Es como estar en el paraíso: la casa andaluza con más estilo, toques de color y encanto del mundo

A Tania, la propietaria de esta casa de Marbella, le encanta pasar casi todo el año aquí. “Suelo estar con mi familia de octubre a abril. En verano se quedan mis hijos o se lo presto a mis amigos”. Durante estos meses, el clima sigue siendo agradable y los días luminosos, por lo que el porche se convierte en el epicentro de la casa.

“Nos gusta estar desde por la mañana con una taza de café antes del desayuno, leer un libro, jugar al Scrabble. También lo usamos para la hora del té y el aperitivo”.

Tiene una zona de estar y un encantador comedor bajo la sombra de una parra, donde el color verde azulado es el protagonista de los textiles y las puertas, algo que se repetirá en el resto de la casa. Por algo Tania ha bautizado a su hogar como “la Casa Verde”.

Tiene una mezcla de estilo provenzal con un toque andaluz que lo hace súper especial. Con vistas a recibir y desconectar, esta belga buscaba espacios amplios, techos altos y un ambiente sereno como vemos en el salón, una de sus estancias favoritas. Los grandes ventanales cuarteados son nuevos y se repiten por toda la casa para crear la impresión de estar “dentro-fuera”.

 Nunca quiso tener muchos muebles para no entorpecer la sensación de calma, potenciada por el color blanco de unos muebles clásicos, pero sí buscó que fueran grandes y tuvieran presencia. “Es lo que más me costó encontrar”, reconoce. No hay más que ver el tamaño de los sofás, la mesita de centro de mármol y forja o la lámpara de araña que preside esta estancia.

El salón está interconectado con el comedor interior. Aunque está a cubierto, parece que seguimos estando en un porche gracias a la luz natural entra a raudales a través de las puertas de cristal y acero. En este caso, han puesto unas cortinas opacas para esos momentos en los que busquen mayor privacidad y recogimiento.

Por su parte, la mesa es generosa, está pensada para acoger de 8 a 10 comensales y no le falta detalle. Y es que las fibras naturales de la mantelería casan perfectamente con las butacas de mimbre y sus cojines lisos y estampados, ideales para un espacio semiabierto como este.

Llegamos a la cocina y nos sorprenden sus dimensiones. “¡Me encanta cocinar! Sobre todo, cuando estoy con mi familia y amigos”, reconoce Tania. Por eso, buscaba un espacio grande y abierto, pero que no recibiera demasiado sol durante el verano para poder pasar horas a gusto entre los fogones.

De la reforma que hicieron, conservaron las alacenas, pero cambiaron las puertas y el color. Además, se creó un falso techo para empotrar la iluminación, una bodega y una barra en el centro para poder comer con su marido cerca de la chimenea. ¿Te has fijado en los cuadros? Son fotografías de elefantes y le recuerda a una temporada que pasaron en África.

Este detalle se repite también en el dormitorio, con la bonita imagen de una cebra. A pesar de que los gruesos muros blancos mantienen la casa fresca, aquí se ha buscado un punto de calidez con la mesita de noche y la silla de mimbre, la alfombra de yute, el escritorio de madera y unos textiles con toques de color terracota.

Estas tonalidades aparecen también en el revestimiento del armario con puertas acristaladas. Está en la parte del vestidor, cuyo límite lo marca el propio cabecero de obra de la cama que, a su vez, tiene capacidad de almacenaje. Y es que todo en esta casa está pensado para vivir muy a gusto.