Por su nombre los conocerás. ¿Acaso hay colores más dulces en la paleta cromática que los candy colors? Los colores pastel deben su palidez a las buenas dosis de blanco que se les incorpora, de ahí que sean tonos de saturación baja. Claros, suaves y de tendencia dulce, son un clásico de las habitaciones infantiles por su capacidad para crear atmósferas apacibles, sosegadas y serenas. Pero ojo, no caigas en la trampa de creer que son solo kid friendly. De hecho, son perfectos para salpicar de color (y pequeñas dosis de ternura) toda la casa. ¿Otro punto a su favor? Ni cansan, ya que son tonos muy neutros, ni pasan de moda.
Rosa pastel: the sweetest thing
Es el color del algodón de azúcar, de los cupcakes y de las esponjosas marshmallow. En decoración, es el perfecto comodín, ya que puedes usarlo en las paredes para llenar de luz una estancia, en el mobiliario, en los textiles y en los complementos y pequeños detalles. De los colores pastel es uno de los más dulces, por lo que un consejo: si te van más los sabores ácidos, úsalo con moderación, ya que un ambiente dominado por el rosa pastel podría resultarte empalagoso.
Combínalo...
Con el blanco u otros tonos pastel para crear una atmósfera ligera, fresca y romántica. Si buscas una decoración más personal, apuesta por crear contraste: súbele los colores combinándolo con tonos más sólidos, como el gris plata, el azul marino o un rojo flame, uno de los colores de moda este verano. La palidez de uno compensará la intensidad y carácter del otro. ¿Te atreves?
Verde menta: frescor salvajemente dulce
Pastel pero en su justa medida. Es refrescante sin ser frío, dulce sin caer en la sobredosis de azúcar y sereno sin ser aburrido. Sus posibilidades son enormes. Puedes usarlo para colorear paredes, muebles, la carpintería o simplemente para los complementos.
Combínalo
Con blanco y maderas claras, es una apuesta segura. Con maderas sin tratar, textiles naturales y fibras naturales crearás un look eco.
Amarillo soft: luminoso y alegre
El amarillo es un color vitalista, alegre y luminoso, pero en sus tonos más intensos puede ser demasiado electrizante y llegar a cansar. De ahí que el amarillo pastel, al estar rebajada su saturación por el blanco, sea una buena alternativa. Mantiene la personalidad del amarillo pero sin su exuberancia. En los tonos paja, narciso o bario puedes atreverte a pintar desde las paredes sin temor a cansarte hasta una pieza de mobiliario especial. Si no quieres arriesgarte, siempre puedes recurrir a los textiles.
Combínalo
Si apuestas por una decoración de bajas revoluciones, no lo dudes: todo al blanco. En cambio, si quieres darle más vidilla al amarillo, prueba a combinarlo con gris o, para un efecto más sofisticado, con algunos detalles en negro.
Azul celeste: el cielo en casa
Como el rosa pastel, el azul celeste ha vivido mucho tiempo recluido en las cuatro paredes de las habitaciones infantiles. Pero el empujón de la moda lo ha sacado de su exilio forzado para decorar cualquier ambiente de casa. Aporta tranquilidad y frescor, siendo una opción idónea para estancias en las que pasas muchas horas o necesites concentrarte, como el despacho.
Combínalo
El blanco le sienta a las mil maravillas, creando ambientes relajantes, frescos y edulcorados pero sin caer en la sobredosis de azúcar. Puedes darle más punch si lo combinas con otros azules más intensos, como el lapis blue, uno de los colores de moda este año.
Lavanda: delicado y sereno
El lavanda vendría a ser la versión pastel del violeta, aunque existen muchos matices: desde los más azulados y grisáceos de carácter más neutro, hasta los más femeninos y con tintes rosados. En cualquiera de estos matices, se trata de un color muy versátil y discreto, siendo indicado para cualquier estancia de la casa.
Combínalo
Si buscas una decoración armónica y equilibrada, sin apenas estridencias cromáticas, apuesta por los tonos azulados o rosáceos. Al compartir base de color con el lavanda, se complementan a la perfección. El blanco en su matiz más cálido también es un buen compañero de viaje, creando ambientes afrancesados y de inspiración provenzal. Combínalo con el amarillo para decoraciones de contraste y más contemporáneas. Al ser un color que está al otro lado del espectro cromático del lavanda, la combinación es sorprendente, dando vida al más calmado de los ambientes.
Te invitamos a visitar la galería donde encontrarás diferentes propuestas con los candy colors como protagonistas.