Ni las manchas en las paredes ni la pintura desconchada ni los malos olores en armarios. Si crees que estos son los problemas más importantes de tener humedades en casa conviene que hagas un cambio de chip. Son el más visible y antiestético, cierto, pero no el más grave.
¿Sabías que la alta concentración de humedad ambiental en una casa puede empobrecer la calidad del aire que respiras? Y no solo eso, sino que crea el caldo de cultivo perfecto para la aparición y proliferación de hongos, mohos y ácaros. ¿A qué ahora lo de los malos olores te parece casi casi lo menos importante?
Una casa enferma...
Tener humedad en casa es más importante de lo que puede parecer a simple vista. No solo se trata de eliminar el antiestético moho que mancha las paredes o de repintar esas zonas en las que la pintura se ha desconchado. En casos de una humedad severa y prolongada, puede poner en riesgo la estructura de la vivienda.
Según la empresa especializada en tratamientos antihumedad Murprotec, "un muro puede llegar a perder la mayor parte de su capacidad de carga debido a que se debilita la fuerza de cohesión de los elementos y materiales que lo constituyen. Además, el contacto de esta superficie mojada con el aire hace que se produzca la oxidación del muro pudiendo llegar a ser un problema muy serio".
Otro problema derivado de las humedades y en el que no solemos pensar es el económico. Y es que en una casa con humedades se dispara el gasto energético. Desde el momento que aparece una humedad, sin importar su tamaño o gravedad, la vivienda deja de ser energéticamente eficiente. Así de simple. Según Murportec, "los problemas de humedad estructural pueden aumentar hasta un 30% la factura de la calefacción". ¿Por qué esta relación causa-efecto? Porque las humedades crean corrientes de aire frío y diferencias bruscas de temperatura entre las habitaciones. Esto dificulta caldear de manera adecuada la casa obligando a subir la temperatura, con el consecuente gasto energético y económico extra.
.... una familia enferma
Lejos de ser una exageración, es una realidad avalada por la comunidad científica en numerosos estudios e investigaciones. En 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la "Guía sobre calidad de aire interior: humedad y moho" y estableció que hay evidencia epidemiológica suficiente para concluir que los ocupantes de edificios con humedad están en riesgo de desarrollar síntomas del tracto respiratorio superior e inferior (incluidos la tos y el silbido al respirar), infecciones respiratorias, asma y exacerbación del asma. Y en el año 2011 la propia OMS añadió la falta de aire (disnea), la bronquitis y la rinitis alérgica a la lista previamente citada. En todos estos casos, los niños y los ancianos suelen ser los más perjudicados.
Humedad, un inquilino más en casa
- Creadores de humedad. Todos convivimos con la humedad. Nos sorprenda o no, la humedad está presente en todas las casas. Una familia de cuatro miembros puede llegar a generar hasta 9 litros de vapor de agua cada día. ¿Cómo? Con la simple respiración, la calefacción, los electrodomésticos, la ducha... Toda esta humedad en casa se va evaporando y permanece en el ambiente.
- El límite. "Solo cuando el vapor de agua supera el 45% en el ambiente de una casa, aparecen los efectos nocivos para la salud", afirman desde Murprotec. Una humedad excesiva es el caldo de cultivo idóneo para la aparición de los ácaros.
Cómo prevenir y eliminar la humedad
Como todo en la vida, el mejor remedio es la prevención. No existen recetas mágicas, pero sí algunos consejos que pueden ayudarte a mantener a raya la humedad en casa.
Una buena ventilación
Es fundamental que el aire circule por los diferentes espacios de la casa. ¡Ventilar es muy sano! Basta con unos 10 minutos diarios. Nunca está de más abrir las ventanas tras la ducha o después de cocinar, ya que son actividades que suelen generar humedad.
Humedad, la mínima
Intenta disminuir la producción de humedad que está en tus manos. Por ejemplo, al cocinar usa siempre el extractor, tapa las ollas cuando el agua está hirviendo o cocinando al vapor. Son pequeños gestos, pero con importancia.
Calefacción eficiente y eficaz
Mantenla a una temperatura adecuada, cerca de los 20 ºC. No solo ahorrarás en consumo, sino que generarás menos humedad, ya que el aire caliente produce más humedad que el frío.
La ropa, fuera
Siempre que puedas, procura tender la ropa al aire libre o en el patio de luz, con ello ayudarás a disminuir la humedad dentro de casa.
Plantas antihumedad
Existen determinadas clases de plantas de interior, especialmente las tropicales, que ayudan a reducir el exceso de humedad y a mejorar la calidad del aire. La palma de caña, la hiedra inglesa o el lirio de la paz son algunas de ellas.
Pero si la humedad ya ha hecho aparición en casa, no lo dudes: ponte en manos de un profesional cualificado para que pueda valorar el alcance del problema lo antes posible y solucionarlo antes de que vaya a más. Porque la humedad no desaparece por arte de magia. Al contrario, el paso del tiempo es su mejor aliado.