En cuanto suben las temperaturas en los termómetros, nos ponemos manos a la obra con el cambio de armario, guardamos todas las prendas de abrigo y sacamos las más ligeritas y fresquitas. En cuestiones del hogar, también empezamos a acondicionar todas las estancias a los meses de calor y, además de poner a punto los espacios exteriores para pasar en ellos nuestro tiempo libre, también nos despedimos de algunos textiles más propios del invierno que nos ayudan a llevar mejor el frío dentro de casa, como es el caso de las alfombras o los edredones.
Y, hablando de estos últimos, yo, personalmente, en cuanto veo el primer sol asomando por la ventana, ya estoy quitándolo de la cama y limpiándolo para guardarlo porque eso de dormir por la noche pasando calor no es lo mío. Como sé que, al ser un elemento textil grande y voluminoso, cuesta mucho lavarlo y almacenarlo en condiciones sin que se estropee o pierda su acolchado, te voy a contar qué es lo que hago yo para limpiar y guardar los edredones intactos hasta el próximo invierno.
Cómo se debe lavar un edredón
La limpieza y almacenamiento adecuados de los edredones son cruciales para mantenerlos en buen estado y asegurar su durabilidad hasta el comienzo del próximo invierno. A continuación, te cuento todos los pasos que sigo yo para limpiar y guardar los míos, llevo muchos años siguiendo este método y te puedo asegurar que los edredones quedan como nuevos y no pierden su acolchado:
1. Lee bien su etiqueta
Antes de comenzar con cualquier proceso de limpieza, siempre leo la etiqueta de cuidado de mis edredones ya que las instrucciones del fabricante ofrecen información específica sobre el tipo de lavado adecuado, la temperatura del agua y las recomendaciones para el secado dependiendo de sus materiales de fabricación y su delicadeza.
2. Aspira el edredón
Para ello, utilizo una aspiradora con un accesorio de cepillo suave para eliminar el polvo y los alérgenos de la superficie del edredón. Este paso es especialmente útil porque es muy común que el edredón haya acumulado polvo mientras estaba en uso los meses de invierno.
3. Trata las manchas
Antes de lavar el edredón completo, reviso bien por todos lados si tiene manchas. Si veo alguna, uso un quitamanchas adecuado para tratar las áreas afectadas, lo aplico sobre la mancha y lo dejo actuar durante el tiempo recomendado por el fabricante. Después, froto suavemente con un paño limpio y húmedo y dejo que esas zonas se sequen antes de seguir con el siguiente paso.
4. Lávalo
Si tu edredón es apto para lavar en lavadora, lo mejor es que utilices una lavadora de gran capacidad para evitar que se dañe y que lo metas a lavar solo, sin nada más dentro. Yo lo lavo en un ciclo delicado con agua fría y un detergente suave. Si el edredón es blanco, para aumentar su blancura también puedes agregar un chorrito de vinagre blanco de limpieza.
5. Sécalo
El secado es un paso importantísimo para evitar la formación de moho y malos olores. Si el edredón es de plumas, puedes usar una secadora, seleccionar un ciclo de baja temperatura y añadir unas pelotas de tenis limpias dentro para ayudar a mantener el edredón esponjoso y evitar que el relleno se apelmace. Si prefieres el secado al aire libre, que se recomienda sobre todo en edredones sintéticos, elige un lugar con buena ventilación y evita la exposición directa al sol para prevenir el daño del tejido y el color.
Cómo guardar el edredón
6. Almacénalo
Airea el edredón en un lugar seco durante un par de horas antes de almacenarlo. Lo ideal es que lo guardes dentro de una funda de algodón o lino para que circule el aire, no se acumule la humedad en el interior y no aparezca moho. Para que no te ocupe mucho espacio, en vez de doblarlo, enróllalo, así evitarás pliegues y arrugas que pueden dañar el relleno con el tiempo. Por último, ten también en cuenta el lugar donde vas a guardarlo: intenta que sea un lugar fresco, seco y oscuro. Evita zonas propensas a la humedad, como sótanos o áticos, para prevenir el moho y los malos olores.