¿Has pensado la de ropa de complementos que tienes en tu armario y no te pones? De hecho, está demostrado que solo nos ponemos un 30% de la ropa que tenemos. Los motivos para guardarla son muchos: olvido, pena, esperanza de que te vuelva a ir, dejadez...
Lo ideal sería que cada seis meses (con los dos grandes cambios de temporada) hicieras una limpieza a fondo de tu armario para eliminar de una vez por todas aquellas cosas que no te pones y te están quitando un espacio muy valioso.
Te podrías apuntar a la tendencia de los armarios cápsula que apuesta por tener un número de prendas limitado en el armario. Prendas de calidad y fáciles de combinar entre sí que te permitan muchos outfits sin necesidad de tener el armario hasta los topes. ¿Te apuntas al menos es más? Esto es lo que deberías eliminar de tu armario, tú decides si lo donas, lo tiras o lo vendes.
1. Esos pantalones que no son retro ni vintage, que son pasados de moda
Si no se lleva y se ve viejo, no te lo vas a poner. Los básicos, como una camisa blanca o un vestido negro, no pasan de moda, pero hay otras prendas que no soportan tan bien el paso del tiempo. Las firmas de ropa son muy hábiles y cíclicamente cambian los patrones de la ropa para que, horror, esos pantalones se vean superanchos o esa camiseta muy corta.
2. Pijamas de cuando ibas al instituto
"Es que es tan cómodo, es que me va tan bien...". No. Lo que les pasa a los pijamas viejos es que están dados y desgastados de tantos usos y lavados. Además, lo más seguro es que su estampado tampoco sea el más adecuado para una persona de tu edad. Diles adiós porque ni de noche debes perder estilo.
3. Collares ochenteros y bisutería rota
Puede ser que la guardes por lástima, pensando que la vas a arreglar o porque te habías olvidado de que existía. Collares, pulseras, pendientes... te roban más espacio del que crees y, mal organizados, son ruido visual dentro del armario. Así que despídete con gratitud de ellos, al estilo Marie Kondo.
4. Chándales viejos de andar por casa
¿De verdad necesitas todo ese cajón para la ropa de andar por casa? Camisetas anchas, ropa que ya no te pones para la calle y no quieres tirar, chándales viejos... Aunque estés por casa debes ir mona y no con esas reliquias. Gana espacio y di adiós a esa ropa que, además, no te favorece nada.
5. Gafas de sol del siglo pasado
No guardes tus gafas por pena y nostalgia, ni gafas de sol algo desfasadas por si se vuelven a llevar. Como mucho, guárdate unas gafas graduadas (por si se te rompen las que llevas) y solo las gafas de sol que aún estás dispuesta a ponerte. El resto, tíralas.
6. Bolsos que no has usado en 4 años
No te decimos que tires un bolso bueno de piel de esos clásicos que en una ocasión especial te puedes poner, pero sí aquellos bolsos que guardas porque sí y que hace años que ni usas (ni te acuerdas de ellos). ¿Cuál es la mejor manera de guardar bolsos? Los blandos dentro de los rígidos y los pequeños en una bandeja o cesto agrupados.
7. La ropa para cuando adelgaces
Ya sea porque te queda enorme o porque hace siglos que no consigues abrocharte el botón. Si tienes ropa que, directamente, no es de tu talla, no pinta nada en tu armario. Véndela o dásela a alguien que la pueda aprovechar.
8. Calcetines sin pareja y algún agujero
No guardes los calcetines desparejados pensando que, algún día, dejarán la soltería. Si hace tiempo que no encuentras su pareja es que, probablemente, se ha extraviado. Tampoco debes apurar su vida útil hasta que algún que otro agujero asome. Así que cada oveja con su pareja y siempre perfectos. Además, si los guardas en vertical, te ocupan menos y son más fáciles de encontrar.
9. Ropa que no sabes cómo combinar
A veces pasa, de repente te compras algo muy distinto a todo lo que tienes porque se lleva o, en ese momento, te ha parecido que te lo vas a poner. Y, después, cada vez que intentas combinarlo, no sabes con qué ponértelo. Si pasan los meses y sigues si encontrar tu outfit, lo mejor es que te deshagas de esa prenda.
10. ¿Hace más de un año que no usas esa chaqueta?
Si ya no recordabas que tenías esa chaqueta o esos pantalones, lo más seguro es que no te acaban de gustar. Despídete de las prendas que tienes claro que no te vas a volver a poner y deja en suspenso aquellas que realmente te gustan pero dudas. Si en 2-3 meses no te las has puesto, diles adiós.
11. La ropa que tienes que arreglar y nunca arreglas
Si son arreglos sencillos, como coser un botón o algún descosido, puedes solucionarlo tu mismo. Pero si hace tiempo que guardas esa falda o camisa para llevarla a la costurera para entrarla un poco o a subir el dobladillo, para que sea midi, lo mejor es que aproveches para donarla. Seguro que a alguien le gusta tal y como es.
12. Bañadores y bikinis que te da pena (o nostalgia) tirar
Aunque te parezca que ocupan poco espacio, tener todos los bikinis de tu vida guardados en un cajón no te hará recuperar tu talla por arte de magia (ni revivir el verano del 92). Además, las prendas de baño que has usado mucho se ven desgastadas y, si se han dado, ya no te quedan tan bien. Quédate con los que te pones y listos.
13. Esas camisetas publicitarias 'terribles'
Admitámoslo, todas acabamos acumulando camisetas que nos regalan aquí y allí para "cuando pinte en casa, vaya a la playa o duerma". Pero la inmensa mayoría, por no decir todas, acaban el resto de sus días en la balda de atrás del armario o el fondo del cajón. Así que cógelas y tíralas todas.
14. Tu colección de perchas vintage
Lo ideal es que todas las perchas del armario sean iguales. No solo es más estético, sino que, además, aprovechan mejor el interior del armario. Lo ideal es que sean de madera, tipo traje y nada de mezclar de alambre, plástico, madera... Si las eliges del mismo color que el fondo de armario, se funden con él. Tenemos la percha ideal para cada prenda.
15. Esos zapatos que te hacen daño
Si ya has probado con todo: los has llevado al zapatero para que te hagan la horma, lo has puesto en el congelador, les has cambiado la plantilla... y aun así te siguen haciendo daño, despídete de ellos. Así ganas más espacio para tu zapatero. Te damos trucos para que los guardes bien.
16. Esos cincuenta fulares que hacen bulto... y no te pones
Haz recuento de tus fulares y luego piensa cuántos realmente te pones. Verás como te pones solo un 25% del total. Y lo mismo te pasarán con sombreros, cinturones... Haz una selección de lo que te gustan menos y tíralos (o dónalos o véndelos). Como mucho te habrás quedado con un 40% del total que tenías.
17. Despídete de tu colección de cajas
Las cajas son muy útiles para mantener el orden en el armario, pero, si te pasas y guardas demasiadas, puedes conseguir el efecto contrario. Ten cajas solo para lo más pequeño, coordinadas entre ellas y con una etiqueta con su contenido. Así no te volverás loca buscando tus guantes favoritos. Estas son el tipo de cajas que tu armario necesita.
18. La camisa con volantes que te regaló tu madre o tu suegra... y no te gusta nada
A veces tirar un regalo da pena, pero si no te gusta eso que te han comprado (y no lo cambiaste en su momento) no tiene sentido que siga en tu armario. Porque si no te gusta, nunca te lo vas a poner. Una idea: puedes ponerlo a la venta en Wallapop, que no sea tu estilo, no significa que a alguien le pueda enamorar.
19. Ropa de deporte de los 80
Porque al gym también hay que ir en condiciones, guarda en tu cajón de la ropa de deporte solo la que realmente usas. Si tienes camisetas de carreras que no te van bien, pantalones desgastados, sujetadores que ya no sujetan, no los guardes por guardar. Así tu cajón estará más despejado y tendrá solo lo que usas.
20. La ropa interior de hace varias temporadas
Según los expertos deberíamos cambiar la ropa interior que más usamos cada año. ¿Lo pones en práctica? Seguramente no. En su defecto puedes hacerlo cuando notes que está desgastada y ya no tiene la misma sujeción, en el caso de los sujetadores, por ejemplo. Aquí tienes más cosas que deberías renovar cada año.
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