Natalia Zubizarreta, interiorista: "Esta cocina blanca y estrecha de 9 m2 ha crecido gracias a la pared de cristal"

Como teníamos que estirar al máximo la distribución, la cocina se hizo alargada, pero gracias a la ventana, los materiales elegidos y la distribución, no da sensación de agobio ni de estrechez ¡a pesar de tener sólo 9 m2! Eso sí, debía tener entrada desde el recibidor de la vivienda y también desde el comedor para facilitar al máximo los flujos de paso. 

Las columnas se ubicaron nada más entrar desde el hall, a la izquierda. De esta forma no agobian visualmente. Conseguimos sacar más de 4 metros de armarios altos que albergan un montón de almacenamiento, el frigorífico, horno y micro, despensa y un magnífico mueble para desayunos con puertas escamoteables. De esta forma, cuando por las mañanas comienza el día, con todo el revuelo que 4 niños y 2 adultos producen, las puertas se abren y si no ha dado tiempo a que todo esté impoluto, se cierran hasta que se pueda recoger. Es una forma de que no ver todo desordenado y no perder años de vida .

En este estupendo armario, hay espacio en los cajones inferiores para todos los ingredientes, una encimera de porcelánico como en el resto de la cocina donde poner cosas calientes e incluso cortar directamente, totalmente resistente. Enchufes de sobra para el pequeño electrodoméstico y en los estantes hueco para tazas, vasos, etc. y además una estupenda y agradable iluminación, que te permite encontrar todo con facilidad.

Como quisimos hacer la ventana de separación con el comedor lo más grande posible, sobre la placa no dejamos espacio para armario alto sino que diseñamos un grupo filtrante forrado con madera lacada a modo de listones para que quedara decorativo y no agobiara. La despensa la ubicamos en cajones inferiores. Toda la cocina está repleta de cajones para aprovechar al máximo el espacio de una forma cómoda. El escobero, armario de limpieza y lavadora + secadora, se ubican en el patio exterior. 

La encimera, parece de piedra natural, muy gruesa pero en realidad es un porcelánico efecto pétreo con un faldón que simula ser natural con todas las ventajas que tiene: lo resiste todo y por sus manchitas y vetas, siempre da sensación de limpieza. Importante tener en cuenta que dejamos el suficiente espacio entre la ventana y la encimera protegido con el porcelánico para evitar que el cristal estuviera siempre sucio.

Para ganar espacio, decidimos apostar por un banco a medida en la zona de comedor, de esta forma, pudimos arrimar un poco más la mesa a la cocina y dar más metros al salón. Por supuesto la mesa es extensible pero sus patas en forma de aspa y color blanco quedan muy ligeras. Las sillas se tapizaron a juego del sofá en un tono lino natural, que se funde con el resto de volúmenes del espacio sin agobiar visualmente. 

La puerta de cristal de la cocina es pivotante, abriendo hacia adentro o hacia afuera según la necesidad.