La lejía es uno de los productos de limpieza más utilizados (y eficaces) para combatir los gérmenes y las bacterias en casa. Sin embargo, muchas personas llevan usándola mal toda la vida sin saberlo. Por ejemplo, limpiando cualquier superficie con ella o mezclándola con amoniaco. Si eres una de ellas, toma nota, porque resolvemos todas tus dudas para que no vuelvas a equivocarte.
Qué se puede limpiar con lejía
1. Para la limpieza del inodoro
El inodoro es uno de los rincones de la casa, junto con el fregadero, que acumula mayor suciedad. De ahí que se deba limpiar de forma eficaz. La lejía es un producto de limpieza que se puede utilizar para limpiarlo, ya que consigue arrastrar cualquier residuo e incluso acaba con las manchas amarillas más difíciles de eliminar.
2. En SUPERFICIES Y ELECTRODOMÉSTICOS de LA COCINA
La lejía también se puede usar en superficies de la cocina que no sean de madera y en el interior de algunos electrodomésticos como el frigorífico. Sin duda, es el mejor desinfectante para los cajones de la nevera, que se deben limpiar de forma periódica.
3. para quitar manchas de la ropa
Ahora bien, limpiar con lejía tiene un inconveniente: puede decolorar la ropa. Por eso es recomendable que cuando la usemos llevemos puestas prendas viejas. Sin embargo, también es una ventaja. Gracias a su poder blanqueante, se puede usar como quitamanchas. Eso sí, antes de usar lejía en determinados tejidos, siempre es mejor leer la etiqueta.
4. como BLANQUEADOR DE JUNTAS
La mayoría de juntas se ensucian debido a la humedad y terminan adquiriendo un color amarillento. La mejor opción de limpieza en este caso es utilizar blanqueantes para juntas, que nos ayuden a que los azulejos tengan buen aspecto. ¿Un ejemplo? La lejía. Si la usas con detergente harás desaparecer el moho de las juntas al instante.
5. en DESINFECCIÓN DE VERDURAS Y FRUTAS
Aunque suene raro, se pueden desinfectar las frutas y verduras con lejía. Pero cuidado, hay que utilizar una lejía apta para alimentos. Se trata de un hipoclorito de sodio al que se le han eliminado alcalinizantes e impurezas presentes en la lejía común. Por eso, este producto no daña los alimentos.
Cómo usar bien la lejía y no intoxicarse
- Nunca hay que mezclar la lejía con otros productos, ya que puede producirse una reacción química que emite cloro al ambiente y, por tanto, produce una irritación de las vías respiratorias.
- Es imprescindible usar guantes, ya que la lejía es un producto muy agresivo y puede causar irritación en la piel.
- Utilizar una cantidad adecuada a la superficie, de lo contrario, se puede estropear. Añadir más cantidad de lejía no te garantiza más poder de limpieza. La Organización Mundial de la Salud recomienda una concentración del 0,5% lo que corresponde a mezclar 130 ml de lejía en 870 ml de agua.
- Es aconsejable ventilar la zona donde se utilice lejía. Si hay mucha concentración en el ambiente, es probable que aparezca irritación en los ojos o lagrimeo.
Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.