Si vives en una casa pequeña, puede ser que sueñes con tener una más grande y te lamentes por los metros cuadrados que escasean en tu hogar. Sin embargo, déjame decirte que hay tener una casa mini trae muchos beneficios. 

Un piso pequeño es menos espacio, sí. Pero menos espacio para todo: el desorden, la suciedad, el gasto excesivo en luz, agua, gas, hipoteca... Y, por el contrario, menos espacio es más tiempo para ti. ¡Comprobado!

¿No nos crees? Te lo contamos TODO a continuación.

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1.

Una casa pequeña es más fácil de mantener

 Cuantos más metros, más necesidad de limpieza, más espacios que llenar y, por lo tanto, más desorden... Sin duda, una casa pequeña te hace gastar menos energía personal y te regala tiempo para ti. 

Mobiliario diseño de Nook Architects. Taburete, en BoConcept. Mesa, de Habitat.

2.

Menos espacio, más ahorro

No tienes tantos metros para llenar con muebles o detalles decorativos, con lo que el gasto es mucho menor. 

Butaca y flexo de Batavia. Sofá de lino y mesa de centro, de Sofía Martín Decoración. Lámpara de pie, de Luz & Ambiente. Espacio decorado por Mercedes Postigo. 

3.

Gastarás menos energía

Y es que una casa pequeña también nos ayuda con pagos como el de la luz, la calefacción o también el seguro. Y así reducirás las facturas

Banqueta, en Deco & Living. Mesita de noche y lámpara flexo, en Maisons du Monde. Cabezas de animales de esparto, de Cestería Sagon. Espacio decorado por Equipo Nimú. 

4.

Hipotecas más bajas

Los expertos recomiendan no dedicar a la hipoteca más del 35% de nuestro sueldo. Con una casa pequeña tienes más opciones de no llegar a ese techo y por lo tanto, ahorrar o disfrutar más. 

Bancos y sillas tapizados con tela de Güell-Lamadrid. Lámparas de techo, de Baobab. Decorado por Bárbara Sindreu.

5.

Ideal para mentes sostenibles

Una casa pequeña requiere muchos menos recursos para construirse, con lo cual, su impacto en el medioambiente es mucho menor. Y seguirá siendo sostenible porque, a menos metros, como decíamos, menos gasto energético y de productos de limpieza. 

6.

Refuerza los lazos familiares

Porque, en una casa de pocos metros, es inevitable compartir espacios. Las zonas comunes cobran especial importancia y la familia tiene que repartirse no solo rincones sino también responsabilidades para mantener el área de todos en un estado "aceptable".

7.

Te obliga a acumular menos

Disponer de menos espacio te obliga a ser más selectivo, lo que no es una mala idea. Menos acumulación, más orden y más facilidad de mantenimiento. Mira todas las cosas que tienes en casa y deberías tirar

Mobiliario de roble lacado realizado a medida según diseño de Abel Pérez Gabucio, de Àbag Studio. Taburetes, en Catalina House.

8.

Te hace más original

Cuando el espacio falta, las neuronas se activan para aprovecharlo al máximo. Camas altas con mucho que ofrecer, muebles con doble función, espacios de doble uso.

Cama y armario, diseño de Meritxell Ribé con la colaboración de Olga Gimeno, de Bona Nit. Colgadores de Muuto. 

9.

Pequeño es mucho más vendible

Una casa grande y cara tiene un mercado de compradores mucho más reducido. En cambio, una casa que sea asequible, multiplica sus compradores. Aquí tienes más trucos de home staging.

Muebles a medida diseñados por el decorador Iñaki Mujika. 

10.

Resulta mucho más acogedora

Es difícil sentirse recogido en un gran espacio, sin embargo, los pisos pequeños tienen esta ventaja: con poco, son muy acogedores

Sillas y lámpara de techo de Foimpex, en el estudio de la decoradora del espacio, Pía Capdevila. 

Parece que, a pesar de lo que puede parecer, vivir en una casa pequeña tiene más ventajas que inconvenientes. Y todavía no te hemos hablado de una de las que nos gusta más: una casa pequeña te da libertad mental. Es lo que proclama el minimalismo. Y tiene toda la razón.

¿Qué te llevarías contigo?

Si hay una emergencia y te dan cinco minutos para decidirte, ¿qué eliges? Difícil, ¿no? Todos tenemos demasiadas cosas que nos atan física y mentalmente. Saber detectar las superfluas nos libera porque cuanta menos atención debamos prestar a esas cosas, más podremos prestárnosla a nosotros mismos.
Los expertos en minimalismo recomiendan no esperar a hacer un traslado para deshacerte de lo que no necesitas. Lo mejor es repasar la casa a diario y tirar una cosa que no uses cada día. Poco a poco, vas reduciendo esas posesiones y vas aumentado el tiempo que dedicar a disfrutar.
¿Pero qué pasa si son recuerdos? Eso ya es más difícil de tirar, o no... Los expertos proponen una prueba: hacer una foto al recuerdo (pueden ser unas tazas, una mantelería, unas cartas...) y guardarlas en el disco duro. Lo más probable es que no las mires en mucho tiempo y es que los recuerdos, dicen, no están en las cosas sino en nosotros mismos. Ciertamente.