Los níscalos, rovellons o robellones, son unos hongos silvestres que crecen en algunas zonas húmedas y montañosas de España y que, gracias a su sabor y textura, son muy valorados en la gastronomía española. De hecho, son muy consumidos durante el otoño ya que su característico tono anaranjado y su sabor terroso quedan muy bien para platos otoñales y de invierno.
Además, su temporada de recolección también coincide con esta época del año, ya que alcanza su punto óptimo desde finales de septiembre a diciembre, de ahí que los vemos con más abundancia en los mercados durante estos meses. En términos nutricionales, el níscalo es perfecto para llevar una alimentación saludable y equilibrada, ya que es un hongo bajo en calorías y con fibra, además de ser una buena fuente de proteínas vegetales y tener un alto aporte de vitaminas como B, C y D, y de minerales como hierro y potasio.
Recetas otoñales con níscalos hay muchísimas para hacer, pero la que te traemos hoy nos encanta porque, además de dejar los níscalos muy sabrosones y jugosos, se hace rapidísima (en tan solo 15 minutos) y, aparte de los níscalos, necesitarás dos o tres ingredientes básicos que ya tienes por casa.
Receta otoñal de níscalos con ajillo
Si tienes por algún lugar de la cocina dientes de ajo, pimienta negra molida y aceite de oliva virgen extra, ya solo te queda comprar níscalos de temporada y sacar 15 minutos de tu tiempo para preparar esta receta rápida de otoño: níscalos con ajillo.
Tiempo: 15 minutos
Ingredientes (para 4 personas)
- 600 g de níscalos
- 4 dientes de ajo
- 30 ml de AOVE
- Pimienta negra molida
- Perejil fresco
- Una pizca de sal
Modo de elaboración
- Paso 1. En primer lugar, vas a lavar muy bien los níscalos, pero no lo vas a hacer debajo del grifo o con agua, tiene que ser de una manera más sutil. Lo que debes hacer es pasarles un paño húmedo para quitarles la suciedad y la tierra que tengan.
- Paso 2. Una vez tengas limpios los níscalos, corta cada uno de ellos en cuatro trozos (si son piezas muy grandes, córtalos en seis).
- Paso 3. Después, vierte los 30 ml de AOVE en una sartén, ponla a calentar al fuego y, cuando esté caliente, añade los trozos de níscalos. Échales sal y pimienta a tu gusto.
- Paso 4. Saltea los níscalos en el aceite durante 5 minutos y con el fuego a temperatura media.
- Paso 5. Mientras los níscalos se saltean en la sartén, pica los dientes de ajo finamente.
- Paso 6. Cuando pasen los 5 minutos del salteado de los níscalos, agrega los dientes de ajo picados y sofríe todo durante 5 minutos más. Ve removiendo para los níscalos integren bien el sabor de los ajos.
- Paso 7. Por último, pica, también en fino, el perejil fresco, añádelo a la sartén con los níscalos y el ajo y mueve bien para mezclar los ingredientes.
- Paso 8. Retira del fuego, emplata los níscalos al ajillo y a disfrutar.
Consejo extra: Los níscalos al ajillo son más bien una guarnición para acompañar a otros platos. Quedan muy bien con huevos fritos, carnes o pescados.