Esta casita en Sitges no tenía ningún tipo de atractivo hasta que pasó por las manos de la interiorista Gabriela Conde, ayudada por la arquitecta técnica Blanca Figueras y la constructora Terramar. "Cuando la vi por primera vez era para salir corriendo. Superoscura, depresiva, plagada de humedades y con un patio que parecía una selva", recuerda Blanca, la propietaria. La interiorista Gabriela Conde tuvo la misma sensación, pero acompañada de un proyecto: "Solo faltaban los cocodrilos. Era terrible. Pero tuve una visión y le dije: 'será la cabaña Blanca, en homenaje a tu nombre'", explica Gabriela. ¿Vemos cómo era antes y cómo es ahora?
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