Esta casa tiene "tanta miga" que no sabemos por dónde empezar a diseccionarla. Por ejemplo, las vigas, reforzadas, se pintaron de un original gris envejecido. Las paredes originales de piedra se mantienen en algunos espacios, pero sobre todo se han cubierto de tableros de pino natural, un panel que se ha pintado de blanco en la planta de los dormitorios que (¡sorpresa!) no es la superior, sino la principal.

Para aprovechar las bellas vistas sobre el pueblo, el salón y la cocina están arriba. Aquí llama la atención el suelo de hormigón reforzado y las piezas hechas a medida en hierro negro, desde el revestimiento de las ventanas hasta la chimenea y su banco o la barra de la cocina.

En la planta de abajo, más madera, pero blanqueada. "En esta planta, las paredes no llegan al techo y dejamos en todas unos 70 cm de cristal para que la luz la inunde", explica la decoradora Elisabet Blázquez de Dadà Interiors, firma encargada de la reforma y del diseño de la mayoría de los muebles.