Cuando abres la puerta de casa y ves el salón: 14 trucos deco para recibidores pequeños y abiertos

En este piso de 85 metros en Madrid, el recibidor se ubicó ingeniosamente en el mismo cerramiento acristalado que, por el otro lado, alberga la cocina. Tanto el armario zapatero como el mini banco descalzador están realizados en DM lacado en blanco a juego con el cerramiento, por lo que se integran 100% en la estructura que precede al salón. Como ves, se trata de una solución estética y funcional a la par.

Si quieres distinguir los ambientes de una forma sutil y elegante, sin romper con el estilo de la decoración, puedes pintar las paredes del recibidor de un color diferente. En este caso, también se pintó el techo para crear un total look en un gris suave.

Para separar el recibidor del salón, la influencer Clara B Martin instaló un banco zapatero unido a un divisor de madera alistonada que aporta calidez y estilazo.

En salones muy amplios directamente integrados en la entrada, es buena idea construir una pared acristalada en la que instalar un mueble de recibidor. Los cristales dejarán ver el salón y permitirán entrar la luz. Además, si quieres optimizar el espacio, puedes usar el otro lado de la pared para colocar, por ejemplo, un aparador.

En este salón rústico, el espacio del recibidor se resolvió con un banco tapizado en piel de vaca y un perchero de pared junto a la puerta de entrada. Como ves, quedan totalmente integrados en la estancia y la decoración rústica.

En este recibidor integrado en el salón, la antigua cómoda de madera se transforma en la absoluta protagonista, y también actúa como hilo conductor de la decoración.

En las casas de campo de dos o más plantas, la escalera comienza muchas veces desde el mismo recibidor, y en ocasiones no deja espacio libre para grandes muebles. Si es tu caso, puedes copiar el look de este recibidor integrado en el salón eligiendo un armario zapatero alto pero estrecho que te dé la funcionalidad que necesitas.

Aquí, el salón y el recibidor quedan divididos por una puerta corredera acristalada con perfilería metálica. Sin embargo, los ambientes se ven unificados gracias al color de las paredes y al mobiliario en los mismos tonos y estilos, con líneas rectas y acabados pulidos en color beige. El resultado es un espacio limpio y muy luminoso.

Este cerramiento de suelo a techo que separa el salón del recibidor incluye hasta la puerta, aunque al ser de cristal (y con la perfilería en color blanco a juego con el resto de techos y paredes), la percepción del espacio es mucho más ligera.