¿Vives en una casa sana?

Mucho se ha hablado de filosofías orientales como el feng shui para conseguir bienestar en casa. También de corrientes nórdicas como hygge o lagom que buscan el mismo objetivo. Y es que tener una casa sana que nos ayude a sentirnos bien es importante para todos. Hemos tomado conciencia de lo esencial que es descansar en casa. Nos rodeamos de una decoración que nos motiva para relajarnos y sentirnos a gusto. Pero aún así hay veces que sentimos que no nos cargamos de energía sino todo lo contrario. ¿Qué ocurre? Puede que haya factores de la construcción en sí misma o elementos que tenemos dentro de casa que nos están haciendo mal.

Hoy queremos casas sanas que nos aporten un plus de bienestar. Queremos que sean nuestras aliadas en salud.

Aquí es donde aparecen la arquitectura sostenible y la geobiología. Para ayudarnos con este concepto y comprender cómo nos ayudan a tener una casa sana y sentirnos mejor en ella, hemos hablado con un par de especialistas en estas materias. “Tu casa puede estar afectada por elementos que interfieren en tu descanso y salud. Son las radiaciones: ya sean de origen natural (generadas por corrientes de agua subterránea o las redes telúricas de hartmann y curry, que son franjas de alta irradiación que cubren el planeta) o artificial (generadas por las antenas de telefonía móvil, wifi, vigila bebes, teléfonos, cables y transformadores). Su presencia en el hogar es más habitual de lo que la mayoría cree y, si no se toman medidas, su consecuencias para la salud pueden ser serias”, explica el geobiólogo y experto en biohabitabilidad Raimon Espon de Casa Sana.

La idea de arquitectura sostenible engloba conceptos de ecología, eficiencia energética, bioclimática, economía, feng shui, geobiología, responsabilidad social y, especialmente, salud física, psíquica y mental.

Hay que pensar que en esa buena salud de la que debe gozar nuestra casa las radiaciones interfieren. Con las tendencias tecnológicas actuales, las radiaciones están presentes en nuestra vida de forma masiva. Hemos pasado de radiación cero a vivir inmersos de manera constante en esas ondas electromagnéticas. Cuanto más libre de radiaciones está un espacio, mejor se descansa.

¿Cómo puedes saber si vives en una casa sana? Estate alerta y sospecha si padeces síntomas de insomnio, cansancio, dolores musculares, problemas hormonales, terapias que no funcionan… Los niños son especialmente sensibles a este tema.

Está claro que la tecnología ha llegado para quedarse y no quieres renunciar a ella pero hay que hacerlo de manera saludable. Muchos de los campos electromagnéticos que padecemos en nuestra casa los generamos nosotros mismos con nuestros dispositivos, ¿por qué no aprender a conocerlos y a usarlos con salud? La geobiología y la arquitectura sostenible nos ayudarán con este tema. Y si la fuente es exterior (del vecino, por ejemplo, o una antena de telefonía), hoy existen materiales técnicos que permiten parar esas radiaciones de manera muy efectiva. También pinturas, telas técnicas, filtros para cristales, etc.

Mobiliario diseño de Jean Pierre Martel, encimera de madera de roble, taburetes y lámparas en Andrew Martin y pavimento de microcemento.

¿Qué es exactamente la geobiología?

La geobiología es la disciplina que evalúa la presencia de estas radiaciones en el hogar, fija su origen, intensidad y propone soluciones para evitarlas, neutralizarlas, minimizarlas o eliminarlas. Merece la pena prestar atención a la casa y a lo que ocurre dentro teniendo en cuenta que pasamos una media de 12 horas diarias en ella.

En general, las mujeres tienen una mayor sensibilidad y padecen de manera más evidente las nefastas consecuencias de dormir en una zona geopática o tecnopática.

¿Cómo nos ayuda la arquitectura sostenible?

La casa debe adecuarse a nuestras necesidades biológicas, físicas, químicas, afectivas y emocionales. La arquitectura sostenible también se conoce como bioconstrucción y responde a lograr una relación equilibrada entre el artificio de construir, la naturaleza y el bienestar de las personas. "Tradicionalmente hemos habitado lugares naturales con materiales no procesados. Pero en los últimos 150 años la manera de habitar ha cambiado y va acompañada de ciertas deficiencias de ventilación, excesiva exposición a radiaciones y tóxicos y otras patologías que pueden afectar a nuestra salud", explica Sonia Hernández-Montaño de Arquitectura Sana.

Pasamos más del 80% de nuestro tiempo en espacios cerrados y la calidad del ambiente interior tiene una incidencia muy importante en nuestra salud. Hay que prestar atención a la elección de los materiales, sistemas constructivos y las instalaciones que nos rodean.

Cama de hierro y alfombra del estudio del decorador Jean-Pierre Martel.

"Mejoramos los espacios construidos tanto desde el punto de vista físico como químico y psicológico. El aspecto físico es el que se con la enfermedad. Hay factores ambientales que pueden deteriorar nuestro sistema respiratorio u hormonal. Pero también el aspecto psicológico o emocional ya que la percepción del espacio, la apropiación de tu lugar de vida o el uso de cada estancia hacen que sean distintas las relaciones familiares, afectivas y emocionales", detalla Sonia.