Cuando un baño es pequeño, nos olvidamos de todas las oportunidades y ventajas que puede tener. Un baño pequeño puede ser un espacio encantador y cómodo, adaptado a todas nuestras necesidades. De hecho, hay muchas alternativas para conseguir darle estilo y personalidad. El baño que mostramos hoy, pedía un cambio y transformación a gritos. Estaba anticuado, era oscuro y carecía de vida y calidez.
La interiorista Natalia Zubizarreta se ha encargado de darle una segunda vida. Ahora es luminoso, cuenta con una bonita y cómoda ducha, y está tan bien distribuido y pensado, que a pesar de sus reducidas dimensiones se puede utilizar sin problema. ¡Te enseñamos el antes y el después de este baño tras el paso de la decoradora!
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Antes: un baño pequeño, anticuado y sin vida
Atrapado en el tiempo. Así se quedó este baño. Y es que, fijándonos en sus baldosas y cenefas, es posible que este baño se equipara en los años 80. La bañera resultaba de lo más incómoda, y además, restaba luz a todo el espacio. Los muebles y ese color tan grisáceo de todo el baño, reducían aún más visualmente este ambiente. Necesitaba un cambio urgente. De hecho, ni tan siquiera el espejo del lavabo conseguía reflejar luz procedente de otros espacios.
La interiorista tenía un trabajo por delante. Sin embargo, no necesitó derribar tabiques ni hacer grandes obras para cambiarlo al completo. De esta forma, cada una de sus acciones nos inspira para poder llevar a cabo ese cambio que tanto ansiamos en ciertos espacios de nuestra propia casa, sin un presupuesto elevado. ¿Cómo habrá quedado ahora?, ¿tendrá más luz y será más moderno? ¡Sigue leyendo!
Después: un baño moderno y luminoso con una cómoda ducha
¡Wow! Parece mentira que se trate del mismo baño, ¿verdad? El cambio es abismal. Lo mejor de todo es que no se ha necesitado mover ni un solo tabique. Para conseguir esta transformación más radical, la clave fue cambiar la incómoda bañera por una práctica y moderna ducha. Para ganar esa luz que las baldosas restaban en el baño anterior, se revistieron las paredes con un porcelánico de un suave color crema que ilumina el espacio, lo hace más despejado y por consiguiente, más limpio.
La interiorista agrega calidez a través de muebles y pavimento
Gracias a que este baño está repleto de tonalidades neutras y suaves, era importante no excederse demasiado decorando y equipando el espacio en estos tonos, ya que puede terminar siendo un espacio demasiado frío y que se pierda esa sensación acogedora que tanto nos gusta sentir en cada rincón de nuestra casa.
La interiorista, decidió añadir madera para revertir este efecto y conseguir calidez, tanto en el mueble bajolavabo, una pieza muy capaz que al no llegar hasta el suelo resulta más ligera, como en el pavimento, un porcelánico que imita la madera y que simula a la perfección este material. ¡Y voilà! Este baño se transformó por completo en un bonito espacio que ahora merece la pena presumir. ¡Nos encanta el resultado!