Convertir un espacio de apenas 20 m2 en un apartamento de fin de semana con grandes vistas al mar, era el objetivo que perseguía su propietario. Además de adaptarlo a un lugar al que acudir cuando buscara desconectar, también tenía claro que tenía que mantener su esencia, pues era un lugar muy ligado a sus recuerdos de infancia. Así, este residente de Barcelona, con estrechos vínculos con la costa del Maresme, buscó la mano profesional del estudio de arquitectura 5LAB liderado por Íñigo Gomez y con la colaboración de Roberto Paparcone. El resultado, sin duda, encaja con las necesidades del cliente y cumple con su encargo de ejecutar el proyecto en un tiempo y un presupuesto ajustados, sin renunciar a calidades que aporten confort y durabilidad.
Juntos consiguieron pasar de un diminuto rincón dividido en estancia principal y un pequeño trastero con acceso a una terraza infrautilizada, a un espacio unificado que comunicara con la terraza, incorporando las vistas al nuevo volumen. Para ello, se mantuvo el pavimento hidráulico existente, se pintaron las paredes y toda la estructura de madera del techo de un color claro y, de esta manera, se generó un amplio volumen, limpio y de gran altura. La terraza se revistió con lamas de madera de pino cuperizado, creando una superficie con cierto carácter de espacio interior. ¿Lo vemos?
Un apartamento reformado y muy bien aprovechado
El punto de partida es que se quiso recuperar y reutilizar un antiguo mueble familiar. Ahora, dicho mueble articula todo el espacio, da contraste al apartamento y sirve como distribuidor al ser el eje que separa las dos alturas del apartamento: la zona de día y la zona de noche, donde se ha colocado la cama.
Desde arriba, hay una vista completa al salón y al mismo tiempo, al acceso a la terraza. De forma muy sencilla, se ha colocado un sofá cama y unos pequeños elementos o cajitas que funcionan como mesita central.
Las escaleras que separan las dos alturas, se han aprovechado para crear en ellas huecos de almacenaje donde guardar, por ejemplo, mesas, sillas y demás muebles o elementos. Además, abrazan a toda la estructura que contiene la cocina y el baño.
La cocina, muy bien aprovechada, cuenta con una rústica y elegante encimera negra. Los pocos metros cuadrados con los que cuenta, también presumen de varios rincones de almacenaje muy discretos para todos aquellos alimentos y utensilios propios de las cocinas. Todos los módulos interiores, electrodomésticos y encimera son de Ikea.
Al otro lado del mueble antiguo separador, se encuentra el cuarto de baño. Por su parte, esta estancia cuenta con todo lo indispensable: lavabo, retrete, ducha, espejo... y además de bonito, muy versátil.
Por último, la guinda a este fabuloso apartamento es la terraza, de 18 m2. Seguro que es la zona favorita de su propietario. Una terraza acogedora, cómoda, equipada con tumbonas y con vistas al mar. ¿Se puede pedir un momento de relax mejor que ese? Con todos estos cambios y nuevas integraciones, se le ha otorgado al apartamento un nuevo uso y una nueva vida para un espacio lleno de significado. Cambiarlo todo sin cambiar nada.
¿Te has quedado con ganas de más? Puedes ver otros pisos pequeños, bien aprovechados y decorados en el vídeo que te dejamos a continuación:
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