En un momento en el que las tendencias decorativas dictan la paleta cromática que está de moda, hay voces que defienden una mirada más personal, más íntima y, para muchos, más sensata también. Estas voces proceden de quienes más saben sobre decoración, como la interiorista Natalia Gómez Angelats, que busca relacionar las tonalidades escogidas en un hogar, con la parte emocional que reflejan, siguiendo el bienestar que nos pueden llegar a producir, y no tanto el estar actualizados en las últimas corrientes.
Natalia no se plantea los colores hasta que no tiene claros dos aspectos: la distribución del espacio y la luz, y conocer a fondo quién vive allí y cómo. Para ella, el color no es una elección superficial ni estética, sino una consecuencia directa del estilo de vida, arquitectura y emociones de quien habita un espacio. "Los colores tendencia para mí no existen. Son para una pieza o un sofá. En una casa has de estar a gusto y el color te acompaña, el color te anima, te arropa...", dice. Así, la interiorista nos propone otra alternativa: "Empecemos por escoger una buena pintura y después elijamos un color en el que nos sintamos bien."
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Desde esta perspectiva, Natalia Gómez Angelats consigue que las llamadas "tendencias" en color pierdan fuerza cuando están estipuladas como normas a seguir y pasan, en todo caso, a herramientas de inspiración. Como bien defiende la interiorista, un color puede estar de moda, pero si no te hace sentir bien, no tiene sentido incluirlo en tu casa. El objetivo, por tanto, no es el de tener un hogar de revista, sino un espacio donde el color forme parte de esa sensación acogedora y hogareña, que reflejen nuestra energía y necesidades. Una forma de construir una casa con belleza duradera y alejada de lo efímero de la moda.
Más allá de las tendencias: colores que perduran
Cuando se trata de nuestro hogar, muchas veces dejamos a un segundo plano lo que marca la industria, buscando un entorno que resista al paso del tiempo. Así, con relación a lo que opina la interiorista, hay algunos colores que, aunque no sean protagonistas del catálogo del momento, perduran en el tiempo porque conectan con quienes los eligen.
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Verde oliva
El verde oliva es un tono que evoca la naturaleza, equilibrio y serenidad. Por eso sigue siendo una apuesta segura para quienes buscan un hogar atemporal y que inspire tranquilidad. Transmite frescura, pero también se adapta a cualquier estilo decorativo y temporada del año. Su versatilidad lo convierte en un tono atemporal, que crea ambientes acogedores sin llegar a ser demasiado dominante.
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Gris cálido
El gris cálido es un tono neutro, y los neutros son clásicos que tienen la capacidad de aportar sofisticación y serenidad a cualquier espacio. A diferencia de grises más fríos, este tono tiene un toque beige o marrón que lo convierte en un color acogedor que no cansa con el tiempo. Es perfecto para interiores modernos, pero también clásicos, asegurando que siempre sea una opción elegante y duradera.
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Beige o arena
La suavidad del beige lo convierte en la alternativa que resiste las nuevas corrientes y modas. Su capacidad para evocar sensaciones cálidas, luminosas y confortables, hacen que sea un tono capaz de adaptarse a cualquier estilo, creando ambientes tranquilos y equilibrados. Es ideal como base para cualquier combinación de colores, por lo que nunca pasa de moda y siempre mantiene una estética fresca.
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Terracota
La calidez y el estilo rústico del terracota, lo convierte en un tono con presencia y carácter pero atemporal. Este color cálido y acogedor aporta personalidad al espacio y se puede utilizar tanto en paredes como en detalles decorativos. Además, es fácil de combinar con otros tonos tierra o textiles naturales, ideal en hogares que buscan un estilo bohemio, que nunca pasa de moda.
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