7 trucos de experta (+1 EXTRA) para limpiar la terraza: suelos, muebles, textiles y más

Los suelos de barro se limpian con agua caliente con un poco de vinagre. Si son porcelánicos también puedes usar lejía rebajada. Si sus juntas han ennegrecido, frótalas con amoníaco. Los suelos de piedra quedan bien con agua jabonosa. Si tienen manchas, puedes tratarlas con bicarbonato. Barre tu suelo de cemento con una escoba especial. Límpialo con una mezcla de agua, vinagre, amoníaco y detergente. Luego, enjuaga.

Empieza eliminando el polvo de tu terraza. Pasa el aspirador por todos los rincones: techo, toldos, paredes y suelo, por este orden. Así evitas que la suciedad caiga sobre lo que ya has limpiado. Después, limpia la puerta de la terraza por dentro y fuera. Repasa también los cristales. La suciedad acumulada se elimina con agua caliente jabonosa. Aclara y pulveriza una mezcla de agua y vinagre y frota con un paño especial para cristales. Enjuaga y seca bien.

Los toldos y las sombrillas acumulan mucho polvo. Pasa el aspirador por la lona y el mecanismo. Frota el exterior con un paño humedecido en agua jabonosa. Si tienen manchas, usa amoníaco. Enjuaga bien. Por otro lado, las colchonetas y cojines de loneta suelen ser desenfundables, por comodidad. Si tienen manchas, trata con agua y vinagre antes de poner en la lavadora. En los tejidos sintéticos, frota las manchas con zumo de limón y sal. Finalmente, céntrate en las alfombras. Elígelas sintéticas para que resistan mejor a la intemperie. Aspira y lava con jabón neutro. Si son de algodón o fibras, deberás eliminar las manchas cuanto antes y aspirar a menudo.

Trata los suelos y los muebles de madera dos veces al año con aceite de teca. Limpia con agua jabonosa sin mojar demasiado. Frota las manchas con agua y bicarbonato. Los muebles de maderas tropicales, como teca o iroco, se limpian con un cepillo suave y agua y jabón neutro. Los de maderas nobles, como roble o haya, debes protegerlos de la intemperie. Retira el polvo y pasa un paño humedecido en agua y vinagre.

Elimina el polvo con el aspirador y pasa un cepillo con agua caliente y jabón neutro. Aclara con un paño humedecido en agua con sal para endurecer el mimbre. Nutre con cera natural o aceite. Las fibras artificiales son más económicas y fáciles de mantener, ya que no se decoloran por el efecto del sol. Elimina el polvo con un plumero de microfibra y limpia con agua jabonosa. 

Aluminio y acero quedan como nuevos con agua y jabón neutro, ya que resisten bien al exterior. Las de hierro forjado pueden tener óxido. Retíralo con lana de acero y parafina y, luego, aplica una capa de barniz. Además, las piezas de plástico son resistentes y fáciles de limpiar con agua jabonosa. Si tienen manchas, evita productos abrasivos, como amoníaco y acetonas. Insiste con agua jabonosa y aclara con agua y vinagre. Seca bien.

Para empezar, ten en cuenta las pérgolas y las celosías. Retira el polvo con un paño húmedo y limpia las estructuras metálicas con agua y jabón neutro. Enjuaga y seca al aire. Si son de madera, humedece menos y trata con un barniz específico dos veces al año. Por otro lado, limpia las lámparas de exterior. Aprovecha para limpiar focos, bombillas, faroles y lámparas de exterior. Primero retira el polvo y, luego, pasa un paño humedecido. Seca bien con un paño de microfibras.