Bienvenido otoño: 28 ideas fáciles y muy estilosas para redecorar tu casa y darle el amor que se merece

¿Quieres que el otoño llegue también a tu mesa? Además de decorarla con ramos de flores, te proponemos crear fantásticos centros de mesa aprovechando una de las frutas de temporada: la calabaza. Sí, has leído bien es fruta y no hortaliza. Una vez vaciada y limpia, llénala de tierra y dispón en su interior plantas con flores. Colócalas a lo largo de la mesa puesta ¡y verás qué éxito!

¿Echas de menos esas largas tertulias de verano tras las comidas en el porche? ¡Trasládalas al interior! Solo tienes que acercar dos sillones a una fuente de calor y disfrutar de la charla o de la lectura, si lo prefieres. En este rincón tan agradable, la interiorista Blanca Tey ha colocado dos butacas tapizadas en un terciopelo granate y los ha vestido con cojines para el respaldo y plaids. Si le añades un reposapiés ¡estarás en la gloria!

Afuera el día está muy desapacible: nublado, viento, lluvia... ¡Cuánto echas de menos la luz! Si quieres hacer la entrada a tu casa cálida y luminosa, píntala de un color neutro, elige un mueble de madera clara y piezas doradas en la decoración. Es lo que ha hecho en este recibidor la interiorista Asun Antó quien además ha enfatizado esa sensación tan casera con plantas y fibra. ¿A qué da gusto entrar en él?

Una buena manera de estrenar cojines sin necesidad de cambiar las fundas es añadirles unas figuras muy otoñales. Recorta en fieltro una ardilla, una piña, una hoja o una calabaza y cóselas a las fundas. También puedes comprar las piezas ya hechas, de esas que se pegan con solo pasar la plancha caliente sobre ellas. ¡Quedarán ideales sobre el banco del recibidor!  

Y casi, casi del invierno porque son súper calentitas. No solo en el suelo como alfombras, también sobre el sofá para taparte mientras ves tu serie favorita o cubriendo las sillas a la hora de sentarte a comer. ¡No te prives de ellas! Añade cojines de lana, piezas de madera y velas y ya tendrás preparado tu salón de otoño. Es lo que ha hecho aquí la interiorista Isabelle Mattera.

Los arrimaderos, además de proteger la pared, regulan la temperatura ya que funcionan como prácticos aislantes. Puedes ponerlos en todas las habitaciones de forma que sean el nexo de unión de toda la casa. Olga Gil Vernet colocó este en el comedor para abrigarlo. Se lacó de blanco para diferenciarlo de la parte superior pintada en un suave gris.

Aunque nos sigue apeteciendo crear ramos y encontramos casi de todo durante todo el año, llegan otro tipo de arreglos y colores. Le decimos adiós a las combinaciones explosivas y, casi sin querer, juntamos verdes y blancos. Con unos toques ocres o amarillos calentamos la composición y el ambiente. Olga Gil Vernet decoró esta mesa de centro con un ramo de mimosas que colocó sobre una bandeja de madera.

Es el material rey para dar calidez a cualquier estancia. En el salón, elige maderas claras ya sea en muebles o en complementos. Y si pueden ser naturales, sin trabajar, mejor. En este proyecto de Lara Vallés, de Space Stage, ha utilizado como mesas de centro unos originales troncos de madera que le dan un aire muy rústico. Unas alfombras de pelo en beis, que también puedes usar como mantas, completan la estampa de otoño.

¿Otra buena idea para vestir tu casa de otoño? Empapela la trasera de tu librería. ¡Y qué mejor que con un papel pintado de cuadros! La interiorista Cuca Arraut eligió estos motivos en grises y granates y quedó así de bonita. 

Si hablamos de calidez y de rincones acogedores se nos llena la boca con las virtudes de este color. Es alegre, elegante, cálido, luminoso, combinable... Con una manta, un cojín, un cuadro o una flor qué fácil es dar vida a cualquier estancia. El ocre nos recuerda a la luz del sol y los días de verano. En este dormitorio otoñal, Solange Van Dorssen ha elegido tonos mostaza para dinamizarlo. ¿Has visto lo bien que combinan con el gris?

¿Frío tú? ¡Nunca! Cuando estés en casa cobíjate en tu sillón favorito y arrebújate mientras ves caer la lluvia tras los cristales. Unos buenos calcetines y una manta de lana serán tus mejores aliados. 

Para entrar en calor prepárate —o que te preparen— una bebida caliente que te asiente el cuerpo. Y si te lo sirven con tanto mimo, como en la imagen, en una tabla de madera con una sorpresa dulce ¡miel sobre hojuelas! La genial idea ha partido de las interioristas Laia y Marina Reguant.

Como las estaciones son imprevisibles, seguro que todavía quedan días en los que celebrar una comida al aire libre en tu terraza o jardín. Además como ahora el sol no calienta tanto, será un gustazo comer mientras notas su calorcillo en la espalda. Prepara la mesa con manteles en tonos beis y rojizos o estampados de cuadros, velas aunque sea de día y unas calabazas en el suelo para entrar en ambiente.

Aprovecha tus largos paseos por el campo para recoger hojas caídas de los árboles o piñas y decora con ellas un bonito centro  o dispónlas sueltas a lo largo de la mantelería. Si estás pensando ya ¡por fin! en reunirte con amigos y familiares, hazte con calabazas mini y pon un ejemplar sobre la servilleta de cada comensal. Al término de la comida, se las podrán llevar como recuerdo de este gran día.

Tiene fama de ser un color frío pero no será así si te alías con las texturas. El interiorista Roger Bellera ha añadido un cabecero de madera, lanas y linos para equilibrar la temperatura. Gracias a ellos ha logrado llenar de color y calor este dormitorio.

Si combinas diferentes tamaños y diseños de bombillas decorativas Edison, conseguirás una lámpara de comedor única. Y con mucho dinamismo, si las colocas a diferentes alturas. Están tan de moda que encontrarás muchísimas opciones de bombillas. Eso sí, asegúrate de escogerlas de luz cálida para conseguir un ambiente acogedor, como la luz del atardecer.

El sueño de una noche de otoño es dormir bajo un techo abuhardillado de madera, ante una chimenea chispeante y arropada por unas cálidas mantas estampadas con cuadros: el look cabaña ideal. Pero este dormitorio supera con creces esta escena, la madera oscura de las vigas vistas, la butaca tapizada de cuadros y las mantas amontonadas por capas en vivificantes tonos rojizos le añaden una personalidad y una fuerza única, inesperada.

Mira qué sencillo es crear un ambiente cálido en el baño: madera, fibra y velas. El trío perfecto. Su sola presencia resulta mágica, sobre todo, cuando las enciendes y te abandonas al placer de sumergirte en la bañera llena de espuma. Opta por velas con formas originales, como estas esféricas elegidas por Marta Tobella. La firma Cerabella acaba de lanzar unas velas de autor en forma de dado, lamparita de mesa o jarrón súper bonitas.

¿Llega ya el cambio de armario y te falta sitio para almacenar la ropa?Aprovecha la pared del cabecero para ganar almacenaje: con 40 cm de fondo tienes espacio suficiente para guardar ropa doblada, zapatos, sábanas y toallas. El blanco aligera toda la estructura pero hagamos una prueba... ¿Te lo imaginas sin las molduras y los tiradores de madera? Sí, los pequeños detalles son muy poderosos.

Siempre lo consiguen, nos siguen sorprendiendo. El juego decorativo que nos traen las cajas de madera no tiene final: aquí se han empleado para crear un perfecto zapatero. Practiquísimo en cualquier recibidor e imprescindible en una casa de montaña. Decapadas en blanco, le dan el toque rústico.

Los recuerdos de las vacaciones se merecen un puesto de honor en nuestro hogar. Colócalos en unos marcos de madera sin tratar, de esa que muestra sus heridas, sus grietas y nos cuenta también su historia a su manera.

Créate un rincón especial para tu momento favorito: el desayuno. Aunque tu cocina sea pequeña, no hay excusa para no sentarte tranquilamente y hacer la comida más importante del día. En este caso se ha instalado un mini office en el espacio que ocuparía un pequeño armario —podría ser el hueco del microondas, por ejemplo—. Una tabla abatible de 40 x 40 cm a modo de mesa y unos taburetes, ¡y problema resuelto!

El orden también es imprescindible para percibir un espacio agradable. Toca organizar los armarios de ropa ¡y también la cocina! Este vajillero se ha diseñado a medida del menaje. Y fíjate cómo han seleccionado las telas a juego.

¿Por qué no? En este de la imagen, las cortinas son de lino y se recogen con un precioso alzapaño dorado. Además, sirven para separar el tocador de la zona de los sanitarios. La solución no puede ser más chic.

En este otro ejemplo, Marta Tobella ha decidido proteger la pared de detrás de la isla con un arrimadero que se prolonga hasta el office. Si te fijas, su dibujo rastrelado es un calco de las puertas paneladas de la cocina. Ambos se han pintado en blanco para dar luminosidad a una estancia de por sí cálida.

Si las rayas son para el verano, los cuadros son para el otoño. Los habrás visto en tapicerías de sofás y butacas, en plaids, en fundas de cojines, en ropa de cama... Pues prepárate, ¡ahora también en alfombras! ¿Que no te lo crees? Mira este salón abuhardillado. La interiorista Belén Ferrándiz ha elegido un discreto modelo de cuadros en blanco y negro, a juego con la decoración.

Ya empiezas a notar frío por las tardes cuando llegas a casa y te sientas en el sofá. ¡Abrígalo como se merece! En este salón blanco arropado por las vigas de madera, la vida discurre en torno a la chimenea. El interiorista Jean-Pierre Martel ha vestido el sofá con cojines en tonos cálidos, plaids gustosos y una mesa de centro de madera. ¡No hace falta nada más para hacerlo acogedor!

Y hablando de texturas ¿qué te parece el papel pintado que reviste el cabecero de este dormitorio? ¿A qué con solo mirarlo ya abriga? Se trata de un tejido de moqueta muy gustoso a la vista y al tacto, de aspecto similar a las alfombras de fibra. Lo ha elegido la interiorista Bárbara Serra. La parte inferior de la pared se ha protegido con un arrimadero.