Hay veces en que uno se escapa a la montaña “a hacer deporte”. Ya. Se supone. Pero llega a una casa como esta, mira a su alrededor todo nevado, fantasea con una sesión de sofá y manta... y pregunta: ¿Y si nos quedamos aquí? ¿Y si el plan es en casa? Pero ¡alto ahí! Este no era para nada el interior apetecible (y con cierto toque toque 'brittish') que vemos ahora. Este tríplex en la Val de Ruda, destinado a alquiler turístico, “era una casa muy oscura, con mucha madera, a la que abrimos bastante luz para modernizarla”, nos explica Juanma Alfonso, de Luderna, autores de la reforma, llevaba a cabo en colaboración con Dröm Living en la parte del interiorismo.
“Queríamos transmitir calidez. En el Valle de Arán tira mucho últimamente el estilo nórdico, pero buscábamos una cosa un poco diferente, más arropada, no una casa que mira hacia fuera, sino un lugar donde estar en familia y que te acoja, que estés cómodo, y si vas a esquiar, que luego estés a gusto por la tarde junto a la chimenea”, explica Juanma (aunque repetimos, nosotros ¡ni bajaríamos a esquiar! ¿Para qué? ¡Con lo a gusto que se está en este sofá esquinero bien arropaditos leyendo!).
Los colores y esos cuadros ingleses en las telas y en los papeles de las paredes también buscan arroparnos, igual que la estructura en madera de la casa, casi una cabañita. Aunque el comedor nos da el guiño juvenil, con sus lámparas de aires industriales y su neón personalizado con el nombre de la casa. ¡Es casi un pub en casa! De verdad... no salgamos.
La madera, como en toda cabañita, es clave. Pero aquí cuenta una historia. "En el salón, una de las piezas más vistosas es una mesa de centro que es un gran tronco que estaba a punto de convertirse en leña y nosotros lo aprovechamos para hacer unos cuantos muebles. Es un fresno precioso que pudimos rescatar para hacer varias mesas y mesitas de noche para las habitaciones", explica Juanma.
¿Y el lugar más especial de la casa? "Para mí es la sala, con una chimenea tan diferente, las maderas viejas, las telas del armario, el comedor, tan luminoso...”, apunta Juanma, y no podemos dejar de mirar justamente a la chimenea: “Está hecha con una estructura de hierro, es la pieza central de la sala, un mueble que hemos barnizado para dejar el material prácticamente en origen. Es... diferente, ¡parece que una chimenea en hierro aquí choca un poco! Pero el conjunto es bueno”.
¿Subimos? En los dormitorios, pusieron una de las camas hacia la ventana. “Que te levantes y veas la montaña y su bosque nada más despertar nos parece un regalo. Para la decoración jugamos con colores que te arropen y con este papel pintado en cuadros. El armario era muy grande, pesaba mucho en la habitación, y para quitarle protagonismo lo pintamos de este verde tan original, así dábamos fuerza al gran ventanal. Un punto de diseño en la alta montaña”.
¿Y si nos metemos en la cama y nos olvidamos de esquiar?