30 FOTOS e ideas de porches rústicos de ensueño y llenos de encanto para vivir el verano (y quedarse para siempre)

Los propietarios de esta antigua casa ibicenca se enamoran del paisaje y le dieron una oportunidad, aunque era una ruina. Con la ayuda de la interiorista Mireia Pla la convirtieron en la casa acogedora e integrada con el entorno que es ahora. El gusto por lo natural -de ahí el uso de la buganvilla- de sus nuevos propietarios marcó la decoración también del porche: un look relajado y con esa esencia 'hippy chic' tan de la isla. 

En esta imagen, no vemos un porche de estilo rústico acristalado al uso. Su ventana con marcos negros, dice mucho más que eso. Por un lado, el banco de obra, la mesa de madera recuperada y los puffs de fibras, dibujan un porche campestre. Y, por el otro, detalles como las cortinas, el cuadro y las luces con pantalla nos transportan al interior de la casa.

Un porche rústico cubierto por una pérgola de madera es la mejor opción para alargar las sobremesas de verano. Si le añades mucho verde y algunos detalles de fibras, como este puff o la alfombra, ¡no querrás ir a otro sitio! En su banco cabe todo el mundo. Y sus cortinas blancas ambientan una tarde de brisa relajada, que no debería acabar nunca.

Las plantas trepadoras son la opción más natural para llenar de frescor un porche rústico. Aquí la glicina se integra muy bien con la pérgola metálica elegida por el equipo de Influenza y los muros de piedra. Las glicinas necesitan estructuras sólidas debido al peso de sus ramas. Las fibras naturales de las sillas, las cestas o la la´mpara dan calidez a este oasis de frescor.

Si las tardes con brisa en verano son una maravilla, las noches al fresco son un regalo. En este porche iluminado, las cenas al aire libre son un básico. Se ha delimitado la zona del comedor con un suelo distinto y una bonita pérgola, cubierta de verde. Una guirnalda de luces solares abraza el espacio, mientras que los detalles de madera, los farolillos, las velas y las fibras hacen el resto.

Durante el día es un porche rústico con encanto. Durante la noche, un refugio de piedra donde no pasan las horas. Este acogedor porche de obra cerrado con vigas y ventana, te atrapa con solo mirarlo. La cálida iluminación de las velas, las fibras y los cómodos sofás blancos, en forma de L, crean una atmósfera íntima única. 

Los porches de obra rústicos siempre son la solución perfecta para sumar asientos esquineros. Este banco de obra está pintado igual que las paredes, por lo que se funde con ellas y solo necesitas colchonetas y cojines para resultar un comodísimo sofá. Es un proyecto de Natalia Roma, de ND Disseny Interiors, que ha creado un exterior con sitio para comer, relajarse y jugar. 

La cubierta de cañizo pintada de blanco le da un aire muy personal a este porche rústico con vistas al mar. Los textiles en tonos claros también juegan un papel muy importante: aportan luz y calidez al espacio. Y la mesa con un banco de madera y las tres lámparas de fibras son el toque diferencial. 

Vivir las noches de verano en el campo es un auténtico privilegio. Sus colores se funden con los aromas, a la vez que el sol cae tras las colinas. Este porche rústico es el mirador perfecto. Estas vacaciones, siéntate en su banco de obra en forma de L, bajo la luz de sus lámparas de fibras y la calidez de las velas y prepárate para disfrutar del espectáculo.

Cuando pensamos en decoración de porches rústicos, no podemos evitar imaginarnos un rincón para vivirlo. Y este porche lo cumple a la perfección. Tiene dos zonas diferenciadas: el salón y el comedor exterior. Sillones de ratán, grandes macetas, farolillos de colores... ¿y qué nos dices de las columnas clásicas que sujetan las vigas de madera?

El porche de casa de campo en la Costa del Sol nos ha dado una lección deco: si quieres, puedes. Las decoradoras Isabel Flores, Nuria Almansa e Isabel Font han mezclado varias piezas low chic con otros detalles más caros para conseguir un efecto de lujo, con muy poco y unos toques de color.

Este porche de piedra rústico parece salido de un cuento de hadas. La fachada de la masía donde se encuentra está cubierta de hiedra. Y la naturaleza parece fundirse en su comedor, decorado con muebles de madera recuperada y textiles con estampados y tonalidades súper veraniegas. 

El textil de este porche le da un aire de estilo bohemio y relajado al espacio. Copia el look en tu casa de campo y conseguirás que el tiempo se detenga, relajándote en un bonito porche decorado con banquetas y cojines. 

¿Te habías imaginado nunca cómo sería un porche moderno con toques clásicos? Pues aquí tienes un buen ejemplo. La decoración del jardín de esta casa de campo ha encontrado el equilibrio perfecto. La mezcla de estilos consigue un resultado de ensueño. ¿Cómo? El porche está cubierto con plantas, mientras que una lámpara de araña, súper clásica, cae sobre una mesa de madera y sillas de diseño vanguardista. 

El suelo de piedra y las contraventanas y las vigas de madera dan carácter al porche, obra de César de Leyva. El comedor exterior es perfecto para las tardes de sobremesa, ya que la mesa crece y las butacas de fibras hacen que la vida en este porche se alargue durante todo el día.

El porche moderno de esta casa en Formentera es casi un sueño hecho realidad. Abrazado por las vistas y la brisa del mar es la perfecta fusión entre tradición y vanguardia con sus muros de piedra, elementos de madera y la mezcla con el suelo de cemento o los muebles de diseño. Es un proyecto de GCA Architects que reorientó toda la casa para que se abriera por completo al entorno. 

El microcemento y la madera hacen que este porche de campo tenga un atractivo toque actual. Un gran banco es el alma del estar. El arquitecto Damián Ribas, el encargado de este porche, quería pocas piezas que no compitieran con el paisaje. La estructura de madera del banco se completa con unas colchonetas en blanco. 

Este porche de aire clásico parece centenario, pero no tiene ni 10 años. El arquitecto Pedro Jiménez lo construyó inspirándose en los tradicionales porches de las masías, gracias a los arcos y vueltas y suelos de barro. ¡Qué acogedor!

Este porche de efecto cerrado tiene dos claves: está lleno de plantas (y es que el verde da intimidad, profundidad y frescura) y tiene una mesa redonda. Con ella, disfrutas de una buena conversación, según el Feng Shui y, además, aprovechas el espacio. 

Los dueños de este porche de madera eligieron muy bien los muebles: la madera al natural, las butacas de fibras o el suelo y las paredes en color arena. Mires donde mires parece que se fundan con el paisaje. ¡El porche parece abrazar la naturaleza! 

Pasaríamos la tarde entera en este porche disfrutando del atardecer. ¿Te has fijado en su luz? Es mágica. Los tonos tierra del suelo del porche ayudan proyectarla entre enredaderas y vigas de madera, para crear una atmósfera súper cálida. Al lado, un bonito comedor con muebles de madera y efecto recuperado.