12 lecciones que aprendimos de los pisos más mini

Es una de las reformas estrella en pisos pequeños: derribar tabiques para crear una zona de día más amplia y confortable. No solo sumas los metros de los tabiques, sino que sueles ganar también zonas de paso. Prueba de ello es este proyecto de la decoradora Pia Capdevila, que comunicó el salón con el comedor y la cocina en un espacio común separado. Además de ganar metros útiles, se suma luz. 

Cuando debes ganar plazas de asiento en el comedor y cuentas con el espacio mínimo, no lo dudes: un banco a medida es la mejor inversión. Además, si lo planificas con el sobre abatible, ganarás un armario extra. Aquí, la decoradora Bárbara Sindreu optó por un diseño tapizado, que da un plus de confort. En "U", caben cómodamente hasta 8 personas. 

La luz nunca sobra en casa. Y en pisos pequeños, menos aún, ya que ayuda a que los espacios se vean más amplios y agradables. Una opción que implica una mínima reforma es abrir una ventana que comunique el salón y la cocina, así la luz de un espacio llega al otro, como hizo aquí el interiorista Iñaki Mujika, que diseñó un cerramiento con ventanas tipo guillotina. 

En pisos pequeños, el mueble del salón deja de ser un mero auxiliar para convertirse en EL mueble del estar. Ya no se trata solo de una repisa para el televisor, sino de contar con espacio para guardar, una zona de biblioteca... Por ello, planificarlo a medida pensando bien en sus usos ayudará a liberar el salón. Aquí, la arquitecta Mar Marcos diseñó un mueble que reúne zona de baldas para libros, un banco con espacio para guardar que sirve como repisa para la tele y una zona central acristalada que lleva luz al estudio contiguo. 

Colonizar las paredes para ganar almacenaje se convierte en una necesidad en espacios pequeños. Si, además, cuentas con techo altos, no lo dudes: aprovecha toda la altura de la pared. Esto es lo que hizo en este comedor la decoradora Neus Casanova, que planificó una librería de pared a pared y de suelo a techo. Y para que fuera más práctica y versátil la diseñó con huecos de diferentes medidas, así podían acoger desde libros hasta objetos de decoración. No te pierdas el resto de ideas de este piso. 

¿Te faltan armarios en el dormitorio? Inspírate en esta ideaza del decorador Iñaki Mujika para esta casa. Convirtió la pared del cabecero, que suele ser la gran olvidada del dormitorio, en un mueble empotrado que integra armarios, el cabecero y en los laterales, dos cajones y una repisa extraíble que sirve de mesita de noche. Además, lacado en blanco, se integra perfectamente en el dormitorio. 

Si eres reacio a abrir completamente la cocina al salón comedor, pero quieres integrarla en la zona de día, una buena opción es optar por un acristalamiento, ya sea integral a modo de correderas, o bien mediante un pasaplatos, como han hecho en este piso los arquitectos Fran Mengíbar y Ana Blanco. Y, para aprovecharlo mejor, han liberado una zona de armarios bajos para contar con una práctica barra de desayunos. 

En pocos metros, es mejor optar por un mueble grande que no salpicarlo de muchos pequeños. Sobre todo si lo integras en la decoración, como ha hecho en este piso la decoradora Laura Masiques. Empotrado y con las puertas lisas, este frente de armarios pasa totalmente desapercibido en el comedor, pero ofrece muchísimo espacio de almacén y permite reunir desde el menaje hasta la mantelería e, incluso, desahogar el almacenaje del estar. 

Que las zonas de paso, a veces, son unas comemetros no es un secreto. Pero con un poco de ingenio, se las puede reconvertir en armarios extras... o, como en este caso, en parte de la cocina. Esto es lo que hizo la decoradora Pia Capdevila, que aprovechó la zona de paso que comunica el salón y la cocina con la zona de noche para planificar la despensa de la cocina.

Todos tenemos ventanas en el salón, ¿pero cuántas están desaprovechadas? Aquí, la decoradora Pia Capdevila habilitó este espacio muerto como una librería baja en "L" para aprovechar el rincón. Y, con ello, le dio un nuevo uso a este espacio, convirtiéndolo en un agradable rincón de lectura. 

En habitaciones compartidas, una litera se convierte en un gran salvaespacio. Y si cuentas con una pared de más de 3 metros, puedes plantearte optar por un diseño tipo tren, que aprovecha parte de su estructura con zona de almacenaje y, en algunos casos, con cajones o una cama extra. Aquí, la decoradora Meritxell Ribé planificó un completo vestidor cerrado por correderas y para sacarle más partido, pintó una de las puertas con pintura de pizarra. 

A falta de metros, mucho ingenio. En esta cabañita la arquitecta Mar Marcos planificó un mueble del salón bajo con armarios para guardar en la parte inferior y lo prolongó a modo de banco en el comedor. Así caben más comensales a la mesa y se mantiene la unidad visual entre ambos espacios.