Puede que consideres que esa reforma que tienes en la cabeza es cuestión de coser y cantar. Que en un par de días está acabada y como si no hubiera pasado nada. Pero, en el mundo de las obras hay algunas que tienen una cara B, que parecen una cosa, pero son en realidad otra. Son las reformas más peligrosas, las que debes tener precaución en acometer o intentar hacerlas de otra forma para no sufrir verdaderos calvarios en el intento de renovación de tu casa.
Estas son las reformas más peligrosas
Entre exclamaciones, con un símbolo de alerta o peligro, o con luces de alarma, toma nota:
Poner un sistema de calefacción CON Caldera cuando no hay
No es una reforma fácil. Es de esas que podemos meter en el saco de las reformas más peligrosas. En una casa donde hay radiadores eléctricos, cambiarlos por radiadores conectados a una caldera, es una señora reforma (que se puede disparar de presupuesto) que implica levantar todo el suelo de la vivienda y hacer las rozas correspondientes en las paredes para llevar la instalación.
Se puede quedar solo en el suelo si la caldera alimenta a un sistema de suelo radiante. Pero el suelo hay que levantarlo igualmente para instalar todos los conductos por debajo del pavimento visto. Y según el tipo de pavimento, si hay más o menos espacio para instalar el sistema, habrá que picar y/o rebajar puertas.
Una zona de estudio con el radiador pintado.
ABRIR UN VANO O DERRIBAR UN TABIQUE
No es un problema en sí si esta pequeña reforma la hacen especialistas. Solo así no se convertirá en una de las reformas más peligrosas. El motivo es que hay que comprobar que el derribo de ese tabique o abrir un vano en una pared no se produce en un muro de carga. Hay que asegurarse de que la estructura soporte las cargas, con la variación de la distribución.
Cuando se elimina un tabique clave, hay que repartir nuevamente el peso de la estructura, crear otras vigas que sujeten y esto es peligroso. Siempre debe hacerse con técnicos competentes y un proyecto adecuado. Este tipo de obra no lleva a insistir en la importancia de saber qué profesional necesitas para realizar lo que quieres.
Una cocina con encimera de Silestone blanca.
INSTALAR UNA PISCINA EN UNA TERRAZA
No se puede instalar una piscina en una terraza sin tener en cuenta que se está sumando una gran cantidad de peso a una estructura "suspendida" o "volada", de manera que hay que saber si está preparada para soportar la carga. Y por piscina se entiende mini piscina de obra o de las de quita y pon o jacuzzi de exterior.
Además, hay que comprobar que el sistema de desagüe sea el adecuado, es decir, en caso de vaciado de la piscina, que la cantidad de agua se elimine correctamente. Y lo mismo sucede con un patio si este queda en un piso bajo, sobre una zona de garajes. Para que no se convierta en una de las reformas más peligrosas hay que acudir a los expertos que verifiquen el aguante de la estructura.
Una piscina en la terraza de una casa de piedra.
CREAR UNA ESTRUCTURA DE OBRA EN UNA TERRAZA TIPO ÁTICO
En este caso, esta reforma puede convertirse en una de las más peligrosas no solo por el tema de los pesos, si la estructura que se añade para cerrar la terraza aporta demasiado peso; sino -y principalmente- por los problemas jurídicos que puede acarrear. En las terrazas de este tipo, es posible crear pérgolas o cerramientos que se denominan "no fijos". Pero crear tabiquería, colocar ventanas y tejado, o instalar casetas de madera deben tener permiso de la comunidad de propietarios para evitar esos quebraderos de cabeza de los que hablamos.
Construcciones protegidas
¡Cuidado con las casas ubicadas en sitios históricos! Porque se puede convertir su rehabilitación en una reforma peligrosa por el tiempo que lleva. Hay que solicitar permisos especiales para intervenir porque pueden estar protegidas por Patrimonio. Y esos permisos, hay que documentarlos, solicitarlos y esperar su resolución y respuesta para avanzar.
Así que nuestro consejo es que antes de comprar cualquier piso de un edificio de una cierta antigüedad, verifiques los datos sobre la ITE (Inspección Técnica de Edificios) y los procesos de rehabilitación.
Una fachada antigua en una casa de piedra.
Una reforma peligrosa es aquella (cualquiera) que no está bien "cerrada"
Esto es aplicable a cualquier obra que vayas a realizar. Para que no sea una reforma de las más peligrosas, todo ha de quedar reflejado por escrito en un presupuesto detallado por partidas (con la calidad de los materiales seleccionados) y con tiempos de ejecución. En él debe quedar reflejado también quién solicita los permisos necesarios. Si todos los detalles no están por escrito, no tendrás manera de reclamar.
Obras llevadas a cabo en lugares de difícil acceso
También cualquier reforma que se vaya a ejecutar en una vivienda que queda en un paraje idílico, pero alejado de la civilización puede darte más de un quebradero de cabeza. Y tampoco hay que irse tan lejos. Hay casas antiguas en las que hay que tener en cuenta si hay ascensor, espacio en la escalera para subir materiales, cómo es la calle en la que se encuentra para que descargue un camión… Detalles que hay que contemplar para asegurar la entrega correcta de materiales y la ejecución.
Una obra pedida como menor cuando no lo es
Una reforma peligrosa es aquella que se solicita en el Ayuntamiento (para obtener el permiso o licencia de obras correspondiente) como menor cuando en realidad no lo es. Lo peligroso es la multa que puede tener y que es para el propietario del inmueble. Es decir, si vas a realizar una reforma integral, solicita el permiso adecuado, no para reformar el baño.
Un baño blanco con papel pintado.
Cuidado con esos "síntomas" de reforma que no se atienden
Se trata de grietas, también humedades, que entrañan un mayor riesgo si no se afrontan.
Grietas peligrosas
En este caso no es que la reforma de eliminar las grietas (una apertura que crece de manera incontrolada) que aparecen en una casa sea peligros, sino que lo que entraña un riesgo es justo lo contrario: no hacerlo. Porque hay fisuras que pueden ser reflejo de problemas estructurales mayores. Hay grandes grietas que no tienen peligro alguno y otras que, aunque sean de menor tamaño, son bastante más peligrosas.
HUMEDADES
En este caso, las humedades provocan problemas de moho y bacterias en el aire que se respira. Además de olores. Hay que atajarlas y no sirve solo con pintar encima. Hay que ver de dónde viene el problema (no en la superficie) y acabar con el origen. Es como cuando aparece moho en la pared, no basta con pintar. Hay que retirar, raspar y aplicar productos para acabar definitivamente con el moho y que no aparezca nuevamente.
Un comedor con sillas con asiento de cuerda.
En definitiva, todo se puede llevar a cabo, puede costar más o menos, lo importante es contar con una empresa con profesionales cualificados e implicados, capaces de solventar los inconvenientes que puedan surgir en el proceso de reforma, sobre todo, en viviendas antiguas rehabilitadas o cuando se quieren recuperar elementos originales de una construcción que quedaron sepultados con el paso del tiempo, y de las obras, por tabiquería o revestimientos.
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