La protea, conocida científicamente como leucospermum o nutans, es nativa de Sudáfrica y es considerada como una de las plantas con flores más antiguas. Su peculiar apariencia no deja a nadie indiferente ya que se parece a un alfiletero (sí, el aparatito que usaban las abuelas para colocar los alfileres de la costura). Y si la forma de su flor es curiosa, más lo es su nombre.
Y es que se dice que el género Protea fue creado en honor al dios griego Proteo, el cual se caracterizaba por tener el poder de cambiar su forma cada vez que le apetecía y transformarse en cualquier cosa. Te preguntarás: ¿qué tiene que ver esto con la planta? Pues que las proteas tienen formas muy diferentes, todas muy exóticas y distintas entre ellas. Son tan increíbles, que tienes que mirarlas dos veces para creerte lo que estás viendo.
Características de la protea
La protea es bonita la mires por donde la mires, porque hasta sus tallos leñosos, que se extienden ocupando mucho espacio en la planta, desprenden una belleza única o sus hojas verde, que son ovaladas, alargadas y muy simples. De su altura, decir que suele medir entre 90 centímetros y 1,5 metros.
En cuanto a su flor, te tenemos una sorpresa: la protea no tiene flores, simplemente es que su forma tiene ese aspecto de alfiletero que te mencionamos antes. Sí que florece a finales de primavera - principios del verano, así que será solo en esos meses cuando veas sus flores aparecer en grupos de dos o tres.
Protea
Cuidados básicos de la protea
La protea es una flor extremadamente resistente, aunque debes tener presente que el calor y las altas temperaturas pueden hacer que sus flores sufran un poco. Además, debes darle los siguientes cuidados:
1. Ubicación
Como florece al terminar la primavera y empezar el verano, es fácil de entender que su ubicación favorita es aquella donde le dé el sol directamente y por todas partes. Si las tienes en interiores, colócalas cerca de una ventana soleada. Estas plantas no soportan bien la sombra. Por este mismo motivo, no le gustan las heladas, así que en los meses de frío es mejor guardarla en interiores.
2. Suelo
Las proteas plantadas en jardines necesitan de un suelo que sea ácido, pobre en nutrientes y esté bien drenado para que no se produzca encharcamiento. En definitiva, debes evitar suelos arcillosos o demasiado ricos en nutrientes, ya que esto puede afectarlas negativamente.
3. Riego
Teniendo en cuenta el punto anterior, a la protea no le gusta el encharcamiento ya que podría pudrir sus raíces. Lo que necesita es un riego mínimo, regla que se aplica a todos los días del año, incluyendo los meses de más calor (aunque puedes aumentarlo a moderado si así lo consideras). Es muy buena aguantando la sequía.
4. Fertilización
Las proteas no requieren fertilizantes fuertes, de hecho, fertilizarlas en exceso puede dañarlas. Opta por abonos específicos para plantas acidófilas en bajas dosis y aplícaselos de forma muy esporádica.