La flor de cerezo o sakura es una de las más bellas y elegantes del panorama botánico mundial. Por algo, la floración de los cerezos se ha convertido en un acontecimiento que atrae a numerosas personas cada año. Hoy te contamos la magia y el simbolismo de una flor original, de belleza espectacular.
El cerezo (Prunus serrulata) es un árbol de tamaño reducido, de hoja caduca, tronco pequeño y copa frondosa. Las hojas que forman el follaje tienen forma ovalada y borde aserrado, y a finales del otoño adquieren matices dorados o rojizos. Sin embargo, el verdadero aliciente para su cultivo, la razón por la que es uno de los árboles más apreciados, son sus bellísimas flores. De hecho, el cerezo se cultiva con un propósito ornamental, para disfrutar de su espectacular floración primaveral.
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Por cierto, quizás te interese ver otras plantas de exterior con flor, que al igual que la flor del cerezo son muy bonitas y llenarán tu jardín de color.
la flor de sakura
Cuando llega el final del invierno y el inicio de la primavera, los cerezos se llenan de flores pequeñas y delicadas. Surgen en torno a los meses de abril o mayo, aunque esto varía de unas zonas a otras, en función de la geografía, de la climatología y de otros factores como la variedad de cerezo de que se trate.
Las flores del cerezo son pequeñas, de cinco pétalos, y surgen en grupos de dos a cinco ejemplares. Sus tonalidades vandel blanco al rosa intenso, pasando por diversos matices rosados.
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Un símbolo en la cultura japonesa
En Japón la floración de los cerezos marca el inicio de la primavera y de una nueva etapa por conquistar. Se celebra el festival del hanami, un acontecimiento popular en honor a la flor de sakura, que es todo un símbolo de la cultura japonesa. Se trata de una de las flores más famosas y populares de Japón, aunque la flor oficial del país es el crisantemo.
Durante el hanami las familias y los amigos se reúnen en los parques y la naturaleza, y celebran picnics bajo los cerezos en flor. El propósito es apreciar la belleza efímera de las flores del cerezo, de la naturaleza y de la vida.
La flor de sakura simboliza la fugacidad de la vida. La belleza de la vida y de la muerte. La floración de este precioso árbol es muy breve, al igual que lo era la vida de los guerreros samurais, de donde puede venir el simbolismo de esta flor maravillosa.
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Cuidados del cerezo
¿Te gustaría disfrutar de la floración del cerezo en tu propio jardín? Decídete a cultivar un Prunus serrulata, un árbol que no requiere de cuidados muy complejos. Búscale una ubicación a pleno sol, ya que necesita luminosidad para crecer y florecer, y protégelo de las heladas en invierno. También debes cuidar las yemas florales durante la primavera, para que después el árbol florezca en todo su esplendor.
A la hora de regarlo, durante la época de crecimiento y floración debes hacer un aporte de agua diario, sin mojar las flores. En invierno, el riego debe ser escaso. Conviene que fertilices tu cerezo después de la floración con un abono específico cada dos semanas hasta el invierno, momento en el que se suspenderá la fertilización.
La poda es un cuidado importante para tu cerezo. Recórtalo en invierno cuando sea necesario. En verano, después de la floración, puedes cortar las puntas de las ramas.
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En Japón y en otros países
La flor del cerezo no solamente se da en el país del Sol Naciente. De hecho, hay cerezos de flor por todo el mundo, aunque son más habituales en el hemisferio Norte, en zonas en las que el clima es templado: China, Corea, Nepal, India, Pakistán, Irán y Afganistán, entre otras localizaciones.
En Corea del Sur se celebra la llegada de la primavera y la floración de los cerezos. Es muy famoso el festival de Gunhang, en la ciudad de Jinhae. En China los cerezos florecen entre finales de marzo y finales de abril, y este acontecimiento se celebra en numerosos puntos de Pekin y Shanghai.
En España podemos admirar la floración de los cerezos en el valle del Jerte, en el norte de Extremadura. Cada año, al inicio de la primavera, la zona de llena de nubes rosas y blancas: los cerezos en flor son un auténtico espectáculo que dura unos 10 o 15 días.
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