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Sofá Urban, mesa de centro de roble, mesas auxiliares y estores, en Thinking Home. Alfombra de yute, en B&B.
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1. Primera clave de iluminación: que nada detenga la luz
Que la luz pueda entrar hasta cualquier rincón de cada estancia. Parece una evidencia, pero hay muchas decisiones que van limitando la cantidad de luz: la distribución del espacio es una de ellas. Un ejemplo claro, no pongas un sofá delante de un ventanal, la taparás. En frente o al lado, te permitirá disfrutar de un espacio más luminoso.
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Salón con sofá cama, butaca, mesa de centro, alfombra y escritorio de Ikea.
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2. Segunda clave: que el color potencie la luz
Y si quieres que la sensación de luz se reparta por toda la estancia necesitas el blanco. Es el color que más luz refleja. Por suerte, el total white esta de moda. Paredes, suelo, techos, telas, muebles... Ideal si el espacio es pequeño.
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Espacio abierto con cocina con cerramiento blanco de cristal y salón moderno.
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3. Tercer mandamiento: que llegue a todas partes
Un loft es el espacio ideal para que la luz circule, pero no es necesario ser radical. Hay diferentes fórmulas para abrirle camino. Si tu cocina no tiene luz natural busca alguna manera de darle paso, en este caso se ha acristalado toda la L que da al salón.
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Salón con sofás a medida de Lagoa con tela de Gancedo, butaca de Vikal Home y espejo envejecido de Galería de Robles.
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4. Espejos para potenciar y multiplicar la luz
Con el uso de espejos no solo agrandamos el espacio, también rebotamos y conseguimos nuevos reflejos de sol. En este caso se ha utilizado uno con acabado envejecido para cubrir la pared. Pero no es la única opción, te contaremos más.
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Comedor con mesa y lámparas de techo, de Pathson en Cado.
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5. Y también espejos a modo de "ventanas"
Si los pones en frente de la entrada de luz, el sol hará el camino de ida y vuelta, iluminará el espacio como si realmente lo fueran. Este diseño además refuerza totalmente la idea de ventana. Y más con esta disposición.
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Rincón con butaca en blanco y espejo dorado.
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6. ¿Un rincón oscuro?
camúflalo colgando también en él un espejo.
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Salón con mesa de centro de la Maison y espejo de Westwing.
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7. Distribuye pensando en la luz
Aprovecha los rincones que reciban los rayos de sol. Como en este caso un sofá taparía parte de la ventana, se ha instalado un banco: se puede disfrutar de toda la luz y de las vistas.
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Salón con sofá, butaca, mesa de centro y reposapiés en Acevedo Ferrol.
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8. Muebles bajo la ventana
Cuando tienes unos grandes ventanales, además de bancos, puedes colocar una estantería o aparador bajo. Mejor blanco, ya sabes. Y si quieres una zona de asientos, un chaise longue, como no tiene respaldo, es mucho más baja que un sofá y no tapa tanto la luz.
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Salón con sofá rinconero, lámparas y mesa auxiliar tipo tronco, de Cado. Mesa de centro y ventilador, de Inthal. Librería de hierro, diseño de Jeanntte Trensig.
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9. Las paredes de cristal
A la luz le gusta el espacio, por eso, si tenemos que dividirlo podemos usar soluciones como las paredes de cristal o las puertas de cristal. Si son correderas, acabarán desapareciendo, mejor que mejor. Las de la foto son plegables tipo acordeón.
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Salón con chimenea, puerta blanca de forma ovalada de cristal y puf de terciopelo azul.
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10. Puertas de cristal, que pase la luz
Las podemos usar siempre que necesitemos un nivel de intimidad más bajo. Si necesitamos aislarnos del ruido, por ejemplo, pero no de las miradas. Antes siempre eran así en las de cocinas y recibidores y lo siguen siendo en muchas casas, especialmente clásicas. Es una buena costumbre decorativa.
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Cocina, diseño de ND Disseny d'Interiors, con mobiliario de Kvik. Lámpara aplique, modelo Orient, en Maisons du Monde. Pavimento, de Neocerámica.
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11. Las cortinas son protagonistas
Para iluminación de la cocina, la elección suele ser capital. La primera pregunta debe ser ¿las necesitamos? ¿Cuándo? ¿Para qué? Y la respuesta se debe encaminar a que interfieran lo menos posible. Si las necesitamos, que cuando estén abiertas se recojan fuera de la ventana. Las barras deben ser más anchas que la ventana para permitirlo.
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Dormitorio principal con rincón de lectura con silla, mesa auxiliar y lámpara de pie.
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12. La tela: lo más transparente posible
Si necesitamos que la cortina esté corrida, que sea de una tela como hilo, voile, lino de trama abierta... Son telas y tipos de trama que permiten que entre muchísima más luz. Y mejor que sean blancas, o casi, si no quieres que la luz distorsione el color de la habitación.
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Pasillo con consola de Coton et Bois.
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13. Estores que también sean vaporosos
Elígelos con el mismo criterio que los visillos. El problema es que al plegarse van sumando capas de tela que se va haciendo más opaca. Así que mejor si pueden recogerse totalmente fuera de la ventana.
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Rincón con cortinas de Maisons du Monde, mesa de La Nave Home y alfombra de Zara Home.
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14. Mejor que sea doble
Si te gusta jugar con los textiles y unos visillos te saben a poco (o no tienes persianas y necesitas en algún momento tapar la luz o las miradas), utiliza cortinas dobles que permitan dejar las cortinas recogidas y poner solo los visillos cuando necesites menos intimidad o matizar la entrada del sol.
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Salón con zona de estudio con consola a modo de escritorio en Cado.
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15. Cortinas de lamas con efectos especiales
Son una alternativa estupenda a los visillos y estores porque, a parte de subir y bajar, podemos modular la cantidad de luz o intimidad que deseamos. Las sombras de las lamas generan, además, efectos muy interesantes. Nuevamente, aunque las de madera son encantadoras, las blancas reflejarán mucha más luz.
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Salónc on mesa de centro, en El Globo Muebles. Librería, de Lowy&Kantor. Cortinas, de Leroy Merlin.
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16. Agranda visualmente el espacio
Cuelga cortinas desde el techo y con un visillo que sobrepasa los marcos de la ventana. Creará un efecto de ventanas más grandes.
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Salón con sofá y puf de Miki Beumala, butacas, mesa auxiliar, espejo y lámpara de de Catalina House.
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17. Los colores: una gran pantalla reflectante
Así debes imaginarte el espacio de tu casa. Suelo, techos, paredes, mobiliario... todo acaba absorbiendo o reflejando la luz del sol en diferentes proporciones. Asegúrate un espacio de blanco en cada estancia y se iluminará.
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Dormitorio principal con mesita de noche, en el Rastro. Banqueta, de Platero.
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18. Mucho más que blanco: colores luminosos
Cuanto más claro, cuanto más blanco contenga un color, más luz reflejará. Y aunque no sea tan luminoso como el blanco, los tonos con amarillos, pueden ser mucho más cálidos. Este tono crema, por ejemplo, lo envuelve todo, paredes, techo, cortinas...
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Salón con sofá, butaca, mesa de centro, mesa auiliar y papel pintado, Casamance Instan, en Acevedo Muebles. Alfombra, de Deco&Living. Cortinas, modelo Strasburgo, de les Créations de La Maison.
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19. Colores luminosos: del crudo al arena
Aquí lo vemos como el color del lino que también está en las cortinas y el sofá. En diferentes intensidades recorre la gama de los llamados tonos naturales que podemos ver en el cuadro. Combinan mejor con el blanco roto, aquí en la mesa de centro y la lámpara.
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Salón comedor sofá de IKEA. Mesa, sillas, alacena y lámparas en Maisons du Monde.
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20. Colores luminosos: el gris no es triste
Especialmente si es bastante claro. Ha estado muy de moda porque es muy elegante y funciona tanto en decoraciones clásicas como en estilos más actuales. Incluso en un rústico, como en este caso. Siempre es más fácil de aplicar junto al blanco porque así, por contraste, se define y el tono luce más.
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Salón con cillones de Badalaquino, en Caramina Sanz Decoración. Mesa de centro, en Caramina Sanz Decoración. Alfombra en Gra Bcn.
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21. Combinaciones bicolor para subir de tono
Tampoco es imprescindible que una habitación sea blanca o clarita para que se vea luminosa. Si escoges un solo color, como este café con leche, y después introduces grandes piezas en blanco ya reflejarán luz y además destacarán visualmente muchísimo.
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Salón con sofás, mesa de centro, puffs y cortinas, de Coton et Bois.
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22. Según la orientación
Si tu casa tiene orientación norte, elige tonos cálidos para matizar la luz. Si está orientada al sur, puedes atreverte con tonos como el gris.
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Comedor con sillas en El Taller de Indias y espejos de Sacum.
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23. Tonos oscuros: la dosis adecuada
No nos obsesionemos ni nos equivoquemos, podemos usar el color. Si un espacio es luminoso y ya tiene zonas que reflejan esta luz (techo, suelos...) podemos utilizar un tono oscuro que le de carácter. Es muy frecuente pintar la pared del cabecero o una de las del comedor de otro tono. Y no pasa nada.
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Pasillo en color blanco y puf de terciopelo azul en el fondo.
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24. Cuando pintes...
El color se verá varios tonos más oscuros que en la muestra. Lo mejor es pedir varias muestras del mismo color y elegir el tono más claro. Un truco: pinta unas pequeñas muestras en la pared, deja que se sequen y observa cómo influye la luz en las distintas horas del día.
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Salón con sofá y mesa de centro en capitoné, de La Maison. Mesas auxiliares, en Azul Tierra. Espejo, en Westwing. Alfombra, en Gra.
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25. Pintura mate
Resulta más actual, pero si tu casa es oscura, elige una pintura de esmalte satinado. Es muy resistente a los arañazos, se limpia con un trapo y rebota mejor la luz.
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Dormitorio juvenil con escritorio y cabecero, realizados a medida.
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26. Paredes partidas: los zócalos
Los clásicos arrimados en blanco son un seguro para la luminosidad de un espacio, pero también nos los podemos imaginar al revés. Si ponemos color en la parte baja y el blanco se junta con en techo, la sensación de luz es mayor. Pintar siempre los techos de blanco es una costumbre muy acertada.
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Dormitorio principal con armarios y cabecero, diseño de la decoradora. Lámparas de sobremesa, de Vibia. Alfombra, de BSB.
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27. Armarios que también reflejan
Los frentes de los armarios acaban funcionado como paredes blancas, especialmente si las puertas son lisas como estas. Lo mismo ocurre con el resto de puertas de la casa.
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Salón con sofá, diseño de los arquitectos, tapizado con telas de Güell Lamadrid.
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28. El suelo, si no es blanco, que sea claro
O que refleje la luz. Los parquets grises, los de roble claro o envejecido están a la orden del día y son una excelente elección. Los acabados brillantes, en cambio, ya no suelen instalarse. Pero las maderas satinadas o los suelos porcelánicos de grandes piezas pueden ser una buena solución si queremos que el suelo nos ayude a crear un espacio luminoso en una cocina blanca.
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Butaca blanca clásica con estampado azul marino y pared con papel pintado.
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29. Suelo blanco
Una opción económica es pintar el suelo de blanco. Hay pinturas especiales muy resistentes. El suelo claro es el truco de los nórdicos para atraer la poca luz del exterior en los inviernos oscuros.
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Salón con sofá, butaca y puf de Atemporal, alfombra de KP, todo en Iñaki Mujika.
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30. Las alfombras claras funcionan
Si no te atreves con un suelo blanco, puedes probar con una gran alfombra lisa y en tonos crudos como la de la foto, el efecto será muy parecido.
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Dormitorio principal con lámparas de Lucca.
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31. La ropa blanca de toda la vida
Cómo vistamos la cama afecta ¡y mucho! Calcula cuántos metros cuadrados ocupa. Es la pieza más grande de la habitación, y con diferencia. Si es blanca o clara se convierte en una gran pantalla para reflejar la luz. Ya sabes que siempre puedes complementar con cojines y mantas si quieres un toque de color.
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Dormitorio principal con mobiliario realizado a medida.
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32. Los marcos de las ventanas, mejor blancos
Cuando las ventanas son pequeñas cualquier gesto ayuda. En contra de lo que se viene utilizando últimamente en la construcción de casas, las carpinterías blancas son de gran ayuda, se funden mejor con las paredes y reflejan la luz en lugar de absorberla. Si imaginas esta foto con una carpintería oscura, la diferencia será abismal.
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Comedor con sillas de Bloomingville y lámpara de techo diseñada por Carolina Juanes.
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33. Cerramientos: ganar espacio para la luz
Incorporar un balcón o una terraza parece una gran inversión económica, pero suele compensar. Si, además, vivimos en un barrio ruidoso, nuestra terraza es pequeña o la usamos poco, ganamos unos metros con una calidad de luz máxima.
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Recibidor con consola, diseñada por Laura Masiques, de Mardalba Interiors. Lámpara de sobremesa y bandeja, en Cottage Little House.
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34. Espacios difíciles: recibidores
También podemos conseguir que reciban el sol, no hay mejor bienvenida. Si tenemos la suerte de vivir en una casa, hay diseños de puertas de acceso que incorporan cristales. Y si vivimos en un piso, igual podemos hacer llegar luz de otros estancias a través de puertas con cristales o de ventanas. Sí, una ventana como esta que comunica el recibidor con el office y se convierte casi en un cuadro más.
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Pasillo con consola de Villalba, lámpara de sobremesa de Oficios de ayer y la de techo de Villa Victoria.
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35. Zonas oscuras: soluciones para pasillos
Son espacios difíciles de decorar y de iluminar. Siempre se agradece que les llegue luz desde el salón o de algunas de las habitaciones y que estén pintados en blanco o similar. Aquí los arrimados son casi de uso obligado para evitar rozaduras en zonas de tanto paso. Para iluminar pasillos, ¡el blanco mejor que mejor!
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Salón con sofá, butaca y mesa de centro, de Becara. Lámpara de pie, en Muebles Pardo.
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36. Sacar luz a un rústico
Las construcciones originales normalmente tienen aperturas muy pequeñas (en algunos casos se pueden ampliar o crear nuevas) que deben aprovecharse al máximo. Como suelen incluir contraventanas y a menudo son casas independientes, no necesitan cortinas. Otra buena opción para ganar luz es recuperar las puertas de entrada partidas y con cristal en la parte de arriba.
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Salón con butacas y mesa de centro de Becara.
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37. Pintar las vigas
Las originales suelen tener la madera muy oscurecida y aunque se pueden recuperar y tratar, pintarlas es una buena opción. Para no perder totalmente la presencia de la madera, se pueden dejar los pilares, las vigas maestras o las de puertas y ventanas.
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Salón con sofá, de Ikea. Mesas redondas, de Maisons du Monde. Taburete de bambú y mesa auxiliar de madera, en Deco & Living. Alfombra, en Kenay.
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38. Espacios difíciles: buhardillas
No hace falta atreverse con un loft, podemos aprovechar la zona con los techos más altos para levantar paredes que nos den intimidad, pero que también dejen pasar la luz. Así no será necesaria una ventana de techo en cada estancia. Además, con los sofás en blanco, siempre acertarás.
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Salón con sofá de Ikea, mesas redondas de Maisons du Monde y alfombra en Kenay.
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39. Total white
No tienen muchos metros, no tiene ventanas, tienen zonas con techos muy bajos... Todo nos indica que llenarlas totalmente de blanco es la mejor solución para que se vean luminosas. Incluso los muebles y el suelo. Los cojines y el plaid en ocre se convierten en una especie de rayo de sol.
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Cocina con office, mobiliario de la cocina, del estudio de Bárbara Sindreu. Grifería, de Grohe. Encimera de mármol. En el office, banco tapizado con tela de Güell-Lamadrid. Lámpara de techo, de Baobab.
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40. Cocinas abiertas o que lo parezcan
Si te siguen preocupando olores, humo, ruido... utiliza el cristal. En este caso tanto la puerta como el frontal son de cristal sin enmarcar y casi desaparecen. Fíjate como en este casa lo que se consigue es hacer llegar la luz hasta el office.
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Cocina con encimera con el fregadero integrado, de acero inoxidable. Pavimento, de madera de roble.
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41. Cocinas en blanco y acero
Nuevamente, el blanco vuelve a ser el color rey en la cocina, como en todos los espacios donde la luz escasea. Pero podemos añadir el acero como material potenciador (actúa como un espejo) para electrodomésticos, encimeras, campanas... Además, le aportará ese look industrial que tanto gusta ahora.
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Baño con mueble bajolavabo, de Maisons du Monde. lavamanos, modelo Terra, de Roca. Pavimento de madera, modelo Harmony, de Floover Flooring.
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42. Baños: revestimientos blancos y relucientes
Instalar los azulejos hasta media altura (ideal si son en acabado brillante) es suficiente para reflejar la luz y hacerlos prácticos y resistentes al agua. Si el mueble también es blanco, más que mejor.
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Baño con pavimento de losas de Piedra Rosal. Grifería, de Arne Jacobsen para Vola. Sanitario suspendido, de la serie Link, diseño de Giulio Cappellini y Roberto Palomba para Flaminia.
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43. Un todo continuo
La ley del menos es más. La unidad de materiales y tonos es genial en espacios pequeños y con poca luz, y más si desaparecen por completo las juntas. Esta continuidad en suelo y paredes, incluso en el de la ducha, consigue que parezca que todo se multiplica por dos. El cristal y los elementos cromados, prácticamente desaparecen.
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Baño con ducha revestida de Silestone Zeus Extrem. Plato de ducha, de resina.
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44. ¿Podemos abrir los baños a la luz?
Aunque son un espacio con exigencias de máxima privacidad, pueden recibir luz de otras habitaciones y estar semiabiertos. En este caso la pared que comparte con el dormitorio es de cristal y contiene una cortina de lamas que gradúa el sol y la intimidad. También se puede utilizar un cristal al ácido.
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Bao con mesa antigua y apliques de Carolina Socias, Lavamanos de Bathco y grifería de Tres.
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45. Espejos: multiplicamos por dos, o más
Son nuestros grandes aliados en el baño. Cuanto más grandes mejor, más luz. Y si son pequeños, podemos poner dos en L, aprovechando una esquina. Fíjate que además, en este caso, llegan hasta el techo y tienen los apliques encastrados.
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Dormitorio con banqueta en Natura Casa y mesita de noche de Jaime Beriestain.
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46. Los detalles cuentan: telas luminosas
Los cojines, las mantas y plaids de colores cálidos nos transmiten sensación de luz y calidez. Amarillos, mostazas, ocres, naranjas... se convierten en rayos de sol, especialmente si están rodeados de blanco.
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Accesorios de cristal.
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47. Complementos: más poderosos de lo que crees
Es bueno dedicar un día a estudiar por donde entran esos rayos de luz tan preciados. Evidentemente, hay variaciones durante el año porque, por ejemplo, en invierno el sol no llega a estar tan alto. Si montamos un pequeño bodegón de "complementos espejo" donde aparezca cada día el sol, tendremos un juego de destellos. Aquí tienes cristal, bandejas antiguas, maceteros de acero galvanizado...
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Mesa auxiliar dorada con flores.
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48. El dorado se expande con la luz
Y crea interesantes reflejos, especialmente si son piezas metálicas con acabados brillantes. No es necesario que sean piezas de mobiliario como esta mesa de centro, pequeños elementos como boles, candelabros... pueden crear efectos mágicos sobre una chimenea o mesa de centro.
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Papel pintado con acabado brillante.
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49. Papel pintado que ayuda
Muchos papeles pintados tienen un ligero acabado brillante. En el catálogo puede que te resulten excesivos, pero al colocarlos resultarán muy luminosos. Pide una muestra y comprueba su efecto en una pared.
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Cuadros grandes y con motivos claros.
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50. Cuadros
Los espejos grandes y cuadros con motivos claros pueden ser buenos aliados para ganar luz. Poténcialos colocando un punto de luz encima.
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Salón con sofá retapizado con tela de Gancedo por la Cabana d'Aran. Mesas de centro, de Filocolore. Lámpara de sobremesa, en Cottage Little House. Alfombra, en la Cabana d'Aran.
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51. Las chimeneas también iluminan
Cuando se encienden se convierten en un punto más de luz cálida. Mira cómo el fuego consigue teñirlo todo de esa bonita luz naranja. No puede haber nada más acogedor.
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Velas y flores en la mesa.
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52. Velas: la calidez en pequeñas dosis
Tienen el mismo poder de seducción que el fuego y una aplicación muy curiosa, si lo juntamos con el cristal, podemos llenar una habitación de destellos, fíjate. Cuando enciendes una vela, enciendes la magia.
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Bombillas que funcionan como lámparas.
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53. Bombillas como lámparas
La gran variedad de diseños y el gusto por el minimalismo las han destapado y funcionan, por sí solas, como elementos decorativos muy potentes. Al no tener ningún tipo de pantalla crean una iluminación general ideal, muy difusa, sin haces de luz ni grandes zonas de sombra.
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Recibidor con butaca de Valentina shop, cómoda y lámpara de Taller de Indias.
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54. Acertar con la pantalla
El material y color de la pantalla modificará completamente la luz y también los colores del espacio que ilumina. Un pantalla de color natural, como la de la foto, puede dar una sensación de calidez en un espacio blanco, pero también puede distorsionar completamente colores azules o verdes.
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Salón con lámpara de Sacum.
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55. Las lámparas más ligeras
Con una base de cristal inspirada en las damajuanas y una pantalla de hilo blanco y muy transparente, esta lámpara de sobremesa se convierte en una solución brillante, tanto si está encendida, como apagada.
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Cocina con office, mobiliario, de Fusteria Catot. Encima, de haya alistonada. Lámpara de techo, en Maisons du Monde. Mesa y sillas, en India & Pacific.
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56. Lámparas de techo, protagonismo total
Se han vuelto a convertir en la mejor herramienta para crear una iluminación general más cálida y con peso decorativo. No es un descubrimiento, antes de la existencia de los focos ya era así. Ahora las vemos en cocinas, dormitorios... por todas partes. Las que son de mimbre o fibras naturales crean un efecto encantador cuando se encienden.
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Cocina con mesa diseño de los propietarios. Sillas, de l'Isle-Sur-La-Sorgue. Ojo de Buey, de Catalina House. Taburetes, de Wunderkammer.
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57. Luz y cristal: una combinación mágica
Hace tiempo que vuelven a estar de moda las lámparas de araña y parece mentira que sean tan versátiles como para encajar incluso en un office casi rústico. Si juntas luz y cristales tintineantes tienes casi un espectáculo.
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Salón con mesa de centro, modelo Chateay Chassigny, de Rivièra Maison.
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58. Apliques: luz donde la necesites
No solo para los pasillos. Son los especialistas de los poco metros, y más si llevan flexo o son extensibles. Llegan a cualquier parte: en el dormitorio no necesitan mesita, en el salón crean una zona de lectura en cualquier lado... Si las pantallas son claras y se funden con las paredes, mejor que mejor.
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Pasillo con librería amplia y armario. Mesa de comedor al fondo.
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59.Tira tabiques
Si vas a hacer reformas, aprovecha para tirar las paredes que impiden que la luz llegue a algunas zonas de la casa, como por ejemplo, a un pasillo oscuro.
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Comedor con mesa, de Gunther Lambert, sillas y lámpara de techo, de Casa Milano, todo en Lares Decoración
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60. Redistribuye estancias
Para aprovechar bien la luz del sol, las estancias de día como el salón y la cocina, deben situarse al este de la casa y, si puede ser, en los puntos donde entre más luz. Los dormitorios en cambio, pueden situarse al oeste.
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Vivienda con patio interior con el salón, techo de cristal y escalera.
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61. Patios interiores
En viviendas con patios interiores, lo mejor seria cubrir los muros de ladrillo con pintura blanca brillante. La luz solar rebotará hacia el interior de las casas. Habla con tu comunidad, ¡todos saldréis ganando!
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Salón comedor con mesa de centro, en Merc&Cía. Butaca, en Maisons du Monde. Alfombra, en Gra. Mesa de comedor, de Rivièra Maison. Sillas de ratán de Sika Design. Sillas tapizadas en Pia Capdevila Interiorismo. Lámpara, de Tons.
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62. El lacado
Es el acabado ideal para los muebles de tonos claros. Su ligero brillo satinado te permitirá escoger colores más allá del blanco, como el gris topo o un gris cálido.
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Salón con sofá, de Miki Beumala, y mesas de centro, en Matéria. Alfombra, de Francisco Cumellas. Sulla de loneta y taburete, en La Maison. Mesa, diseñada por Mar Marcos, y realizada por Fustería Jorvi.
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63. ¡No llenes!
Ni sobrecargues de muebles la estancia, intenta que quede despejada. El espacio es un bien preciado y luz y espacio van casi siempre de la mano. ¡Deja que fluyan!
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Comedor con mesa y sillas, de Coco Mat.
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64. Árboles y plantas
¡Mantenlos a raya! Una buena poda devolverá la luz que llega al interior de tu casa.
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Salón abuhardillado con gran ventanal.
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65. Quita toldos y capotas de las ventanas
A veces las capotas y toldos antiguos tienen colores muy oscuros. si no son del todo necesarios, sustitúyelos por estores o cortinas tipo screen aislantes del calor. Las capotas, incluso recogidas en las ventanas, evitan el paso del 50% de la luz solar.