Aunque tendemos a pensar que las toallas del baño no se ensucian con facilidad porque, justamente, las usamos para secarnos cada vez que nos lavamos, debemos recordar también que el cuarto de baño es la estancia del hogar con más humedad y, normalmente, una de las que gozan de peor ventilación. Tras cultivos microbiológicos hechos en toallas de baño, se encontraron numerosos tipos de bacterias y microorganismos en ellas.
Todas estas bacterias son perjudiciales, además, tanto para la piel como para nuestro cabello, por eso debemos ser especialmente constantes con el cambio de las toallas en nuestro cuarto de baño. De esta forma, evitaremos que proliferen en sus tejidos los gérmenes procedentes de la acumulación de humedad, más ahora en verano que, con el sudor y las altas temperaturas, estas bacterias se generan con mucha más facilidad. Entonces, ¿Cada cuánto tiempo debo cambiar las toallas del baño? En El Mueble te lo contamos.
¿Cada cuánto tiempo hay que cambiar las toallas?
Cada vez que tenemos una duda y, tras buscar toda la información posible con la que contrastarla, tendemos a buscar consejos en Instagram que nos ayuden a resolverla de forma rápida y visual. Hemos dado con unos tips muy útiles del Dr. Sebastian Arrieta M que, basado en las recomendaciones del Instituto de Limpieza, nos cuenta cada cuánto debemos cambiar las toallas en nuestro cuarto de baño para evitar que los gérmenes proliferen en ellas:
Las toallas del baño
Debemos lavar las toallas del baño cada 3 usos. Es bueno cambiarlas con frecuencia porque, además de acumular mal olor, pueden generar todo tipo de bacterias y gérmenes que se peguen a nuestra piel y sean perjudiciales para nuestro organismo. Debemos ser conscientes de que, aunque las usemos cada vez que nos terminemos de duchar, las toallas acumulan todo tipo de secreciones de nuestro cuerpo, piel muerta, ácaros y otros agentes patógenos que, precisamente, no son los más indicados para nuestra salud.
Estos residuos celulares, sumados al oxígeno del aire, se convierten en el caldo de cultivo perfecto para los microbios. Además, aunque estas bacterias no sean, en un primer momento, perjudiciales del todo para nuestra salud, se reproducen con facilidad por culpa del pH neutro que crea la humedad, un pH que no es ni ácido ni alcalino, es similar al de nuestro cuerpo y favorece la supervivencia de todos estos microbios.
Las toallas del lavabo
Si debemos ser conscientes con el cambio de toallas del cuerpo, aún debemos serlo mucho más con el de las toallas de la cara y las manos, ya que son las zonas que siempre tenemos más expuestas a todo tipo de bacterias y, además, la cara es una de las zonas más sensibles del cuerpo.
Normalmente, la toalla del baño es una para cada persona, y no es nada recomendable compartirla porque, además de coger los gérmenes del ambiente, cogeremos los de la persona con quien la compartimos, y viceversa, cada vez que nos sequemos con ella. Sin embargo, las toallas de las manos son un foco de infecciones y gérmenes mucho más intenso porque esas sí que las compartimos con todas las personas que utilizan el lavabo y, por lo general, secamos con ellas nuestras manos y nuestro rostro, indistintamente.
Es recomendable cambiar las toallas del lavabo unas dos o tres veces por semana, más ahora en verano, como te contábamos antes, que la humedad aumenta, el calor hace que la ventilación disminuya, y los gérmenes crean en ellas su 'place to be' perfecto para reproducirse. Recuerda que utilizar una toalla sucia puede verse repercutido en tu cara y, de poco, te valdrá invertir tiempo y dinero en tu rutina de skincare si, después, la llenas de gérmenes con la toalla del baño. Un tip extra es que, cada vez que la uses, procures dejarla estirada para que seque lo máximo posible.