El salón y el comedor son la nueva pareja de hecho de moda. Y es que tras años siendo vecinos en casa y, en muchos casos, dándose la espalda, la tendencia actual en decoración es la convivencia. ¡Adiós a las barreras y tabiques de separación! El mayor o menor grado de independencia del que disfrute cada ambiente dependerá de ti.
La moda por lo diáfano
Esta coexistencia entre salón y comedor se suma a la tendencia generalizada en decoración de diluir las barreras entre los espacios más vividos de la casa –cocina, salón y comedor– para ganar un espacio más amplio, diáfano y polivalente. Si la cocina se ha abierto al salón, sumando claridad, metros y una relación más fluida y natural entre ambos ambientes, ¿por qué no debería hacer lo mismo el comedor?
Esto que era habitual en pisos pequeños para disfrutar de espacios más cómodos, se ha extendido como la pólvora sin importar los metros. ¿La razón del éxito? ¡Sus ventajas, por supuesto!
El porqué del éxito
- ¿Charlamos? Al compartir un espacio común, se favorece la convivencia y se invita a estrechar lazos.
- Más metros. Prescindir de zonas de paso innecesarias se traduce en más metros reales.
- Mayor sensación de amplitud. Una casa muy parcelada y fragmentada siempre se verá más pequeña que una con espacios diáfanos.
- Versatilidad al poder. Los ambientes adquieren un carácter más flexible y polivalente. Por ejemplo, la mesa del comedor puede servir de estudio y rincón de trabajo para los peques, mientras les supervisas relajadamente desde el sofá.
Relaciones de convivencia
La convivencia ya sabemos que no siempre es fácil. Y a la hora de fusionar el salón y el comedor es importante valorar el grado de autonomía que quieres que tenga cada ambiente.
La opción más fácil es prescindir del tabique y que ambos ambientes compartan un espacio común. Pero si prefieres que tanto el salón como el comedor disfruten de cierta independencia o personalidad propia aún compartiendo espacio, son varias las opciones:
- Dos niveles. Separar el salón y el comedor por un par de escalones es un recurso tan práctico como decorativo para dotarles de cierta privacidad. Estarán juntos... sin estarlo del todo.
- Bendita arquitectura. Alíate con los recursos arquitectónicos: una columna situada estratégicamente que delimite ambos ambientes, una altura diferente del techo, un arco, un gran paso abierto....
- Muebles mágicos. La disposición del mobiliario es una de las formas más fáciles y eficientes de separar visualmente el salón y el comedor. Un mueble con doble cara, la trasera del sofá, un aparador...
- Jugar con el color. Puedes destacar una pared con un color diferente o con un papel pintado para diferenciar cada ambiente.
- Decoración personalizada. ¿Quieres que el salón y el comedor tengan un carácter diferenciado? Apuesta por piezas de mobiliario con acabados o estilos diferentes. Pero ojo: es importante que compartan algún vínculo decorativo para que el conjunto se vea armónico. En este sentido, los textiles son un gran comodín.
Si aún tienes dudas, te invitamos a curiosear en nuestra galería, donde encontrarás doce salones con comedor llenos de buenas ideas. Inspírate... ¡y fusiona!