Las buhardillas más bonitas (y bien aprovechadas) de El Mueble

Cuesta creer que esta preciosa y luminosa buhardilla fuera no hace tanto el desván de los trastos y muebles viejos. Fue la arquitecta Cristina Carbonell quien supo ver sus posibilidades y obró el milagro. La reforma ha reforzado techos, abierto ventanas y ganado un altillo, que es donde están los dormitorios. 

En este salón abuhardillado la nota de contraste corre a cargo de la chimenea, cubierta con el mismo parqué de roble del suelo "Para que la luz traspasara los espacios, los mantuvimos despejados y elegimos puertas y lámparas acristaladas. Toda la casa se forró de madera maciza, incluso los armarios”, explica Cristina Carbonell artífice del proyecto.

Como el resto de la casa, decorada por el Estudio Santanaya Home, en la buhardilla son protagonistas los colores y los papeles pintados, en plural. Y es que aunque parezca madera, el techo de esta buhardilla se ha revestido de un original papel pintado de Coordonné que imita este material dándole un extra de calidez a un espacio muy singular. 

Pensada como espacio comodín de la casa, esta buhardilla sirve de ludoteca, de refugio para los más jóvenes e incluso de dormitorio: "Los sofás se convierten en camas cuando hace falta”, explica la decoradora Bárbara Sindreu. Así, aquí pueden dormir hasta cuatro personas. Los sofás son un diseño de la interiorista. 

Le Mambo (@le_mambo en instagram) es el nombre de esta buhardilla que quiere ser “la más bonita de Madrid”. Es centenaria, pero su decoración mezcla unas paredes que cuentan su historia con textiles jóvenes y gustosos. La artífice del cambio ha sido la interiorista Paula Duarte. 

¿Quién dijo que la buhardilla debe ser un lugar cerrado? La de esta imagen, con una amplia puerta corredera se convierte en un salón interior o al aire libre en función de la época del año.

A esta magnífica buhardilla la llaman cariñosamente "La Comuna". Y es que se ha convertido en el refugio de los más jóvenes de la familia. “Había que crear un ambiente que asegurase el entretenimiento, y también el descanso”, recuerda la decoradora Isabel López-Quesada, autora del proyecto junto a la arquitecta Marta Marín. Mira todos sus rincones. 

Un papel con estampado de tartán abriga y da personalidad a este dormitorio de montaña. Queda genial con con el techo inclinado de madera y el color verde intenso de la pared.

Donde la vemos, antes era el estudio del hijo de los propietarios, pero tras emanciparse, decidieron recuperar este espacio. "Ahora es un refugio relajante para descansar al volver del trabajo, con un vestidor, un escritorio y un estar. Quería tener una sensación de desconexión y darle un aire luminoso, fresco y limpio", explica la propietaria y decoradora Elena Jiménez. 

Los muebles a medida han convertido una de las zonas con el techo más bajo de esta buhardilla en un práctico vestidor. Se planificó con muebles blancos de poca altura que se adaptan al techo inclinado y, a la vez, resultan más ligeros. Los frentes entelados le dan un plus de estilo. 

El color azul de las paredes añade un toque muy personal a este salón. La chimenea le aporta la calidez tan deseada en buhardillas de montaña y el papel pintado un toque de estilo. La frialdad del color azul se compensa con la calidez de la madera, así que es una apuesta genial en casas rústicas. 

La buhardilla de esta casa se destinó a los dormitorios para que tuvieran más luz, mejores vistas y más tranquilidad. Para aprovechar el espacio y a la vez fuera cómodo, la cama se ubicó en la zona de mayor altura y en la de menor se planificó una cajonera a medida que se prolonga a modo de cabecero. Es un diseño de Estrella Salietti, quien proyectó la decoración de la casa. 

Este dormitorio es tan pequeñito como lleno de encanto. Y es que dormir bajo el lucernario a modo de mirador bajo las estrellas es todo un lujo. El blanco se impuso en paredes, techos y en los pocos, pero escogidos, muebles. Así el el espacio se veía más luminoso y amplio. Cama, silla y cómoda, de herencia familiar. 

Los propietarios de esta casa en la sierra madrileña destinaron el altillo de la casa familiar a zona de relax. Crearon un estar con lo mínimo pero muy confortable gracias a un gran sofá en "L" junto al ventanal y bajo el techo abuhardillado, que parece arroparlo.

De origen el dormitorio estaba cerrado y era algo oscuro. "Eliminamos un tabique para conectar la zona de descanso con la de estar y el vestidor. El nuevo arco adintelado, flanqueado con dos columnas antiguas, da amplitud a la estancia y permite que circule la luz", explica la decoradora Gemma Mateos.

Una bañera exenta bajo techos cóncavos conforma el punto idóneo para disfrutar un baño relajante. La mesa auxiliar es el aliado perfecto para apoyar un libro o colocar una vela aromática.

Techos de madera y un banco frente a un amplio ventanal se convierte en el rincón preferido para cualquiera. 

La combinación entre el amarillo de los tejidos y las paredes de madera blanca da como resultado un ambiente cálido a la vez que acogedor en este dormitorio.

Este salón es un auténtico remanso de paz para desconectar del bullicio de la casa. Perfecto para leer o simplemente relajarse. La mesa de centro, con una funda de tela, puede servir de puf o con un cojín de asiento extra.

 Los propietarios de esta casa lo tuvieron claro: la buhardilla sería el refugio de los niños. Totalmente en blanco, como el resto de la casa, y abierta a la planta baja, los peques disfrutan de autonomía pero sin estar "aislados" del resto de la casa. 

Este baño abuhardillado aprovecha las vigas para apoyar la mampara de la ducha hecha a medida, así como la ventana y su luz natural para un baño funcional con vistas. 

El rincón más luminoso de la buhardilla, bajo el gran ventanal, se reservó para la zona de trabajo. Se ha completado con baldas que aprovechan el espacio y permiten tener los papeles, libros y demás en orden. 

La cama y dos mini mesillas son todo lo que necesita este dormitorio encajado en la buhardilla. De el color se encarga la ropa de cama en azul y gris. 

Esta buhardilla es perfecta para amantes de las formas simples y el estilo rústico vanguardista. Sus muebles a medida de diseño minimalista sacan partido al espacio con sendas baldas: una que es la base del sofá y la otra aprovecha la pared lateral para guardar.

Con baño, un rincón de escritorio y tres camas en línea y una en perpendicular, la arquitecta Cristina Carbonell supo sacar el máximo partido a esta buhardilla de 30 m2. Para salvar el techo abuhardillado, arrimó las camas a la pared, y dejó la parte central, de más altura, para jugar. 

Los materiales naturales son los protagonistas de esta zona de trabajo de techos abuhardillados. El escritorio de corte escandinavo y la alfombra mullida crean calidez en esta casa de montaña. 

Esta buhardilla se ha convertido en un dormitorio en suite de ensueño gracias a una buena planificación del espacio. La zona de techo más baja es para la cama, mientras que la más cómoda se la ha quedado el baño. Ambas comparten las vigas de madera blanqueadas y los muebles ligeros. 

Recupera antiguos muebles, sillas de hierro forjado... restáuralos y crea tu particular zona de estudio con la satisfacción de saber que lo has hecho con tus manos. 

¿Nunca soñaste con una guarida secreta donde jugar y esconder tus fantasías infantiles? Regálasela a los más pequeños de la casa y habilita una zona de juegos.

Esta habitación infantil en una buhardilla de montaña se convierte en un salón particular gracios al juego de cojines y los tonos claros en los tejidos.

Porque el blanco es un color atemporal, lleno de luz y de tranquilidad y perfecto para la buhardilla. Te ayuda a elevar los techos y multiplica la claridad. Con una librería a medida se aprovecha los rincones más difíciles e irregulares para guardar.

Otro estilo de dormitorio en la buhardilla, en este caso, uno juvenil y lleno de personalidad. Una hornacina y una mesilla afrancesada son todo lo que necesita tener junto a la cama, colocada estratégicamente bajo la ventana. 

Las formas rectas de los muebles a medida que crean de la nada este dormitorio infantil crean un atractivo contraste con las vigas de madera originales. Unos cajones de madera fijados en la pared hacen de mesillas de noche. 

Combina techos de madera con paredes de gresite en color gris y mantendrás intacto el ambiente rústico. La bañera exenta añade el punto atemporal tan bienvenido.

Dormir en la buhardilla con semejantes techos y ventanales es un auténtico lujo. Es importantes en las buhardillas asegurarse de que tienen un buen aislamiento, ya que es una de las zonas de la casa más expuestas al frío. 

En revestimiento de lamas en blanco y azul de las paredes y los muebles a medida de este dormitorio infantil le dan un decorativo estilo marinero. La cama parece literalmente una casita con ventanas que sale de las paredes (y saca partido a la parte más baja del techo). 

Las camas nido son la mejor elección en este dormitorio. Siguen siendo unas camas bajas que se adaptan al techo pero ganan algo de espacio para guardar. Todo en blanco resulta menos pesado a la vista. La nota de color la pone la ropa de cama. 

La bañera semiencrastada en el suelo es la mejor opción para no renunciar a este elemento en un baño abuhardillado con un techo tan bajo. Un gran espejo sin marco y la presencia de blanco y madera lavada es la mejor combinación para darle más luminosidad a esta estancia. 

La cama de obra hecha a medida ha sido la mejor opción para crear una zona de descanso en esta buhardilla. Puede usarse como cama de invitados o zona de lectura.