El verano es muy largo y da mucho de sí. Está genial que desconectemos, recarguemos energías y seamos más flexibles. Pero esto tampoco debería implicar echar por tierra el esfuerzo y los buenos hábitos del resto del año. Si te tomaste la molestia de llevar a cabo el ritual de limpieza de primavera en el cuarto de baño, seguro que encuentras el tiempo necesario para mantenerlo y llegar a septiembre con la casa en buenas condiciones.
Para que nos entendamos, no se trata de darte la paliza del siglo (y menos con las altas temperaturas que tenemos) sino de llevar a cabo una serie de tareas fáciles y muy asumibles, que ayudarán a que tu baño transmita se vea aún más limpio, desinfectado y reluciente. Puedes hacer coincidir una o varias de ellas con la limpieza semanal de esta estancia para hacerlas poco a poco, o dedicarle una mañana entera y luego premiarte con un buen chapuzón en la piscina. Tú marcas el ritmo.
Limpiar a fondo la grifería
En la zona alrededor de los grifos suelen quedarse restos de producto, suciedad o cal. En este caso deberás aplicar vinagre de limpieza, dejar actuar unos minutos y frotar con un cepillo de dientes de cerdas suaves. Para las manchas que la cal deja en la grifería puedes frotar con zumo de limón, aclarar y secar bien con un paño de algodón. ¿Se trata de grifos dorados? Para evitar que se rallen límpialos con un mojado en agua caliente.
Si además de limpios quieres que brillen, frótalos con una mezcla de vaselina y bicarbonato. Esta capa protectora logrará que estén relucientes más tiempo.
Lavar la mampara o la cortina de la ducha
Si has adquirido unos buenos hábitos en la limpieza del baño, lo ideal es que la seques después de cada uso y así evitar la acumulación de cal, sobre todo en las zonas donde el agua es dura. Cuando quieras limpiarla más a fondo puedes utilizar agua jabonosa o pasar un trapo empapado en vinagre de limpieza. Elijas el método que elijas, SIEMPRE sécala a conciencia.
Aunque en muchos hogares ha sido desplazada por la mampara, todavía son muchos los que cuentan con cortina de baño. Justamente uno de los errores que cometemos a la hora de limpiar el baño es olvidarnos de lavarla. La mayoría de ellas pueden lavarse sin problema en la lavadora quitando los ganchitos que la sujetan a la barra. Para salir de dudas, lo mejor es leer la etiqueta.
Por otro lado, en caso de presentar manchas de humedad aquí tienes un truco casero para eliminarlas: disuelve 2 cucharadas de percarbonato de sodio en 1 litro de agua caliente y sumerge las cortinas durante 1 hora. Aclara y lávalas como acostumbras.
Limpiar los azulejos y el suelo de la ducha
Quedarán muy limpios si utilizas un limpiador multiusos diluido en agua, aclaras y secas bien para que no queden marcas de agua y cal. Estas podrás quitarlas con una mezcla a partes iguales de agua caliente y vinagre. Luego enjuaga y seca de nuevo.
El mismo multiusos te servirá para limpiar las juntas, pero si ya están muy oscuras puedes utilizar un producto específico para blanquearlas. También resulta efectivo y más casero hacer una pasta con bicarbonato y agua. Tendrás que dejar que repose media hora para posteriormente pulverizar con vinagre de limpieza. Notarás enseguida cómo reacciona ya que salen unas burbujitas. Frota y aclara.
Limpieza de la bañera
No nos damos cuenta pero por el desagüe de la bañera caen cabellos, pielecitas, pelusas, restos de jabón y un largo etcétera que se va acumulando en las tuberías. Para limpiarlos y evitar que se obstruyan puedes utilizar este truco: pon tres cucharadas de bicarbonato en el desagüe, vierte un chorro generoso de vinagre de limpieza y deja que actúe al menos media hora. Añade un litro de agua muy caliente y verás qué cambio.
Si no quieres dañar el esmalte de la bañera, olvídate de utilizar productos abrasivos y mucho menos lejía. Haz lo mismo que con la ducha: un limpiador multiusos diluido en agua que tendrás que aclarar con agua (mejor caliente) y secar bien.
Lavar las toallas y alfombrillas
Por lo general, se recomienda lavar las toallas del baño al menos una vez a la semana. Para que te queden suaves como las de los hoteles, lee bien la etiqueta, evita el uso de secadora o una velocidad de centrifugado demasiado alta, no las seques bajo el sol y plánchalas a la temperatura justa.
A la hora de lavarlas puedes utilizar tu jabón y suavizante de siempre, o sustituir este último por media taza de vinagre blanco. Según los expertos en limpieza, el vinagre elimina los residuos de producto que se acumulan en las fibras. Si lo que buscas es que las toallas recuperen su esponjosidad, tendrás que lavarlas en agua caliente sin detergente y añadir una taza de vinagre.
limpiar el exterior del lavabo
Al igual que haces con el bidé o el resto de sanitarios (excepto el inodoro que requiere un producto más desinfectante), puedes limpiar el lavabo con agua jabonosa caliente, ya que resulta más eficaz y facilita el secado. En uno de los puntos anteriores ya hemos mencionado la importancia de limpiar alrededor de la grifería, sin embargo no hemos hablado de los rebosaderos de agua ni los filtros.
Para los primeros puedes echar un chorrito de vinagre de limpieza y limpiar con un bastoncillo o un estropajo pequeño. Los filtros deberás limpiarlos de vez en cuando ya que suele acumularse arenilla que puede hacer que disminuya la cantidad de agua que sale del mismo.
Ordenar el armario del baño
Al armario, mueble o cajón del baño no solemos prestarle tanta atención como a los sanitarios, con lo que cuando te quieres dar cuenta han pasado ya 6 meses sin haberle dado un repaso al interior. Lo mejor que puedes hacer es vaciarlo por completo y limpiarlo con tu multiusos de confianza o con agua caliente jabonosa, aclarando y secando bien antes de volver a llenarlo.
En cuanto a los productos, desecha lo que esté gastado o en mal estado y busca en el envase el símbolo PAO ("Period After Opening"), que indica el tiempo útil para su uso (6, 12 o 18 meses). Luego mételo todo de nuevo buscando un criterio que te facilite el día a día, por ejemplo la frecuencia con la que los utilizas.
Lavar el exterior de los envases
Los productos de cuidado personal, la jabonera, el vaso del cepillo de dientes y cualquier objeto de decoración que puedas tener en el cuarto del baño, cogen humedad, se ensucian y, sobre todo si no los cierras bien, pueden secarse o dejar un cerco pegajoso y poco estético. Soluciónalo rápidamente lavando con agua jabonosa la jabonera y el vaso, y pasando un paño húmedo por el resto. Seca y ¡listo!
Limpieza profunda de la zona del inodoro
Además de limpiar el interior del inodoro, en esta zona tenemos varios frentes abiertos como el exterior, la parte posterior, la escobilla y el portarrollos. Aunque no lo parezca, en esas zonas pueden concentrarse mayor número de gérmenes que en el interior, ya que no solemos prestarles tanta atención ni el agua corre después de cada uso. Limpia esas zonas con el mismo producto desinfectante específico (siempre con guantes) y aclara y seca bien.
Para la escobilla echa un chorrito de producto por encima y métela dentro del inodoro con la tapa bajada, tira de la cadena y muévela a la vez para que se enjuague bien. Para que además de a desinfectado huela a limpio, puedes añadir unas gotas de aceite esencial en el interior del rollo de papel higiénico. El olor a limón siempre es un acierto.