1. Antes: un salón de verano... ¡con paredes enteladas! Viendo este salón cuesta creer que se tratara de un apartamento de verano. El suelo negro brillante, que resultaba frío y empequeñecía el espacio, y esas paredes enteladas en una especie de terciopelo hacían de este salón un espacio poco veraniego y nada cómodo. Después: un salón ligero, luminoso y muy veraniego El antes y el después de este salón es increíble. Ahora, es blanco, fresquito, 100% veraniego y visualmente más amplio. Y súper capaz, gracias a un gran sofá rinconero que regala muchos asientos sin restar ni un ápice de luz ni vistas. Madera, lino, fibras y toques de hierro son los materiales empleados por la decoradora Marta Sacum en este salón. Sofá de Atemporal. Antes: una cocina cerrada, oscura y pequeña La cocina era pequeñita, pero al estar cerrada a la zona de día, además, era muy oscura. Una mini barra a modo de pasaplatos dejaba pasar algo de luz, pero no la suficiente. Después: una cocina abierta más práctica y llena de luz La cocina fue, sin duda, una de las estancias que más salió ganando con la reforma, porque Marta no dudó a abrirla a la zona de día, inundándola de luz y, además, ampliándola. Para ganar más almacenaje, la decoradora ideó una barra, que cuenta con armarios en la parte inferior, y ofrece un espacio extra para comidas rápidas. Mobiliario de cocina de Quality Plus Cuina i Banys. 2. Antes: una casa bicentenaria casi en ruinas En este estado se encontró la decoradora Marta Tobella esta casa casi bicentenaria, porque data de 1830. Estaba prácticamente en ruinas, su patio totalmente abandonado y los interiores llenos de pintadas y derruidos. Pero en vez de asustarse, Marta se lo tomó como un reto. Espera a ver el resultado... Después: un oasis de paz urbano ¡Quién la ha visto y quién la ve! La decoradora le ha dado una segunda oportunidad a esta casa pero respetando al máximo su historia. De hecho, se trata de una construcción protegida por catálogo arquitectónico. Marta convirtió el exterior en un "patio marroquí", con una piscina tipo alberca y una zona de baldosas de barro que imitan las originales de la vivienda, que no pudieron conservarse. Antes: unas viejas cuadradas y espacios para los animales La casa contaba con dos edificios: por un lado, la vivienda en sí, y en el lado opuesto, las cuadradas y equipamientos para los animales. Todo, en un estado deplorable tras años de abandono. Después: espacios multiusos y un apartamento de invitado Con la reforma, Marta saneó el edificio, cambió las puertas de la zona de los establos por unas de hierro acristaladas, y mantuvo la puerta antigua de planta superior. "Por el momento lo tengo vacío, pero la intención es montar una sala para hacer cerámica y un espacio para practicar yoga. Y, en la parte superior, me gustaría habilitar una casa de invitados", explica. ¿Quieres ver la casa al detalle ? 3. Antes: un salón desaprovechado, anticuado y poco apetecible La propietaria de esta casa se enamoró de su distribución y de su espectacular ubicación: a 100 metros de la playa. Pero su decoración necesitaba un cambio radical. Los suelos de mármol, aunque buenos, resultaban muy fríos; la chimenea, con embocadura también de mármol, en vez de sumar calidez le restaba calor; los sofás de caducos estampados y en "L" cerraban y empequeñecían el estar... Tocaba un cambio, ¡ya! Después: un salón actual, cómodo y muy acogedor El cambio, sin hacer obras, fue radical. La decoradora Marta Tobella, responsable de la reforma, no solo actualizó el look del salón, con una modernizada chimenea sin embocadura, y dos confortables sofás enfrentados que hacen que el salón se abra al comedor contiguo y "crezca" visualmente. Sino que le dio el extra de calidez y serenidad que la propietaria buscaba: "Nos encanta la decoración de la Formentera y quería sentirme así". Sofás y puff de Grassoler, en Sacum. Antes: un comedor "pesado" con muebles de madera oscura El comedor, como ocurría con el salón, se veía triste, sin vida... y sin muchas ganas de hacerla, tampoco. El mobiliario, aunque era de madera maciza, visualmente resultaba muy pesado y daba un look rústico a una casa que, en realidad, es más de playa. Después: un comedor ligero abierto al exterior La decoradora conservó el mismo suelo, porque lo merece, pero lo vistió con alfombras para darle ese plus de calidez que la propietaria buscaba. Madera, fibras naturales, linos... Son los encargados de vestir sin recargar este comedor, que ahora es tan invitador como el resto de espacios de la casa. ¿Quieres verla? 4. Antes: un salón con una chimenea muy pesada de piedra Este salón es urbano, pero la chimenea de piedra le daba un aire de montaña que desentonaba y, además, visualmente resultaba muy pesada. La carpintería en negro, además, oscurecía este espacio. Después: un salón urbano, moderno y más luminoso La decoradora Marta Tobella reformó este salón para convertirlo en un estar moderno, más abierto y luminoso. Empezó por eliminar la chimenea, que marcaba mucho el salón, cambió la carpintería, que en blanco resulta mucho más luminosa, y rediseñó el espacio, tras eliminar el distribuidor que conducía hasta la cocina contigua. Espera a ver el cambio... Antes: un salón comedor cerrado a la cocina El salón era amplio, pero estaba cerrado a la cocina y se desaprovechaban unos valiosos metros del distribuidor. Después: un comedor acristalado ganado al salón y a las zonas de paso "Para llevar el máximo de luz a la cocina, decidimos eliminar el tabique que separaba el salón del distribuidor que conducía hasta la cocina. Así, ganamos un espacio mucho más amplio y diáfano, donde la luz del salón llega sin problemas hasta el interior de la cocina. E ideamos este espacio intermedio acristalado que destinamos a comedor", explica la interiorista Marta Tobella. Antes: una cocina cerrada y con una ventana mini La cocina daba la espalda a la zona del día y contaba con una ventana mini que no llevaba apenas luz al espacio. Después: una cocina moderna, muy luminosa y capaz Tras la reforma, la cocina no solo se ha abierto a la zona de día, con una comunicación más cómoda y fluida con el comedor, sino que ha ganado almacenaje. Y es que la decoradora ideó un lineal de armarios tras el comedor, muy capaz, que permitió prescindir de los armarios altos en la cocina, que ahora se ve más moderna. Mobiliario de Santos y encimera de Neolith. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .