Decoración rústica: 35 detalles que harán de tu casa un refugio cálido

La madera es la clave del estilo rústico. Es un material vivo, que cruje, y mantiene estable la temperatura de la casa. Transmiten mayor autenticidad los acabados que dejan la madera prácticamente en bruto, con los nudos y las imperfecciones a la vista. Úsala en todos los elementos posibles porque no cansa y produce bienestar: mesas, sillas, taburetes, suelos de parquet... 

Si la madera es imprescindible en una decoración rústica, la piedra es un buen compañero de viaje. Una pared de piedra vista dará un look rústico y de campo inmediato, además de mucho encanto, ya que recuerda las antiguas construcciones rurales. Para que no resulte demasiado "agobiante", puedes reservarla para una sola pared o incluso pintar en blanco. 

El new country style no se conforma con la oscuridad de las viejas casas de campo. Es básico dejar entrar la luz con grandes ventanales o ventanas en los tejados para que invada todos los rincones. Unas cortinas livianas ayudarán a este fin.

Las telas naturales son un must en decoraciones de corte rústico. Por su aspecto y porque, al no proceder del petróleo, son ecológicas, muy cómodas y saludables. Además, tienen propiedades antibacterianas, fungicidas y aislantes. El lino en tonos neutros es el rey. También acertarás con el algodón, la lana, el cachemir...

Para conseguir un ambiente cálido y con notas rústicas, puedes elegir un papel discreto de cuadros, como en este salón reformado por el interiorista Pablo González. De cuadros escoceses o de un estilo más sobrio, como el que decora esta chimenea, ayudará a potenciar el aspecto campestre y bucólico. 

El reciclaje es un punto fuerte. No hay nada más ecológico que repescar objetos y piezas usados, lavarles la cara y que vuelvan a brillar como elementos decorativos. Con el upcycling, elementos de poco valor se reciclan "hacia arriba": como unas viejas vigas reconvertidas en mesa de comedor o unas polvorientas damajuanas de cristal reconvertidas en originales lámpara del comedor, como aquí.

Si la madera al natural es un must en las decoraciones rústicas, los elementos que nos conectan con la naturaleza son imprescindibles. Y en este grupo, las mesas de tronco son geniales para contar con un auxiliar que aporte calidez y matices rústicos. 

Los complementos furry, tan de moda cuando caen las temperaturas, no son exclusivos de las decoraciones rústicas, pero es innegable que le dan un plus de calidez, personalidad y encanto. Pueden ser mantas, cojines, fundas, alfombras e incluso zapatillas de andar por casa. 

Si buscas darle a tu casa un look rústico y natural, toca jubilar los utensilios o complementos de plástico en la cocina y apostar por materiales naturales y, además, más saludables, como tablas de cortar de madera; salvamanteles de corcho, un material que vuelve a estar de moda; vajillas de bambú... 

Las alacenas eran un mueble imprescindible en las cocinas de campo, con un cuerpo superior que dejaba la vajilla a la vista y uno inferior con prácticos cajones y estantes cerrados. Apostar por una alacena, aún siendo de diseño actual, dará un sabor tradicional y muy auténtico a tu comedor, cocina o salón.

Las campanas de obra no son solo cosa de casas de campo, sino que cada vez es más habitual en decoraciones urbanas rehuir del frío metal de las campanas modernas y apostar por un diseño de obra, que da mucho encanto y un guiño tradicional y rústico a la cocina. 

El lino, sobre todo los más rústicos, son los que se identifican más con este estilo rústico. Se trata de un tejido natural, ecológico y flexible. Se adopta también en cortinas, tapicerías y fundas porque es muy resistente. 

Los armarios de obra no son exclusivos de las decoraciones campestres o rústicas, pero encalados en blanco y cerrados con unas cortinas de telas naturales dan un look relajado y rural. 

La cerámica continúa ocupando un lugar destacado en nuestras casas y, a raíz del boom por la decoración natural, eco y sostenible, los objetos artesanales confeccionados con este material se han convertido en tendencia. Una vajilla de loza, jarrones decorativos, macetas... Cualquier objeto con un look artesanal confeccionado con este material dará un toque auténtico y de tradición a tu casa. 

De yute, mimbre, esparto, ratán, cáñamo, sisal... Los detalles de fibras naturales, con sus colores de la tierra, añaden calma y bienestar en la decoración. En alfombras, persianas, cabeceros, cestos o incluso como aquí en la mesa de centro, dan un toque rústico y ayudan a hacerlo más acogedor.

Las estufas de leña, tan de moda hoy en día, son las más tradicionales en las casas de campo. Dan tanta calidez a la estancia como una chimenea al uso. Se puede optar también por una estufa de pellets, que son mucho más eficientes. 

Los pequeños detalles tienen un gran poder para transformar un espacio. ¿Que tu cocina es moderna, pero le quieres dar un toque rústico que la haga más cálida y acogedora? Atrévete con un platero como los tradicionales de las casas de campo. ¡Verás qué cambio!  

Cuencos de ceramistas que recuperan diseños tradicionales, piezas con el poro de la arcilla a la vista, vajillas con motivos antiguos... Cualquiera de ellas aporta la exclusividad de la artesanía y dará un toque rústico a la decoración.

Para el baño o el antepecho de la cocina, los azulejos artesanales pintados a mano por expertos artesanos que siguen los diseños tradicionales o los actualizan darán un toque rústico a la decoración.

Las sillas de enea recuerdan a las típicas de las de pueblo de toda la vida y que duraban años y años. Con asiento de fibras vegetales y estructura de madera aúnan un estilo tradicional con el encanto de las piezas recuperadas.

Son un pequeño detalle, pero apostar por unos enchufes retro que recuerdan a los antiguos de cerámica de las casas rurales dará un toque rústico muy auténtico a la decoración. 

Son bienvenidos todo tipo de cestas, capazos, caracoleras y canastos, respetando su uso tradicional o inventando alguno nuevo. De fibras vegetales, por supuesto.

Los lavamanos de piedra o de mármol rememoran los de las casas de campo tradicionales. También en la cocina una pila de mármol dará un look campestre con mucho encanto. 

Un mueble de oficio, restaurado o mostrando las muescas del tiempo y el uso, es un must en el estilo rústico: taburetes de herrero, escritorios-secreter de madera y, por supuesto, la estrella, la mesa tocinera.

Las viejas y grandes cocinas de hierro tienen hoy su versión en modelos con diseños tradicionales, pero con todas las prestaciones de las más modernas, como la de esta cocina. 

Si la eliges de cerámica, de hierro fundido o con patas, darás un look retro al baño. Las actuales, que imitan a las tradicionales, son piezas escultóricas que aúnan diseño y confort. 

Cazos, sartenes, ollas... Colgados en tu cocina, recuerdan los de antaño y son muy estéticos. Los actuales no son tóxicos: el cobre se recubre por dentro con estaño, acero inoxidable o plata. Y reparten el calor de forma excelente. 

Las baldosas hidráulicas, de diseños y motivos coloridos, crean un efecto de alfombra en el suelo. No es preciso unificar todo el pavimento: se pueden instalar formando cuadros o marcos. Y combinan genial con otros materiales. 

Muchas firmas actuales fabrican griferías eficientes con las sinuosas formas y diseños retro. También las hay con efecto envejecido de cobre o de latón, si buscas un look más personal. 

Las camas con dosel recuerdan a las de las casonas nobles y tienen el poder de transformar por completo el dormitorio. Son tan románticas que el estilo rústico no ha dudado en adoptarlas.

Desde un simple palé reconvertido en estantería a puertas antiguas que sirven de cabecero o traviesas de tren que se transforman en mesa de comedor.

Además, de la madera en parquets de anchos tablones, las baldosas de barro cocido son artesanales y tienen el valor de que cada pieza es única. La riqueza cromática de las arcillas seduce con sus tonos que van del arena claro al rojizo intenso.