Si las paredes hablaran, ¡cuántas historias podrían explicar! Desde las lecciones de matemáticas del maestro de un pueblecito rural burgalés hasta los abrazos más cálidos de aquellos que se reencuentran en una estación de tren mallorquina. Y es que, antes de convertirse en casa, estas nueve maravillas fueron muchas cosas que podríamos imaginar, menos un hogar. De ahí que ahora, tengan un encanto especial.
Algunas de ellas se encontraban en estado de ruina, como un viejo pajar o un granero. Pero el empeño de sus propietarios, les devolvió todo su esplendor. Otras se reformaron de arriba a abajo, y lo que fue una oficina, un almacén de maquinaria o una caballeriza, ahora es el hogar soñado de las familias que residen en ellas. Por último, están las casas que, antes de serlo, acumulan años de historia, como una antigua escuela rural, un convento, una granja o una estación de tren. ¡Ver para creer!
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