¿Quién dice que el huerto no es para el invierno? Lo cierto es que es una de las mejores épocas para iniciarse en el mundo de la horticultura. Y, si ya eres una experta, sabes que los cultivos de invierno requieren menos cuidado que en verano. ¿Entre las ventajas? Pues que hay menos posibilidades de tener plagas y que necesitan un riego más moderado.

Existen varios tipos de hortaliza que se cultiva en invierno. Las de hoja como las espinacas, las lechugas –en su amplia variedad– y el apio son algunas de ellas. Las de flor, como la alcachofa, el brócoli o la coliflor. Y las de raíz. De estas destacan, para cultivo urbano, los rábanos, las zanahorias y los ajos. Pero hay muchas muchas más.

  • Espinacas: crecen bien sin mucho sol y, si le da, hay que tener cuidado de que no sea durante demasiadas horas. Le gusta la humedad, pero ten cuidado con encharcar la tierra, ya que podría provocar la pudrición de las raíces. Para recolectarla, ve arrancando sus hojas externas. Volverá a crecer de nuevo
  • Lechugas: este cultivo necesita una tierra rica en nutrientes y un buen drenaje. No necesita mucho sol para crecer y pueden recolectarse desde que empiezan a crecer hasta que alcanzan su tamaño final. Si quieres comer tu propia lechuga durante todo el año, espacia el cultivo de varias.
  • Apio: a esta planta le gusta el agua, pero ten cuidado de no encharcarla demasiado. Tampoco necesita muchas horas de sol y se desarrolla bien en zonas de semisombra. Las temperaturas demasiado bajas (menos de 5º) provocarán que los tallos sean quebradizos, por lo que si hace mucho frío donde vives, te recomendamos que esperes unos meses a plantar esta deliciosa hortaliza en tu huerto.
  • Brócoli: aguantan muy bien el frío y requieren una humedad casi constante. Cuando hayan aparecido las flores, no las riegues por aspersión, ya que pueden pudrirse y estropearse. Recoléctalo antes de que empiece a amarillear.
  • Alcachofas: no soportan las temperaturas muy muy frías ni las heladas. Es decir, no soportará temperaturas menores a -3º. Pero tampoco es fan del calor, que provocan el amargor en la planta. Necesitan riego frecuentes, sobre todo tras la plantación.
  • Coliflor: sus cuidados son parecidos a los del brócoli. Y si has elegido una variedad de porte alto, tendrás que añadir algo de tierra a la base de la planta para que no se caiga.
  • Zanahorias: el macetero en el que las plantes debe tener una profundidad mínima de 25 cm. Aunque es un cultivo de clima frío, le gusta el sol. Y si le da todo el día, mejor que mejor. También es aconsejable mantener la tierra húmeda y que drene bien.
  • Rábanos: algunas especies de rábano se cultivan en invierno y son más picantes que las de primavera, aunque tardan más en crecer. Necesitan unas 4 horas de sol al día y puede verse afectado por la falta de riego. ¡Y sácalos de la tierra cuando los vayas a comer! No dejes que crezcan demasiado o maduren de más en la nevera, ya que se ponen blandos.
  • Ajos: no hay nada más sencillo que plantar ajos. Coge uno de los dientes exteriores de una cabeza e introdúcelo en la tierra a unos 3 cm de profundidad. Ten en cuenta que les gusta el sol, aunque no el calor excesivo. Si tu zona es muy fría, espera a que empiecen a subir las temperaturas para cultivarlo.

¿Qué es la asociación de cultivos?

¿Te has dado cuenta de que hay ciertas plantas que siempre crecen juntas? Eso es porque se benefician las unas de las otras, de manera que una aporta una serie de nutrientes a la otra, que es incapaz de conseguir por sí misma, y viceversa. Vamos, que se ayudan mutuamente. Pues, cuando planifiques un huerto urbano –de invierno o de verano–, haz lo mismo. Y ten en cuenta que, igual que con unas se llevan bien, con otras no tan bien. Por ejemplo, el apio se lleva muy bien con las acelgas, las lechugas o las coles, pero no con la zanahoria. Y las habas prefieren compartir sustrato con las alcachofas, las espinacas o las zanahorias, pero no con los ajos.

La asociación de cultivos conlleva muchas ventajas para tu huerto urbano. ¿La más importante? Pues que reduces el riesgo de una mala cosecha al mismo tiempo que baja el riesgo de sufrir una plaga.

Cuando te decantes por un huerto urbano de invierno, ten en cuenta el clima que hace en tu ciudad. Hay algunos cultivos que no soportan las heladas o el exceso de humedad, por lo que tendrás que tener cuidado y protegerlos. ¡No te preocupes, tienes muchísimas opciones! Además de invernaderos, hay mantos o velas de hibernación. ¡Ya no hay excusa!