Lo has visto: un mismo espacio con un suelo claro u oscuro no parece el mismo. Independientemente del material que elijas, ya sea madera, microcemento o cerámica. De ahí que la elección del suelo, como ocurre con el color de las paredes, sea una decisión muy importante.

En general, un suelo claro se presta más a crear ambientes relajados, frescos, luminosos y amplios. Además, es más fácil de combinar porque su tonalidad suave sirve de base para mezclar de manera equilibrada otras gamas, a la vez que cede el protagonismo al mobiliario. En cambio, en el otro extremo, las sensaciones visuales que genera son muy diferentes. Un suelo oscuro resulta muy elegante, sobrio y con un punto masculino. Es una opción más extremada, que busca ser la protagonista de la decoración y recomendada, sobre todo, en espacios amplios o con mucha luz, porque los colores oscuros atrapan la luz, al contrario de los claros, que la reflejan. Y en la posición intermedia están los suelos de tonos intermedios o más neutros, que sirven de comodín perfecto para todo tipo de decoraciones. Con el plus de ser los más sufridos y tener un carácter más atemporal.

Si aún tienes dudas, inspírate en estas 50 propuestas. Seguro que darás con una a tu gusto.