1. Caso uno: Quieres un salón azul ¿Te gustaría tener las paredes en color azul Bilbao , como en este ático decorado por Begoña Susaeta? Es un color tan intenso y profundo que a veces no sabemos como combinarlo. En este caso, el salón contaba con mucha luz natural y techos altos que se pintaron en blanco. Sigue leyendo y verás qué paleta de color escogió la interiorista (aquí te enseñamos completo este ático azul en Bilbao). Caso uno: esta es la paleta que te proponemos Para compensar la profundidad del azul puedes elegir un tono crema claro como el de la imagen (es más cálido que el blanco). Los otros colores que están presentes en el ambiente son dos tonos rojizos, que matizan la 'frialdad' del azul, y toques de verde claro (con bastante proporción de amarillo). Ponen un matiz fresco y sofisticado. Caso uno: estos son los puntos donde debes poner el color La mayor proporción de color se la llevan las paredes en azul Bilbao. El tono crema matiza en las piezas principales, como el sofá y las butacas, y también la alfombra. Los toques rojos se han reservado para los cojines, para no resultar excesivo . Y la nota vital del verde de las plantas pone un punto de luz. 2. Caso dos: Quieres un salón blanco En tu caso, te decantas por el blanco. ¿El miedo? Los salones con las paredes en blanco corren el peligro de resultar monocromáticos y aburridos si no les pones un poco de color. Para que resulten más acogedores puedes jugar con otras tonalidades del blanco y colores más cálidos. A continuación te enseñamos cuáles Caso dos: esta es la paleta que te proponemos Dale al blanco puro la calidez que le faltan con elementos en otros blancos más cálidos. Los tonos tierra te ayudarán a 'encender' el salón y junto con los tonos ocres y mostaza quedan genial. El toque final de nuevo lo pone el verde (esta vez más intenso) que dará un toque de vida al salón. Caso dos: estos son los puntos donde debes poner el color Juega con la amplia variedad de matices del blanco combinando dos tonalidades más cálidas para la pared y los estores. Los tonos tierra son muy necesarios para compensar tanto blanco . Está presente en el suelo de madera, los muebles y también auxiliares como el cesto de fibras o el plaid. El sofá blanco se llena de vitalidad y luz con los cojines color mostaza . Y los puntos de verde que decoran el salón engaman con el paisaje que se cuela por las ventanas. 3. Caso tres: quieres un salón gris Si prefieres que tu salón sea gris decántate por sus versiones más claras. Son igual de elegantes que las oscuras pero mucho más luminosas. Si tu salón tiene varios ambientes, como aquí, puedes combinar tonalidades entre sí, quedan genial, y resaltarlo todavía más con blanco. A continuación tienes el resto de paleta que puedes combinar . Caso tres: esta es la paleta que te proponemos Gris con gris es una mezcla que nunca falla. Aquí además se le suma una tonalidad verde que tiende mucho a gris y casi parece de la misma gama. El color mostaza queda genial con el gris y le da la luminosidad que le falta. Por último, el verde hoja pone un toque fresco y natural. Caso tres: estos son los puntos donde debes poner el color Un salón gris resulta elegante y a veces puede pasarse de sobrio si no tiene otros colores que lo levanten. Para ganar profundidad esta zona de estar con dos ambientes juega con el gris más oscuro al fondo y el más claro delante. El tono miel de la madera le da calidez y cierto punto nórdico al salón. Está presente en el suelo, los muebles principales y algunos complementos de fibras. Y tiene sus toques más 'encendidos' en los textiles en tonos mostaza. La alfombra combina tonos verdes y grises. 4. Caso cuatro: Quieres un salón blanco y acogedor Este salón tenía un techo de bóveda tan especial y marcado que el blanco era la mejor elección para sus paredes. Luminoso y ampliador del espacio, la combinación de blanco y madera es siempre la mejor elección cuando quieres que tu salón te abrace . No te pierdas el resto de paleta a continuación. Caso cuatro: esta es la paleta que te proponemos La calidez es la gran protagonista de esta combinación de colores propuesta para acompañar al blanco. Encontramos un color mostaza, un marrón chocolate y otro ocre. Todos de la gama de los tonos tierra, perfectos para arropar al blanco. El único tono discordante es un toque de gris, que contrasta y es más sofisticado. Caso cuatro: estos son los puntos donde debes poner el color La pared blanca casi que desaparece con lo bien rodeada que está de tonos tierra y ocres que lo tiñen todo desde el techo al suelo. Tiene suelo de parqué, alfombras de fibras, sofás en color arena y muebles auxiliares de madera . Los plaids en color mostaza y ocre crean puntos de luz sobre los asientos. Y el gris está presente en el cuadro que decora la pared de la chimenea. 5. Caso cinco: quieres un salón con toques de rojo Si te gusta el rojo y quieres que en tu salón tenga protagonismo pintar la pared no es buena idea. Lo ideal es buscar una decoración muy clara y neutra y poner las notas de color con textiles como cojines, alfombras y plaids. Aquí tienes la paleta perfecta para que no te quede excesivo. Caso cinco: esta es la paleta que te proponemos El rojo tiene la capacidad de 'manchar' mucho por eso es importante combinarlo con colores que le den calma: blanco roto y beige son perfectos para conseguirlo. Lo mismo que algún toque en color chocolate, le hace competencia en cuanto a intensidad, pero con un tono cálido con el que combina bien. Caso cinco: estos son los puntos donde debes poner el color Las paredes y los estores son blancos y los sofás beige. La mejor base para compensar la intensidad del rojo. Si te fijas, el rojo está presente en elementos no muy grandes . Lo tienen los cojines (tanto lisos como estampados) y hasta los motivos de la alfombra, que también es beige. Algún plaid y cojín en un marrón más oscuro ponen el broche final a la decoración del salón.