Es un hecho irrefutable. Cada día tienes que encender antes la luz. Ya se sabe. El invierno pasa factura lumínica. En todos los sentidos. Echamos de menos los días luminosos de verano y pagamos más a final de mes. Démosle la vuelta a la historia. ¿Cómo? Iluminando no para añorar, sino para soltar un: "¡Oh! ¡Qué a gusto se está en casa!", y a la vez, ahorrar de verdad.

Varios puntos de luz

Olvídate de los puntos de luz en el techo y acércalos al suelo. Más de uno y más de dos. Cuantos más coloques, repartidos por la estancia, más acogedor resultará el espacio. La iluminación baja, por contraste, oscurece el techo y crea un "efecto cueva" que, lejos de ser incómodo, aquí genera un espacio 100% íntimo.

Y tampoco te obsesiones con coordinar las lámparas en color o estilo. La mezcla decora y le da un punto personal al ambiente, como aquí, donde el metal, la madera, la tela y la fibra, conviven en el mismo espacio, dando un toque ecléctico, desenfadado y natural.

Se lleva lo auténtico

Aparca las lámparas realizadas en materiales sintéticos. No se llevan. Ahora, la madera, el metal, el cristal o incluso el mármol, son cool. Y sobre todo si crean luminarias imperfectas. Porque tienen ese punto artesanal que da calidez a los espacios y los hace personales y únicos. Las lámparas de cristal, transparentes o de colores, están especialmente de moda. Es más, vuelven los materiales con historia como el cristal de Bohemia, el húngaro o el de Burano.

Broncea tu casa

No es verano para bronceados, sin embargo, en invierno, sientan muy bien. Sobre todo a tu casa, porque le dan ese toque tostado y dorado de las hojas caídas en invierno. Lo conseguirás con pantallas de tela tostada pero sobre todo con el latón y las lámparas con tonos dorados.

Las fibras son otro gran generador de calidez. Y es curioso, porque funcionan para verano y para invierno. Cuanto menos grises, más cálidas. Aprovecha que se llevan, tanto sobre las mesas de comedor como en forma de farolillos en el suelo.

Gasta menos y decora mejor

  • ¿Qué tipo de bombilla pongo? LED. Está más que claro, pero ¿de qué potencia? 20 W serán suficientes para iluminar una estancia en general, por ejemplo. Para trabajar o leer, mejor de 40 o 50 W y para crear ambiente, 5 W.
  • El ángulo también importa. Menor a 40º hará el efecto de foco y mayor a 120º iluminará más espacio (para luces generales).
  • Y la temperatura acaba siendo clave. Elige los LEDS blancos fríos (unos 5.800 K) para trasteros, por ejemplo; blancos puros (unos 4.500 k) para cocinas y baños, y cálidos (unos 3.000 k) para salones o dormitorios.

Ahora más, ahora menos

Una luz demasiado intensa para ver la tele, es incomodísima y una demasiado difusa para bordar, por ejemplo, es una verdadera tortura para las pupilas. Regular la luz es básica para ganar máximo confort. Y más en invierno, cuando la luz va desapareciendo poco a poco mientras estás plenamente "operativo" en casa.

  • Instala luces dimables. No todas los son. Tenlo en cuenta. Lograrás con ellas justo la luz que necesitas o te apetece.

Y ahora que ya has aprendido lo básico, va siendo hora de iluminar bien tu casa este invierno. En el siguiente artículo te contamos cómo hacerlo.

Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en El Mueble, suscríbete a nuestra newsletter.