Una casa fea, 'afea' tu armario
Si usas cajas feas o poco bonitas en el interior de tu armario le harás un flaco favor decorativo. Las cajas, sobretodo si son grandes, marcan mucho la decoración de tu armario y deslucen el interior, a pesar de que sea un armario de diseño ideal.
¿Cómo distinguir una caja fea? Porque tiene un color oscuro o chillón que no te encaja con nada o un estampado imposible que causa más desorden visual que otra cosa. ¿Nuestro consejo? Las cajas en tonos neutros y claros, tanto de cartón como de tela, son un acierto seguro. Una caja perfecta es sin duda el modelo RABBLA de Ikea.
En una caja fea lo que guardas dentro también lo parece
Es así, si el continente es feo da que pensar que el contenido también lo será. No puedes guardar tus mejores joyas o tus complementos más monos en una caja horrible porque entonces ellos también te lo parecerán.
Si vas a guardar objetos pequeños, lo mejor es que optes por un modelo con compartimentos y que apliques la máxima de bonito por fuera y por dentro.
Una caja fea se queda olvidada en el fondo de la librería
Así es, como no quieres que sea vea ese caja en verde pistacho o naranja en un mueble abierto como la librería lo que haces es irla empujando poco a poco hasta la trasera de la librería y así no se ve tanto.
El problema es que si no ves la caja puedes ser que también te olvides de lo que guardas dentro y eso te hará acumular de más y olvidarte de cosas que ya tienes. Así que busca una caja bonita que quede bien ahí a la vista de todos. Y, vigila, las cajas transparentes no son la panacea, si abusas de ellas pueden causarte mucho desorden visual.
Una caja fea seguro que no te pega con nada
Efectivamente, la cajas feas no hay por dónde combinarlas. En El Mueble siempre solemos decir que las cajas iguales siempre son mucho más decorativas. Por eso, puede ser que tengas varias cajas que en solitario tampoco son muy feas pero juntas no hay por donde cogerlas.
¿Cómo conseguir que queden bien? Pues aplicando una regla similar a la que usamos a la hora de combinar estampados. Si mezclas cajas muy distintas, al menos, que tenga un color en común y prima los diseños lisos a muchos estampados. Con uno que destaque por encima del resto es más que suficiente.
Una caja fea habla mal de ti
Ya como colofón a nuestras razones. Así es, una caja fea sobre la consola del recibidor, la mesa de centro o una estantería al final a quien te deja mal es a ti porque dice: "aquí está una persona que no cuida hasta el mínimo detalle de su casa".
Y es que un mal complemento o accesorio puede deslucir un mueble bonito o rincón con encanto y bien decorado. Tenlo en cuenta.