum.