Las literas y las camas nido comparten el mismo fin: reunir en una cama, dos. Las primeras se organizan en vertical, sin hipotecar ni un cm útil del espacio la habitación, mientras que las segundas lo hacen en horizontal, por lo que deberás tener la precaución de dejar un espacio libre delante de la cama nido para poder desplegarla cuando vayas a usarla. Y es precisamente este hecho el que puede condicionar la toma de decisión entre una u otra opción: el uso de esa cama extra.

No es lo mismo contar con una cama extra para ocasiones esporádicas, ya sea cuando viene un amiguito a dormir a casa o si hay visitas, que a diario en habitaciones compartidas. En este sentido, es básico que valores la practicidad o incomodidad que representa para ti y para tus hijos, porque serán ellos quienes deban dormir en la litera o en la cama nido y quienes deberán responsabilizarse, tarde o temprano, de hacerse la cama. Qué es mejor: ¿tener que subir y bajar a diario de la litera o tener que desplegar y guardar la cama cada noche y mañana? Tenlo en cuenta y decide.