20 plantas de Navidad más allá de la flor de Pascua: perfectas para decorar tu casa durante estas fiestas

Originaria de Turquía y de Europa Central, esta planta de Navidad es ideal para espacios en semisombra ya que llegan a florecer en medio de la nieve. Debes mantener la tierra húmeda pero no encharcarla y abonarla cada 15 días para conseguir muchas flores y muy largas.

Es la prima rosa de la Poinsettia, más redondeada y más compacta. Aunque parece más delicada por su color es, en realidad, más resistente, ya que sus hojas caen mucho menos. También aguanta mejor el frío y no exige grandes cuidados. ¿Un ejemplo? Se poda ella solita.

Si lo que te gusta de la Poinsettia es su color rojo, hay una alternativa más económica: un Crotos. "Es fácil de cuidar y es de interior", comenta Alejandra Coll, de Asilvestrada. "Que tenga luz natural, pulveriza sus hojas con agua de vez en cuando, aléjalo de calefactores y riégalo solo cuando la tierra esté seca", añade.

¡Pero en maceta! Su espacio ideal es el exterior y los climas fríos. En invierno, coloca un acolchado que cubra la superficie de la tierra para ayudar a mantener una buena temperatura de las raíces y, por lo tanto, del resto de la planta. Plántala en una tierra rica en nitrógeno y mantén la tierra siempre húmeda.

Florece normalmente a finales de invierno pero hoy los invernaderos consiguen que tengamos flores también en otoño. Como es un tubérculo, puede durarte varios años. Abónalo cada 15 o 20 días con un abono rico en nitratos y potasio. Y mantenlo en el exterior porque el frío le sienta mejor que el calor.

Esta planta es una suculenta con más de 150 especies. Ponla en un lugar luminoso pero en semisombra. Para regarla, espera a que la tierra se seque y siempre hazlo con moderación. No mojes las hojas porque pueden pudrirse fácilmente. Abónala una vez en primavera y otra en verano. 

La Nandina o bambú sagrado es la alternativa del Crotos para exterior y en zonas soleadas y tiene también unas tonalidades rojizas muy atractivas. Puedes mantenerla en la maceta sin trasplantarla si no ves las raíces por fuera.

Resiste bien el frío pero no las heladas, así que si prevés que va a haber una, debes protegerla. Necesita tierras abonadas y su crecimiento es rápido. Mantén la tierra húmeda pero evita encharcarla. Si no arrancas los bulbos, estarán aletargados durante el verano y en otoño volverán a brotar. 

O Iris Unguicularis. Es una planta navideña "gran reserva" y es que cuanto más vieja sea, mejor será su floración. Puede llegar a soportar heladas de hasta 6º bajo cero y es muy resistente a las plagas. Sus flores son elegantes y tienen un intenso perfume. 

Añade un poco de espíritu navideño a tu alféizar de la ventana con esta típica y original planta amante del sol. Las amplias hojas de color carmesí de esta vibrante flor y sus ramas de color verde intenso desprenden un gran aspecto navideño. Otros cuidados del anturio implican vigilar su humedad y una limpieza de las hojas frecuente, un detalle que cuida la salud de la planta.

Este planta aromática tan usada para cocinar es un must para tener en casa estas Navidades. Es muy resistente tanto en interior como exterior, y transmite la misma vibración que un árbol de Navidad. Además, su fresco aroma parecido al pino resulta vigorizante en medio de una fría noche de invierno. Lo mejor es que será tan decorativa como útil para condimentar tus recetas navideñas de este año. Mantén la tierra húmeda -sin empaparla- y colócala cerca de una ventana para que reciba luz directa. Descubre más sobre las propiedades y cuidados del romero.  

El muérdago ocupa un lugar único en la Navidad y tiene siglos y siglos de tradición. Años ha, los druidas ya consideraban la planta del muérdago como mágica y especial porque se mantenía verde durante todo el año. A partir del siglo XVIII el significado adquirió un giro más romántico, pues los escandinavos creían que, bajo esa planta, los jóvenes no podían rechazar una proposición amorosa. La historia del muérdago en Navidad defiende que esta no puede tocar el suelo, sino que debe permanecer colgada como símbolo de protección del hogar. ¡Elige un manojo en una tienda o la planta entera para tener buena suerte en estas fiestas!

Como símbolo de prosperidad, buena salud, amistad y buenos deseos, la orquídea es un magnífico regalo navideño.  Es una flor de interior muy exótica y resistente -en invierno solo debes regarla cada dos semanas- y, además, la tienes en un gran abanico de tamaños y colores, ¡así que te resultará muy fácil encontrar una que te guste!

La Skimmia japónica es un arbusto originario de Japón apta para principiantes ya que no necesita de muchos cuidados para lucir belleza durante los 365 días del año. Su apariencia es rústica y cuenta con hojas sencillas y muy aromáticas y con racimos pequeños de flores que pueden encontrarse en diferentes tonalidades como rojizo, rosáceo o blanco, colores muy típicos de la Navidad tradicional.

La flor de algodón se trata de un arbusto originario de regiones tropicales y subtropicales. Su belleza radica en la delicadeza de sus flores pomposas y de su color blanco, características que reflejan el espíritu navideño a la perfección. Pero, ojo, que esta delicadeza también hay que tenerla con sus cuidados ya que necesita ser regada con frecuencia y estar en un ambiente con una temperatura de entre 20 y 30 grados.

La Begonia Rex es una planta perenne de origen asiático conocida por sus hojas pintadas. Lo más curioso es que cada tipo de Begonia Rex tiene un color y textura diferentes, así que te ofrece una gran variedad de tonalidades para que elijas tu favorita para estas fiestas navideñas.

La apariencia delicada de la campanilla de invierno (Galanthus nivalis) la convierte en toda una delicia para decorar la casa por Navidad. Además de por su belleza y su color blanco, llama la atención porque su flor está mirando siempre hacia abajo y su tallo está doblado. Le gusta la sombra y soporta superbien el frío y las nevadas, de ahí que se la llame "de invierno". Importante: no le gusta la humedad.

O Ruscus aculeatus. Se trata de un arbusto con frutos rojos en forma de baya roja con apariencia muy similar al acebo. Se caracteriza por tener hojas verdaderas y hojas falsas, es decir, las primeras son pequeñas con escamas y las segundas ovaladas y punzantes. Suele alcanzar una altura de entre 30 a 80 centímetros.