Los abrigos son una de las prendas más voluminosas del armario, y cuando llega el momento de hacer el cambio de temporada, guardarlos correctamente marca la diferencia entre que se conserven impecables o que la próxima vez que los saquemos nos encontremos con pliegues marcados, tejidos deformados o incluso malos olores. Un almacenamiento adecuado no solo protege la inversión que hemos hecho en ellos, sino que también optimiza el espacio en nuestro armario, permitiéndonos tener un vestidor funcional y ordenado.
El secreto está en seguir un método que ase adapte a las necesidades de tu prenda, teniendo en cuenta el tipo de abrigo, el material y el espacio disponible. Desde la elección de perchas adecuadas, cajas para su almacenamiento y técnicas de doblado para los modelos más delicados, cada detalle cuenta. Además, guardar los abrigos con orden nos permite acceder fácilmente a ellos cuando bajan las temperaturas sin que el armario se convierta en un caos.
Si quieres que tus abrigos se conserven en perfecto estado y que el cambio de temporada sea mucho más sencillo, sigue estos consejos clave para almacenarlos de manera eficiente y sin errores.
Mantener la ropa ordenada no solo mejora la estética de tu armario, sino que también te ayuda a aprovechar mejor el espacio. Desde la mejor forma de doblar jerséis y sudaderas (aprende cómo) hasta el truco viral para organizar jerséis gordos sin ocupar demasiado (que haría feliz a Marie Kondo). Y si no tienes armario, no te preocupes: hay formas muy estilosas de guardar la ropa (descubre cuáles).
1. Limpia antes de guardar
Antes de guardar un abrigo, es crucial que esté completamente limpio. Las manchas, el polvo y la suciedad pueden deteriorar las fibras del tejido y favorecer la aparición de olores desagradables o incluso de insectos.
- Revisa bien las etiquetas antes de la limpieza. Cada prenda viene con instrucciones específicas para su cuidado. Lee detenidamente la etiqueta para saber si requiere lavado a mano, lavado en máquina o limpieza en seco.
- Lava en casa o de forma profesional. Si el abrigo es delicado o costoso, acudir a un servicio profesional de limpieza puede ser la mejor opción para evitar daños accidentales.
2. Seca de forma correcta
La humedad residual puede ser perjudicial, ya que favorece la formación de moho y la deformación del tejido.
- Seca al aire si puedes. Tras la limpieza, seca el abrigo en un lugar ventilado, preferiblemente a la sombra, para evitar la exposición directa al sol, la cual podría afectar el color y la estructura del tejido.
- Verifica que la prenda esté seca. Asegúrate de que la prenda está seca antes de proceder a su almacenamiento. Incluso pequeñas cantidades de humedad pueden deteriorar la prenda con el tiempo.
3. Busca un buen almacenaje (bolsas de telas, cajas...)
El Mueble
Intenta evitar el uso de bolsas de plástico, ya que impiden la circulación de aire y pueden atrapar la humedad. También es habitual que este tipo de bolsas manchen la ropa o la estropeen. Las fundas de tela, preferiblemente de algodón, permiten que la prenda "respire" y se mantenga en mejores condiciones. Puedes usar cajas. Pero intenta siempre asegurarte de que tengan ventilación o utiliza cajas que puedan abrirse ligeramente para permitir la circulación del aire.
4. Almacenaje en perchas
Una buena idea para evitar que los abrigos pierdan su forma es almacenar en perchas. Colgar el abrigo es una de las mejores maneras de conservar su forma, pero es importante hacerlo correctamente. Elige perchas anchas y acolchadas. Estas distribuyen el peso del abrigo de manera uniforme y evitan que se formen marcas o deformaciones en los hombros. También puedes usar perchas de madera o con tejido suave de terciopelo. Ofrecen un soporte más firme en comparación con las perchas de plástico o metal delgadas.
5. Cuidado extra de los abrigos
Incluso cuando están guardados, es importante revisar tus abrigos cada cierto tiempo. Intenta sacar los abrigos del armario de vez en cuando para airearlos. Esto previene la formación de olores y ayuda a detectar posibles problemas de humedad o deterioro. Revisa que no se hayan formado arrugas profundas o que la prenda no se haya deformado con el tiempo
6. Incorpora elementos aromáticos
Para mantener tus abrigos libres de insectos y con un aroma fresco, puedes considerar el uso de productos naturales. Las bolsitas de lavanda o cedro son elementos perfectos que aportan un aroma agradable y actúan como repelente contra polillas y otros insectos.
6. Abrigos con tejidos especiales
Hay abrigos que cuentan con detalles especiales como bordados, lentejuelas... Este tipo de abrigos deberían guardarse en fundas de tela que permitan la circulación de aire, pero que los protejan de golpes y rozaduras.
Los abrigos de lana pueden ser más susceptibles a deformarse si se cuelgan de manera inadecuada. En estos casos, el almacenamiento horizontal en un estante amplio es ideal para evitar que el peso del tejido se concentre en un solo punto. Es importante asegurarse de que los abrigos estén completamente secos antes de guardarlos, ya que estos materiales pueden retener humedad de forma diferente a los naturales.
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