Cálidos, naturales y decorativos, los suelos de madera no solo son únicos creando atmósfera y dando calor de hogar, sino que también envejecen con elegancia. ¿Por qué si no los imitarían tantos otros materiales para pavimentos?
Pero sus ventajas no acaban en su imagen: compuestos por un material noble y muy confortable a la pisada –incluso con los pies descalzos–, son capaces de optimizar el aislamiento térmico y acústico de nuestro hogar –lo de cálidos no solo es metafórico– y se pueden restaurar y renovar para que estén con nosotros mucho tiempo.
¿Sabes lo que compras?
Aunque lo habitual es dejarse llevar por esas preciosas superficies de madera y pensar solo en cómo quedarían en casa, antes de elegir el diseño definitivo hay que saber qué hay debajo. Y es que, más allá de su aspecto, conviene saber si se trata de un parquet multicapa o macizo –e incluso si es madera auténtica, porque los laminados sintéticos son cada vez más realistas–. Igualmente, no es lo mismo un pavimento para colocar encolado a la base que uno de colocación tipo clic, sin ni siquiera adhesivo, por no hablar de la colocación sobre rastreles. Y, por último, tampoco conviene olvidar la protección superficial, ya sea barniz, aceite o cera.
Precios de cada tipo de parquet
- Multicapa: su precio depende del tipo de madera, grosor, acabado... pero tienes propuestas a partir de unos 20 €/m2 +instalación (15 €/m2 flotante; 25 €/m2 pegada).
- Tarima maciza: es la más duradera y la hay desde 40 € /m2 sin instalación (que puede duplicar el precio en función del estado de la base y los ajustes necesarios).
- Tablillas: es el material más económico, desde 10 €/m2, también es el que cuenta con la mano de obra más cara –de 25 €/m2 hasta unos 50 € /m2 si se emplean cola y barniz ecológicos–.
- Laminados sintéticos: a partir de 15 €/m2 + instalación (10 €/m2) y son de muy fácil colocación.
Protege bien tu parquet
Como hemos visto, barnices, aceites y ceras son los acabados más habituales en los que podemos encontrar los suelos de parquet, cada uno con sus características. Aquí te decimos cuáles son las ventajas de cada uno para que decidas.
Barnices
Son el acabado más resistente al tráfico y el de más fácil limpieza. Frente a los acabados brillantes de hace algunos años, que les daban un acabado 'plastificado' al suelo, hoy día hay versiones con base agua –más ecológicas que las al disolvente– de aspecto natural, que crean superficies mate o satinadas. En cualquier caso, en caso de desgaste, una superficie de barniz requiere de un lijado para eliminar la capa estropeada y que pudiera afectar la adherencia del nuevo acabado protector.
Aceites
Son la mejor opción para disfrutar de la belleza natural de la madera, ya que no crean película superficial. Se trata de productos de origen natural que penetran en la madera y la nutren y que pueden ir renovándose de forma continua con una limpieza y mantenimiento adecuados. Eso sí, suelen resultar algo más frágiles que los barnices, por lo que requieren cuidados más rigurosos que en el caso de estos para que la madera esté siempre protegida.