Este era un piso pequeño de 70 m2 con un salón muy estrecho y oscuro. Mediante tres claves infalibles, una interiorista lo transformó en uno mucho más 'grande': una buena redistribución del espacio –sustituyendo además todas las puertas batientes de la casa por correderas–, la unificación de toda la decoración y las soluciones a medida. Así, un nuevo planteamiento de los metros cuadrados dotó al piso de gran amplitud visual, volviéndolo en uno más amplio y cómodo para vivir. La intención de Carme Prado -la decoradora que se hizo cargo del proyecto- a partir de ahí fue claramente potenciar este efecto todo lo posible. ¿Y cómo lo hizo? Unificando para ganar amplitud. ¡Entramos!
Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.