Si quieres pasearte por todos los rincones de la casa, puedes ver este vídeo:
Venían de un piso con terraza y cocina abierta, así que Joan y su familia tenían claro que no cambiarían su manera de vivir cuando cambiaran de casa. Y así se planteó esta reforma Natalia Gómez Angelats: un continuo desde fuera hacia dentro.
Su apuesta por la naturalidad empieza aquí, pero sigue en los colores y los materiales de toda la casa. El suelo y las puertas son de roble natural, la mesa de centro está hecha con olmo antiguo y los muebles del comedor con roble recuperado. Y le siguen otras decisiones que no se ven (pinturas, colas, barnices... sin tóxicos), pero que sí se viven en la casa.
Se nota que Natalia empezó haciendo pintura decorativa cuando nos habla de los colores elegidos: “La base es un gris piedra con un poco de verde que hemos ido cambiando sutilmente según los espacios”. Hacer la mezcla manualmente permite darle un toque más intenso en el arrimadero del salón, un poco más marrón en la cocina, un poco más alegre para los niños...
Pero el papel pintado también es inspirador y protagonista en toda la casa. De los tonos de un papel japonés salieron los colores de todo el dormitorio principal. También los encontramos en la habitación de los niños, incluso en la despensa: un vinílico que imita mimbre, que es mucho más que un acierto.
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