Las mesas de centro de cristal son tendencia. A su estética se suma sus ventajas a la hora de decorar el salón. La más evidente es que logran dar amplitud a los espacios. El cristal hace que se vean ligeras visualmente, ya que al reflejar la luz natural dan amplitud. De ahí que sean una opción ideal para salones pequeños.
Otra ventaja es la versatilidad del cristal. Su transparencia y "neutralidad" da carta blanca a la hora de decorar el salón, independientemente del estilo que escojas o la paleta cromática.
El peor "enemigo" de las mesas de centro de cristal es, precisamente, el cristal, que puede resultar algo frío a la vista y al tacto. Otra desventaja es que se manchan con facilidad, el simple contacto con las manos deja huellas. Aunque, eso sí, el cristal se limpia fácilmente.
Un truco para equilibrar la frialdad del cristal es apostar por un diseño con la estructura de madera, que además ayudará a aligerar la mesa, o por un metal en acabado dorado, que le dará ese toque doradito más cálido.
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