Soy la interiorista Natalia Zubizarreta y te muestro mi casa: un piso pequeño en Vizcaya, repleto de ideas decorativas que puedes copiar

Los antiguos propietarios de este piso lo tenían bien mantenido pero desactualizado. Para adaptarlo a mis gustos, abrí el acceso desde la entrada al salón, quitando las puertas existentes y ampliando el arco de paso. Además, amplié el acceso a la cocina con un cierre a medida de madera y cristal con doble hoja corredera. Las puertas de madera las saqué de un antiguo biombo que se componía de 3 hojas, y dos de ellas las usé en el acceso a la cocina. 

Después de mucho dudar, opté por decorar con color blanco, los tonos naturales y los pasteles. ¡Cero arrepentimiento! Es mi casa y si valoro que las casas de mis clientes sean atemporales y armónicas, en la mía no quería hacerlo diferente.

Buscaba tener un sofá diferente y actual. Aposté por el lino natural porque es exquisito y dura para siempre. La pared está decorada con cuadros discretos y con un toque de madera que se complementa muy bien con el resto de materiales y tonos de la casa. 

Siempre apuesto porque la televisión quede recogida. Intento que sea lo más discreta posible en un punto que no sea el principal atractivo del espacio. La amplitud, los sofás y la librería son los que ocupan todas las miradas. 

Yo misma hice una librería que va de lado a lado del salón y que cuneta con la chimenea que me encontré antes de entrar a vivir aquí. Esta prueba la hice para ver como quedaba y poder aplicarla en los proyectos de mis futuros clientes. Por mi parte, me encanta el toque que da tener los libros a la vista en el comedor. 

Aunque un piso sea pequeño debes decorarlo pensando en él como 'un gran piso'. En mi casa, he usado muchos papeles pintados (en el dormitorio y la cocina), cuadros en casi todas las paredes (incluso en el baño), y lámparas modernas, que contrastan con el look clásico.

Buscaba crear una cocina extra acogedora y pretendía que cuando estés en ella, te sientas como en un saloncito. Aposté por puertas lacadas enmarcadas de Santos que junto con las molduras en los techos, el papel en las paredes y el alto rodapié, generan un ambiente clásico que contrasta con elementos modernos como  la lámpara, los tiradores... Soy muy cocinillas y aposté por una cocina que fuera práctica. De ahí que la encimera sea de material porcelánico y el entrepaño también continúe por las zonas más vulnerables.

Cuando diseñé mi cocina, tenía claro que sí o sí debía tener una pequeña zona de comer porque me parece muy agradable. Finalmente, puse una mesa redonda central y me encanta el resultado, ya que todo gira en torno a ella, me sirve de apoyo (como si fuera una “isla”) y resulta muy acogedora.

Tengo una alacena que me regalaron unas amigas muy especiales y que preside el espacio, especialmente iluminada por dos focos. En ella, guardo y muestro las vajillas más bonitas que tengo. Es una pieza con mucho valor sentimental para mí, que me ha acompañado en mis casas a lo largo de los años.

Mi dormitorio principal está completamente empapelado con un papel efecto textil que hace que parezca todo entelado, incluso el vestidor. Quería un dormitorio que abrazara. Las mesillas de noche son de gran tamaño y me dan mucho almacenaje extra, cosa que me encanta. Es donde guardo accesorios, joyas… Las lámparas de noche están hechas a medida y diseñé personalmente las pantallas para que coordinaran con la ropa de cama.

Los visillos de mi dormitorio son sencillos, en blanco, con un toque de hilatura negra y la ventana balconera. Se completa y viste con unas caídas de un maravilloso tejido de lino natural, rugoso y rústico, que me tiene enamorada. Me encantan que las cortinas arrastren sobre suelo. ¡Da mucha calidez y personalidad!

Respecto al cuarto de baño, opté por un estilo aún más clásico, con mármoles naturales y con una cómoda que transformé en mueble, con un precioso lavabo de piedra natural y una grifería moderna. Las paredes y el techo las cubrí de vinilos efecto textil, muy resistentes y aptos para humedades. Ninguna mampara de ducha me encajaba con el resultado final, así que puse una sencilla cortina.  

Sé que quizás para muchos no es la casa de estilo arriesgado típica de un interiorista capaz de sorprender al que la ve. No obstante, es el hogar que me hace feliz porque me aporta paz, calidez y armonía. Su estilo atemporal hace que cuando entro por la puerta no me arrepienta de las decisiones tomadas. Doy gracias cada día a la vida por poder disfrutarla.