Párate un momento en tu casa y aguza el oído ¿qué oyes? Es curioso porque ahora lo único que se escucha es el silencio sepulcral en la calle, los trinos de los pájaros en plena ciudad, los niños jugando al otro lado de la pared, la radio o la música del vecino… Sonidos agradables que, por el momento, han sustituido a los ruidos insidiosos del tráfico descomunal, claxones y sirenas de coches, el jaleo de la oficina, el cartero que llama a la vez a todos los telefonillos, el devenir frenético de la escalera, si trabajas en casa... Pero todo esto pasará y volveremos a escuchar "el ruido escandaloso, entrometido y empedernido" al que cantaba Joaquín Sabina y al que tan poco echamos de menos ¿o sí?
Prepárate para ello y empieza a pensar en poner en práctica algunos trucos en casa para insonorizarla. Y apunta otros para cuando puedas llamar a un profesional y hacer esas pequeñas reformas en tu hogar que tanto te gustan.
Aisla tu casa por fuera y por dentro
Si a tu edificio le toca pasar pronto la ITE (Inspección Técnica de Edificios) puedes proponer a la Comunidad de Vecinos colocar un sistema de aislamiento exterior en la fachada (SATE) que, además de acondicionar térmica y acústicamente las viviendas, aporta otras muchas ventajas como su revaloración económica, una atmósfera interior saludable, confort acústico, ahorro de energía y gasto y respeto al medio ambiente. Pregunta por los sistemas Webertherm, de la firma Saint Gobain Weber.
Si no hay suficiente quorum en la comunidad pero tú sí quieres aislar tu vivienda, puedes hacerlo con carácter particular. "Algunos propietarios no creen que su piso pueda ser eficiente energéticamente sin la rehabilitación total de la finca —afirma Miguel Ángel Gallardo, Business Unit Director de Rockwool Peninsular, la firma de aislamiento a base de lana de roca—. Esto es falso ya que se puede rehabilitar un solo apartamento con un aislamiento por el interior, dotando al inmueble de prestaciones térmicas y acústicas que garantizan el confort total de la estancia". Y además de mejorar la vida de los ciudadanos, el uso de este aislante supone un ahorro importante para la economía del hogar.
Según datos de IDAE (Instituto para la Diversificación del Ahorro Energético) gastamos en luz unos 2.000 euros anuales por domicilio. "Con la utilización de materiales sostenibles y ecológicos como la lana de roca, la factura se reduciría a 300 euros anuales. Por tanto es erróneo pensar que este sistema resulta caro, la inversión inicial es mínima y, a largo plazo, el ahorro es significativo—afima Gallardo, quien asegura que la eficiencia energética ya es una necesidad de la sociedad del bienestar.
En interiores, también la madera y el corcho son dos buenos aislantes que te ayudarán a proteger e insonorizar paredes y suelos con revestimientos fabricados en estos materiales.
¿Cómo elegir tus ventanas?
Ya sabes que la perfilería de las ventanas puede ser de madera, PVC o aluminio. La fabricada con PVC es aislante por naturaleza, como las ventanas con certificación Passivhaus Synego y Geneo, de la firma Rehau pero tienen en su contra que son poco sostenibles. Las de aluminio, como las de la imagen, son resistentes, duraderas, ignífugas, versátiles, seguras, reciclables y sostenibles, según nos cuenta la AEA (Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie) a través de la web www.lamejorventana.es, pero precisan tener rotura de puente térmico para lograr aislar casi lo mismo que las de PVC. Sea cual sea la que elijas, completa tu ventana con un doble acristalamiento para proteger mejor tu casa del frío y del calor y ahorrar en la factura del gas.
Humedades en casa, visibles o no
"El aislamiento y la ventilación son elementos claves para minimizar problemas de humedad que pueden afectar a suelos, paredes, techos y electrodomésticos"— nos aseguran desde Home Serve, la empresa de averías y reparaciones en el hogar. Si la humedad es por condensación, vigila que las ventanas cierren herméticamente para un correcto aislamiento y si eres de los que te gusta ducharte con agua bien caliente, ventila en profundidad el baño después, para eliminar todo el vapor.
Puede que esa humedad se haya producido por alguna filtración de agua, en este caso estáte atenta a posibles charquitos de agua bajo radiadores, grifos, cañerías... A veces una arandela o una llave de paso gastada es la causante del problema. Sustituirla por una nueva será la solución. En la web de HomeServe, www.homeserve.es, hallarás vídeos y tutoriales de reparaciones sencillas.
Recuerda que en estos momentos, los profesionales solo irán a tu casa si la avería es realmente grave. Por ejemplo, si le has hecho una gotera a tu vecino de abajo pero no detectas dónde está el problema. Llama al seguro para que lo solucione. Y si quieres saber cómo detectar una posible fuga de agua, haz este truco: cierra la llave del agua y mira el contador. Si sigue funcionando y la cifra sigue aumentando, está claro ¡hay fuga a la vista! En este caso, llama al profesional para que lo solucione antes de que el problema vaya a más.
¡Y qué pasa con la luz!
La realidad nos ha obligado a adaptar nuestras rutinas a espacios interiores por lo que una buena iluminación puede contribuir a hacer más eficiente nuestra actividad y a mantener un mejor estado de ánimo. Pero ¿sabes cuál es la mejor luz para cada una de las actividades en casa? "La cantidad de luz, la regulación de la temperatura de color, es decir, que se pueda elegir entre una iluminación más cálida o más fría, y el diseño que mejor encaje con el resto de la decoración son factores clave para una buena elección y evitar eso que llamamos "contaminación lumínica", según nos explica Jordi Manrique de la empresa de iluminación Signify (www.signify.com). Atenta a las siguientes recomendaciones:
- Empieza el día con una iluminación potente y fría (4000ºK) para despertarte con energía mientras te duchas, maquillas o afeitas en el baño. Luego, a la tarde-noche conviene que sea más cálida y que no sobrepase los 2.700ºK.
- En el salón procura que la iluminación sea regulable en intensidad, temperatura e incorpora algún toque de luz de color. Distribuye distintos puntos de luz por el espacio ya que esta estancia es una de las más versátiles y ahora mismo la utilizamos para distintas actividades. Por ejemplo, para escuchar música en el salón o ver la tele utiliza una luz indirecta, con lámparas de pie o sobremesa y tonalidades cálidas (2700ºK) que inciten a un ambiente más relajante. Pero si vas a teletrabajar emplea una luz más blanca y fría (4000ªK) que te ayude a concentrarte y a rendir entre un 10-15% más. Y para hacer deporte o jugar, utiliza una luz general de techo (plafones o lámparas suspendidas) que emitan una luz blanca y fría (4000ºK).
-En la cocina, ilumina la encimera con una luz brillante, uniforme, blanca y fría (4000ºK) que te ayude a focalizar las tareas y evitar posibles incidentes.
- En los dormitorios, lo mejor es optar por una iluminación indirecta, suave y cálida (2700ºK) que ayude a conciliar el sueño con lámparas en mesillas de noche, apliques en cabeceros o lámparas de pie.
- Y para disfrutar de una charla alrededor de la mesa de comedor emplea una iluminación general más neutra con lámparas colgantes, focos de techo o guirnaldas sobre la mesa.
¡Qué mal huele! Ponle remedio
A veces tu casa desprende malos olores y no sabes a qué se deben. Mientras estás dentro de ella apenas lo aprecias pero cuando vuelves de comprar en el súper, notas un ligero tufillo desagradable nada más entrar. Estos hedores pueden venir dados por la suciedad que se acumula en los filtros, el ventilador o el desagüe del aire acondicionado, por lo que procura mantenerlos limpios.
En el caso de que el "desagüe esté conectado a una tubería de la vivienda, colocar un sifón solucionará el problema" —aseguran desde Home Serve. Desde esta empresa aconsejan además "ponerlo de forma regular, utilizando el modo FAN o ventilador, que ni enfría ni calienta el aire y apenas consume electricidad". ¿Otro truco más? No utilices ambientadores mientras tengas encendido el aire acondicionado, tanto las partículas de estos como el humo del tabaco. al pasar una y otra vez por los filtros, pueden generar malos olores.
¿Y si es la cocina la que huele mal? Entonces revisa la campana extractora. Puede que esta no aspire bien porque está mal instalada, se ha bloqueado la turbina o, simplemente, porque los filtros están sucios. Para evitar esto último, limpia la superficie de la campana después de cada uso y siempre cuando esté apagada. Pasa una bayeta humedecida en un aerosol desengrasante. Limpia a menudo bien los filtros en el lavavajillas, si tu modelo de campana lo admite. Si no hazlo a mano, retira el filtro aplica un potente disolvente de grasa (como KH7), déjalo actuar unos minutos y enjuágalo con agua caliente. Vuélvelo a colocar limpio y ¡como nuevo!
Y para que toda tu casa huela a gloria bendita, acostúmbrate después de cocinar a encender velas perfumadas o varillas de incienso, frutos rojos, jazmín o vainilla. Deja que su aroma se extienda poco a poco por toda la casa. Y empieza a disfrutar de ¡buenos olores!