Para los niños los juguetes son casi sus mejores amigos. Para ti, un reto que se complica día a día. Y tras su cumpleaños o la Navidad ¡todavía más! “¿Pero ahora dónde guardo todos estos juguetes que le han regalado?”. Y es que mientras ellos están venga a abrir regalos tu cabeza está jugando al tetris nivel avanzado en su habitación.
Además hay que sumar a esto el hecho de que los peques no son precisamente los reyes del orden. Cuando juegan, invaden. Pero, aunque no tenemos la varita mágica para ponerlo todo en orden en un plis plas, lo que sí queremos es compartir contigo estas buenas ideas y soluciones para guardar sus juguetes.
Cajas, cestos y baúles: un clásico que nunca falla
Son un básico del orden. Sobre todo durante los primeros años, ya que les resulta muy fácil guardar sus juguetes y, a la vez, cogerlos sin necesidad de ayuda. Ten en cuenta que las cajas y los baúles son fáciles más de apilar que los cestos.
Facilitarás el orden si usas etiquetas que indiquen su contenido. Durante los primeros años, cuando aún no saben leer, puedes apostar por dibujos en vez de palabras para ayudarles a localizar sus cosas. Si eliges soluciones con tapa la habitación siempre se verá más ordenada.
Cajones y books: muchos aún son pocos
Los cajones, al mantener su contenido oculto, son la clave para mantener el orden. Para que sean más prácticos, elígelos de diferentes alturas, así podrás guardar desde los objetos más pequeños hasta juegos de mesa o los juguetes más voluminosos.
Cuando el niño ha dado el paso a la cama, una buena opción es aprovechar la parte inferior con grandes cajones gaveteros. Con ello renuncias a una cama extra, pero a cambio ganas mucho espacio de almacén –suelen tener unos 80 cm de fondo–.
Los books con ruedas resultan muy prácticos en dormitorios amplios –podrá mover sus cosas de un lado para otro sin problemas– y para guardar objetos de peso –os ahorraréis tener que hacer esfuerzos para mover el book con su contenido–.
Baldas y librerías: almacenar en alto
No temas colonizar las paredes:¡si están ahí es para sacarles partido! Las baldas son una opción muy versátil que nunca falla: pueden servir para tener a mano sus juguetes preferidos o para mantener en orden sus cuentos.
Serán más cómodas si las eliges en función de los objetos que piensas guardar. Por ejemplo, para cuentos son muy prácticas las baldas que terminan con un pequeño tope, ya que puedes exponer los cuentos en vertical sin que estos se vuelquen y caigan. Además, si las colocas a su altura, él mismo podrá cogerlos cuando le apetezca y, más importante aún, ¡guardarlos!
Si tu hijo es más de leer que de jugar, no lo dudes: planifica una librería para que tenga a mano sus cuentos... ¡y sus pequeños tesoros! Un truco para que todos estos objetos mini estén en orden y no se pierdan es reunirlos en decorativas cajas de cartón.
Jugar y guardar: un rincón de juegos a su medida
Si los metros no son un problema, resulta muy práctico destinar un espacio de su habitación a zona de juegos –se recomienda que mida al menos 150 x 150 cm– y reunir las diferentes soluciones de almacenaje en ese espacio. Con ello, además, se ayuda al peque a diferenciar las actividades del día según el espacio: en una zona se juega y en otra se duerme. Un mueble a medida que incluya zona de baldas y cajones de diferentes alturas será una muy buena opción. Puedes completarlo con una pizarra para que pueda dar rienda suelta a su creatividad.