La milenaria filosofía del Feng Shui promete una vida sin estrés y un espíritu en equilibrio. ¿Quién no desea exactamente eso en el día a día? La decoración es el camino más directo para conseguirlo. Y el recibidor es el primer paso. El Feng se basa en el balance entre dos fuerzas opuestas y complementarias, como el día y la noche... La energía chi fluye cuando el ying yang está en equilibrio. La entrada es un lugar yang: la polaridad positiva, dinámica y luminosa.
Por eso, según el Feng Shui, el recibidor perfectodebe invitar a entrar para que la energía fluya y nos inspire calma y optimismo. Debe favorecer la luz, el movimiento y la fluidez. Si es posible, que reciba toda la luz natural disponible.
La puerta es uno de los elementos a los que mayor atención debemos prestar. Desde fuera se ha de percibir que es muy sólida: ha de dar seguridad, pero sin intimidar. Lo recomendable es que esté orientada al este o al sur. Debe abrirse hacia dentro de la casa, con un ángulo de apertura de entre 90º y 180º sin ningún obstáculo que la entorpezca. Además, tendría que ser lo más amplia posible pero siempre en proporción al resto de la vivienda. ¿El color? Preferiblemente tonos claros.
No olvidemos que se trata de un espacio funcional. En este sentido, el Feng Shui establece que debe constar de una zona de descarga en la que podamos dejar el bolso, las mochilas del colegio y, sobre todo, los zapatos. No solo impedirás que las energías negativas invadan tu casa, también será más fácil mantenerla limpia.
En cuanto a la decoración, lo más importante es que sea luminoso. Si no hay una fuente de luz natural, pon una artificial que imite la luz solar o instala puertas acristaladas para que los rayos de sol de otras habitaciones alcancen la entrada. Además, lo aconsejable es no atiborrarlo de muebles. Emplea pocas piezas y que sean ligeras para no dar sensación de estrechez: si el recibidor no nos inspira fluidez, esta constricción se manifestará en nuestra vida.
En último lugar, vamos a prestar mucha atención a los detalles. Es muy aconsejable que haya espejos: grandes y enmarcados. Pero nunca deben estar enfrentados a la puerta o podríamos repeler las buenas energías. En la imagen superior, por ejemplo, los espejos están estratégicamente situados para que la energía fluya hacia el interior y la luz se multiplique. Ayudaremos a crear un ambiente positivo si además adornamos con fotos, cuadros, aromas, flores y velas.