Estas casas en Andalucía nos han robado el corazón. Son es-pec-ta-cu-la-res

Antes de poner un pie en el interior, este cortijo en Marbella ya cautiva. ¡Tiene un patio que es una delicia! Los suelos empedrados, las columnas y arcadas, las tejas del porche, la fuente... ¿No te imaginas leyendo aquí con el rumor del agua de fondo? Sin duda, es una casa que ha respetado la tradición de la zona.

El salón es digno del cortijo, construido en 1996. Es un espacio que impacta. Es altísimo y tiene tres elementos que llaman la atención: el techo a dos aguas con vigas de madera, una delicada chimenea blanca y una balaustrada de hierro que organiza el salón en dos alturas. Los muebles de estilo clásico, algunos de anticuario, otros tapizados a rayas en color caldera, refuerzan ese look de cortijo tradicional. 

En uno de los dormitorios, el baño es otra muestra de elegancia. Tiene cornisas, suelo y revestimiento de mármol y un mueble de madera oscura curioso. Tiene forma de T, con un módulo de cajones en el centro y huecos a los lados para guardar las toallas en cestos. ¿La bañera? Una invitación al relax. Exenta, redondeada y en un blanco impoluto, saca partido al espacio bajo la ventana. ¡Así da gusto!

Fresquita, abrazada por los árboles y bajo un sol radiante, esta casa en Marbella se ha convertido en el refugio de una interiorista danesa. El porche fue uno de sus flechazos, así que lo aprovechó al máximo con una zona de salón y comedor exterior decorado en blanco y tonos tierra. Bajo la sombra del techo es un gusto disfrutar aquí hasta de los días más calurosos. 

Si el exterior es cautivador, ¡el interior no es para menos! Las enormes cristaleras llevan el jardín al salón comedor y dejan que la luz se cuele por toda la zona de día. El salón es amplísimo, está conectado al comedor y derrocha elegancia gracias a la sutil mezcla de tonos blancos, crudos y arena. "Me encantan los colores naturales y siempre apuesto por ellos", nos cuenta la propietaria, que contó con la ayuda del estudio Calamita Design para decorar la casa desde España.

Muy cerquita la cocina acapara todas las miradas. En ella, la madera y las piedras naturales (en el suelo y la encimera) vuelven a hacer acto de presencia. Todo con una gran isla en el centro pensada para reunirse y disfrutar de las vistas. Empezar el día con un café aquí es una maravilla.

El azul del cielo y la piscina mezclado con el verde del jardín hacen que esta casa marbellí sea un sueño. Es obra de la interiorista Nezha Kanouni y tiene una ubicación privilegiada a los pies de un campo de golf. Ya por fuera contagia ganas de vacaciones, y aunque su fachada puede parecer algo tradicional...

Aunque para sofisticada, la cocina, amueblada completamente en negro y con una imponente isla con vetas cobrizas. Los frentes tienen cuarterones, así son algo más dulces, y están rematados por unos tiradores dorados que ponen el toque chic. La cocina, por cierto, está abierta al salón. "Tiramos paredes para ganar un espacio completamente diáfano. Nuestro gran empeño fue abrir grandes ventanales que diesen a las terrazas", añade la interiorista. 

Y no podíamos acabar este reportaje sin mostraros esta casa que en tiempo récord pasó de estar desfasada a ser súper fresca y elegante. ¡En tan solo dos meses dio un cambio radical! Todo gracias al trabajo de Lucía Belio y Pablo Cascallana, de Loopa Studio. Mira el porche: es pura calma. Al pintar todo de blanco, la vegetación es la protagonista. "No queríamos que resultara demasiado moderno. Elegimos mesas y sillas de madera y tapizados blancos para darle al porche ese punto acogedor de los salones interiores".

Acabamos por todo lo alto con el dormitorio de la suite principal. Que, por qué no decirlo, es lujoso a la vez que acogedor. ¿Cómo lo consiguieron? Añadiendo un cabecero tapizado de lino y una alfombra bien calentita que suavizan la frialdad del suelo de mármol, el responsable de que este look sea tan elegante. Todos los textiles van a juego en los mismos tonos piedra y ocre, y el cuadro moderno viste la pared en los mismos colores. ¡WOW!